Las Mujeres: La Lucha Por La Igualdad De género

Las Mujeres: la lucha por la igualdad.

¿Qué significa ser mujer? ¿Hay una identidad femenina y una identidad masculina? Todas las mujeres, por su propia naturaleza, son distintas entre sí. Las mujeres y los varones son diferentes física y biológicamente, pero el ser diferentes no significa que unos sean superiores y otros inferiores. El artículo 4 de la Constitución General de la República establece que el varón y la mujer son iguales ante la ley. Por lo tanto, no debe permitirse ninguna forma de discriminación, ni por razón de sexo ni de cualquier otra índole.

Las normas nacionales e internacionales, garantizan los derechos de las mujeres al establecer la igualdad de las personas y rechazar toda forma de discriminación en razón de sexo.

No obstante, por siglos se ha considerado a la mujer como reproductora de la especie, administradora del hogar, educadora de sus hijos y encargada de las tareas domesticas.

Aunque hoy la mujer puede estudiar, trabajar, tener una profesión, actuar en política, todavía se mantiene una clara visión entre los sexos, que responde a una estructura de opresión, llamada patriarcado. Para entender este concepto tenemos que recurrir a la historia de la relación entre mujeres y hombres…

Por miles de años, las relaciones entre hombres y mujeres fueron igualitarias: ambos participaban en los trabajos de recolección, caza, cultivo y domesticación de animales. La diferenciación de tareas se hacía por la capacidad de los individuos y su edad, no por su sexo. Durante el embarazo, las mujeres se dedicaban a tareas más livianas, como la recolección, pero después se integraban nuevamente a las tareas comunes.

Luego, con la división del trabajo y el predominio de unas clases sociales sobre otras, la mujer comenzó a ocupar un lugar exclusivamente familiar. Se necesitaba que alguien hiciera las tareas domesticas mientras los hombres trabajaban en los campos, en los talleres o construyendo edificios. No obstante que Santo Tomás de Aquino dijera “la mujer está destinada a vivir bajo la influencia del hombre”. La mujer se convirtió en sierva de su marido y de sus hijos, situación que duró por siglos. El hombre en cambio era dueño de su vida y sus acciones. La función más importante de la mujer fue la reproducción, ser madre. Nacía así el patriarcado.

Cuando comenzó la revolución industrial, mujeres y niños ocuparon los puestos de trabajos peor remunerados y menos calificados. Las esposas de los obreros se dedicaron a las tareas del hogar, reforzándose así el patriarcado, de ahí que me sorprenda que como es posible que un hombre como Jacobo Rousseau, precursor de las ideas liberales que tomó la Revolución Francesa, decía que la mujer era parte de la naturaleza y debía prepararse para cuidar y servir al hombre, y no para actuar según su voluntad. Aquí creo prudente mencionar que desde este tiempo el salario de la mujer fue inferior al de los hombres.

Después de las luchas feministas, las mujeres alcanzaron derechos civiles y políticos. Pero se mantuvo la división del

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