La vejez es parte del último proceso del ciclo vital del ser humano, siendo un proceso de envejecimiento constante del mismo ser durante toda su vida.

La vejez es parte del último proceso del ciclo vital del ser humano, siendo un proceso de envejecimiento constante del mismo ser durante toda su vida.

Durante este proceso de envejecimiento las personas tienen derechos propios otorgados al ser humano y su bienestar, en muchos ámbitos de su vida y a la seguridad social existente. Claramente los derechos están asignados desde el momento en que se crea un nuevo ser humano, sin embargo la vida es cambiante y los procesos de la historia de la humanidad van modificándose y cambiando, generando una serie de problemáticas sociales, a las cuales los mismos derechos necesitan tener un foco de atención más especifico, es ahí donde comienza la vinculación a la etapa de la vejez y como las personas que pertenecen a este grupo pueden lograr ser respetados y beneficiados por un sistema público, que brinda a los mismos una seguridad social y políticas públicas que vayan en post de un bienestar integro.

Así como la infancia tiene focos de atención específicos en todo ámbito por ser derecho universal a su protección, la vejez debe tener el mismo grado de importancia, ya que, es parte de un proceso de ciclo vital y no menos significativo que los demás. Las personas  tienen necesidad de sentirse realizados y sentir que son útiles durante su vida. Es por eso que ellos mismos deben ser participes a la hora de demandar sus propios derechos, al igual la responsabilidad misma del estado por la preocupación de estos.

El ser humano se mantiene en un proceso constante de envejecimiento siendo el mismo catalogo como tal, un proceso, donde el individuo a lo largo de toda su vida desde el momento en que se nace, comienza a envejecer y producir cambios a nivel psicológico y físico, culminando este proceso en la última etapa del ciclo vital del ser humano el cual alude a la vejez propiamente tal, y la serie de factores que implica esta etapa en la vida de un ser humano, estos dos conceptos se relacionan pero no son lo mismo como, se señala al principio, uno es durante toda la vida y el otro es la culminación y la última etapa de un individuo antes de la muerte.

En eta etapa del ciclo vital de la vejez en un marco y contexto relacionado a los derechos y participación de estas personas viéndolo dentro del cuadro de factores que inciden en la vida de estos individuos en dicha etapa, ejemplificando se hace alusión a la siguiente pregunta ¿de qué forma se hacen valer los derechos de un adulto mayor en circunstancias de vulnerabilidad y como este mismo se hace participe en el cumplimiento de dichos derechos?

En la doctrina internacional de los derechos humanos “la edad” es un asunto que ha sido tratado bajo la amplia acepción de “cualquier otra condición social” haciendo alusión por extensión a las diferencias de edad y generacionales, pero cuyo tratamiento no ha sido manifiesto.

Sin embargo, es frecuente que los actos de violación de los derechos de las personas mayores sean abordados de manera local, o cuando adquieren connotación publica los gobiernos adoptan medidas reactivas, y en cuyo caso, muchas veces, no cuentan con los mecanismos de protección o los procedimientos pertinentes, o bien, las instancias dedicadas a la defensa y protección de derechos se declara incompetente.

En reiterada ocasiones se ha demostrado que una persona violada en sus derechos en esta etapa no ha sido tratada ni menos intervenida con la dedicación y justicia que realmente necesita, cuantas veces se observa en la localidad personas mayores en situación de calle a vista y paciencia de los demás sin siquiera ser tomados en cuenta; existe ahí una vulneración clara en sus derechos a ser escuchados a su necesidad gritada de forma implícita a un hogar digno y cuidados adecuados.

Muchas de las personas mayores se sentirán participativas y con derechos hacia ellos mismos si tuvieran alguna labor o desempeño en algún trabajo u oficio, donde sus capacidades se pusieran a prueba y tuvieran una remuneración por su ejercicio, generaría seguridad, una mejora en su situación económica, y haría de su etapa algo mas valorable para ellos mismos y se estaría de algún modo formando mas el derecho a que estas personas son capaces y no todas son dependientes y solamente sujetos de cuidados como si se hablara de un recién nacido, sin aislar que existen casos extremos en los cuales un adulto mayor por problemas físicos o mentales no puede sustentarse por sus propios medios.

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