La relación entre estrés y alimentación: “comedores compulsivos”

La relación entre estrés y alimentación: “comedores compulsivos”

La alimentación puede tener diferentes significados para las personas, así como variar las motivaciones de esta. Puede ser especial si se trata de algún festejo pues al celebrarse algo se genera un sentimiento de placer o satisfacción al comerla pues se come por algo distinto a lo normal. Sin embargo, existen otras personas que no tienen un control sobre lo que ingieren, no hacen una elección, ni sienten una satisfacción se les suele llamar “comedores impulsivos”.

Algunas personas suelen enfocarse en la comida cuando están estresados, aunque al contrario existen otras que prefieren alejarse de la comida cunado tienen ansiedad o estrés, aunque no importa cuál sea de las dos ambos casos tienen repercusiones que pueden dañar la salud de la persona, sobre todo si se padece de alguna enfermedad como la diabetes, ya que al comer en exceso aumenta drásticamente la glucosa sanguínea, mientras que dejar de comer la disminuye.

Gracias al avance y descubrimiento, se sabe que el comer por el estrés no es algo que aparezca repentinamente, sino que es algo que aprendemos a lo largo de nuestra vida desde que nacemos, pero ¿por qué?

Se sabe que desde nuestro nacimiento una manera de relacionarnos con nuestra madre es por medio del alimento. Después al crecer, normalmente en nuestra etapa de preescolar, se suele premiar a los niños con sus alimentos favoritos (siendo estas principalmente golosinas) por motivos relacionados a la buena conducta, como acomodar nuestro cuarto, portarnos bien, hacer nuestras tareas, etc. Sin embargo, esto es algo que suele generar los niños crezcan con la idea de que cualquier necesidad o recompensa tenga que ser relacionada a la comida.

Por este motivo, muchos al crecer creemos que cuando festejamos algo o hacemos algo que supuestamente amerite una recompensa, pensemos directamente en la comida, ya que fue con esta idea con la que fuimos creciendo y al final termina volviéndose un hábito o costumbre.

Debido a motivos como estos es que las personas solamos buscar refugio en los alimentos en momentos de estrés o ansiedad, ya que ingerirlos suele causar la sensación de que calma o tranquiliza estas situaciones sin saber que este hábito no es saludable y solo puede perjudicar nuestra salud. Personas que no hayan crecido con la idea de que los alimentos no tienen tanto valor como para requerirlos por cualquier situación no tendrá la necesidad de recurrir a ellos en situaciones de tensión. Esto no quiere decir que cualquier otro hábito para calmar estas situaciones sea bueno, pues hay hábitos buenos y otros que son incluso peores que recurrir a alimentos los cuales dañan de forma más grabe la salud e incluso la integridad física de la persona que recurre a ellos.

Los expertos en el tema afirman que ante estas situaciones lo recomendable es que las personas que lo padecen detecten los factores que le producen estrés y analice su conducta alimentaria para poder controlar ambos casos, sin embargo, no siempre es posible controlarlos por sí mismo por lo que de ser ese el caso la persona debe de buscar ayuda profesional como lo sería recurrir a terapia psicológica para que se le proporcione ayuda, se le encamine en cómo manejar estas conductas, se incremente su autoestima y pueda generar conciencia sobre su forma de comer.

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