La militarización de México, ¿Un error o un acierto?

La militarización de México, ¿Un error o un acierto?

Escritura Argumentativa I

Yong Pérez, Olivia.

04 de diciembre del 2020

Desde principios de la década de los 70 incrementó de forma gradual la militarización en México, pero no fue aceptado por el gobierno hasta el sexenio actual en el cual es difícil negar este proceso.

El problema surge, en primer lugar, por la asignación de actividades de las fuerzas militares dentro del ámbito de seguridad pública. En segundo lugar y continuando con lo anterior, su integración no ha mejorado la situación de seguridad pública - contrario a esto los homicidios dolosos^[1], la percepción de la violencia, la violencia y las denuncias por violación de los derechos humanos de la SEDENA han ido en aumento. En tercer lugar, la propia ineficiencia de estas instituciones, SEDENA y SEMAR, aunada a su nula transparencia nos muestran su poca fiabilidad para resolver los inconvenientes de seguridad pública y una fuerte tendencia hacia la corrupción^[2]. Por lo cual, se necesita reflexionar esta decisión para evaluar si se resolverán las dificultades de seguridad pública, relacionadas con el narcotráfico, o corresponden a un problema más profundo del gobierno mexicano.

La hipótesis de este ensayo es que el gobierno de México debe rediseñar la estructura de seguridad, que se ha mantenido hasta el momento. En pocas palabras, desmilitarizar al estado devolviendo a la SEDENA y SEMAR a sus funciones básicas.

Este texto está compuesto por tres secciones. En la primera se hace una referencia histórica de la militarización del país en las últimas tres décadas. En la segunda esta expuesto el argumento por el cual las fuerzas armadas deberían retirarse de las actividades de seguridad pública. En la tercera sección se expone las argumentaciones del gobierno federal sobre la necesidad de militarizar el país, supuestamente hasta 2024^[3]. Por último, la conclusión establece que México es un país militarizado que necesita reformar los mecanismos para resolver los problemas de seguridad pública, o al menos reformar al propio ejército.

Para iniciar la discusión es necesario retroceder a los años 70 cuando el gobierno declara un prohibicionismo absoluto a las drogas, adoptado por la influencia de Estados Unidos de América, transfigurando la idea del narcotráfico como un problema de seguridad nacional. Posteriormente en 1988 los gobiernos comenzaron a utilizar en grado menor a las fuerzas armadas, especialmente al ejército, a raiz de la ineficiencia en conjunto con la percepción de desconfianza hacia las fuerzas policiales. Fortaleciendo el uso de las fuerzas armadas con la creación de organismos, supuestamente no militares, para el control de la población civil - como la Policía Federal Preventiva (PFP), Gendarmería Nacional y la Guardia Nacional- las cuales se conformaron, en mayoría, por miembros del ejército. De esta manera acontecimientos pasados formaron de manera directa (¨cuando fuerzas militares son desplegadas para participar en labores de control interno¨ ^[4]) e indirecta, (cuando los que las policías civiles adquieren de manera paulatina características militares, entre las que están estrategias de armamento y tácticas^[5]) del proceso de militarización en México.

El despliegue de las fuerzas militares causó un aumento de los problemas en la seguridad; haciéndose más notorios desde 2006 cuando el presidente electo, Felipe Calderón^[6], declaró la ¨guerra contra las drogas¨. La cual termino convirtiéndose en la ¨guerra permanente contra las drogas¨ tras 14 años de prevalencia como una excusa para la decisión de instaurar al ejército en las calles. Ocasionando la permanencia de esta supuesta guerra un aumento del 7.9% en homicidios dolosos y 12.7% casos de extorsión^[7]- tan solo de 2019 al 2020-, un incremento de la violencia, reportes constantes de fallecimientos en enfrentamientos y el surgimiento de investigaciones por corrupción contra funcionarios de la Secretaria de Defensa Nacional.

 Para continuar con la discusión es importante mencionar que hay cinco sustentos que apoyan mi hipótesis respecto a la necesidad de la desmilitarización de México. El primero es el pasado histórico de otros estados militarizados, los cuales han fallado en su tarea para gobernar como Perú, Guatemala, Brasil y Chile. Demostrándonos una duración relativamente amplia pero que termino sucumbiendo ante la popularidad de la democracia^[8] por medio de la rebelión. La segunda evidencia apoyada por la anterior nos indica que la militarización pone en riesgo los derechos humanos, causado por que el poder del ejército supera al poder de la sociedad civil, y la seguridad de la sociedad. Ademas resulta un obstáculo para el fin que se busca de una plena democracia debido a que la militarización tiene tendencias al autoritarismo^[9]. El tercer fundamento abarca la poca regulación, control, supervisión y conocimiento que se tiene sobre las actividades de la Secretaria de Defensa, es decir, existe poca transparencia para poder calificar su eficiencia y una ausencia de rendición de cuentas^[10]. Por consiguiente, el cuarto soporte es el aumento de su participación en actividades que no les corresponde, como la construcción del Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucia^[11], otorgándoles más presupuesto; dándoles un amplio espacio para la corrupción^[12]. Por ultimo, la creación de organismo no militares, los cuales resultan ser de total composición militar, no apoya a un mejor control en términos de seguridad pública.

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