Ley de Solidaridad Sostenible

Ley de solidaridad sostenible: la historia de una mentira muy bien contada.

El derecho tributario en Colombia es uno de los campos legislativos con mayores cambios en los últimos años, habiendo sido reformado 12 veces en las últimas 2 décadas, dichas reformas han sido motivo de cuestionamiento y desprecio por parte de la ciudadanía debido a su gran impacto negativo en las finanzas del pueblo, dentro de los cambios más representativos que se han apreciado en estas modificaciones fiscales están la aparición del gravamen a los movimientos financieros, la ampliación de la tarifa del IVA, creación del impuesto al patrimonio, entro otros gravámenes que se han traducido en obstrucción a la superación de la pobreza extrema, y columna vertebral de la eliminación del ahorro en los hogares colombianos.

La reforma tributaria más reciente fue denominada por el gobierno Duque como “Ley de Crecimiento económico” aprobada por el Congreso de la Republica en el 2019, luego de que la Corte Constitucional Colombiana declarara inexequible la Ley 1943 de 2018 denominada “Ley de Financiamiento”, y aunque pueda parecer exagerado la introducción de dos reformas fiscales en sólo dos años, al gobierno nacional parece no afectarle estos preceptos demostrándolo así con la introducción de una nueva propuesta de reforma que actualmente se debate en el congreso y a la cual llamó “Ley de solidaridad sostenible” haciendo gala de su impresionante talante en la elección de eufemismos ablandadores.

Iván Duque Márquez “hijo” declarado del uribismo se hizo popular por sus marcados cuestionamientos al gobierno Santos durante su periodo de campaña política, según Duque Márquez el gobierno de entonces, estaba llevando a Colombia al fracaso financiero por sus desaciertos en materia económica y fiscal, y de esta manera se presentó al pueblo como el gobierno que traería “mayores salarios y menos impuestos”, sin embargo el joven visionario de 2017 ha demostrado durante su mandato ser el tipo de político de extrema derecha que se hace al poder bajo cualquier herramienta aunque esta signifique mentir descaradamente, es decir como un día dijo Maquiavelo “el fin justifica los medios”. No obstante, lo importante aquí no es cómo este llegó al poder, sino lo que ha significado para el país la elección de este nuevo presidente quién a lo largo de su mandato ha presentado tres proyectos de reforma fiscal y en todas ellas la fuerza imperante ha sido el incremento de los impuestos, decisiones que han llevado al incremento de pobreza en el país, sólo durante 2019 por ejemplo los índices de pobreza monetaria en Colombia aumentaron de un 34,7% a un 35,7% según cifras reportadas por el DANE en 2019 y para el año 2021 según un análisis hecho por el CEDE de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes la cifra se incrementaría en unos 15 puntos porcentuales.

El actual gobierno ha hecho gala de su amplio repertorio de eufemismos para asignar a sus reformas fiscales, lo que le permiten vender como salvavidas a la economía sus propuestas, siendo realmente anclas para el crecimiento económico, y es que en una situación tan compleja como la que se vive a nivel mundial por los efectos de la pandemia del SARS-V-2 COVID 19 se esperaría que una reforma fiscal en el país apuntara a un mayor apoyo a la población menos favorecida y mayormente impactada durante este periodo de colapso en la salud pública y es que aunque, el problema es de afección global no es un secreto que una porción del pueblo han sufrido las mayores consecuencias; sólo durante 2020 según el Banco de la Republica las pérdidas económicas alcanzarían los 59 billones de pesos, y según reportes del DANE el año pasado cerró con 3,75 millones de personas desempleadas de las cuales el 95% pertenecían a la clase baja y media. En contraste de lo que se espera, el gobierno introdujo una nueva propuesta de reforma denominada “Ley de solidaridad sostenible” que se presenta como una herramienta para socorrer a los más pobres, sin embargo, al leer el documento que consta de 163 artículos presenta un panorama muy distinto, en el que el único objetivo claro es la necesidad de recaudar 30 billones de pesos a razón de subsanar el enorme déficit fiscal que se generó producto de la pandemia.

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