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Los Suplicios- El cuerpo de los condenados


Enviado por   •  18 de Mayo de 2018  •  Tareas  •  1.391 Palabras (6 Páginas)  •  212 Visitas

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Nombre del alumno: Martínez Hernández Eliseo Fernando.

Nombre del profesor: Francisco Peña Guajardo.

Nombre del libro: Vigilar y castigar, el nacimiento de la prisión.

Autor: Michelle Foucault.

Nombre del capítulo: Suplicio.

Páginas: 6-67[pic 2]

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El cuerpo de los condenados págs. 6-31

El autor nos introduce al siglo XVI época donde era bastante común que los criminales fueran condenados al suplicio (una pena corporal por cometer un delito), nos pone como ejemplo a Damiens quien cometió parricidio(delito que consiste en matar a un familiar) y a grandes rasgos nos muestra todo el proceso de su castigo desde deambular en una carreta desnudo, quemarle manos y pies hasta que le salieran llagas, ser desmembrado por seis caballos, para finalmente ser incinerado en la hoguera y convertirse en cenizas, todo esto era observado por la sociedad con el objetivo de mostrarles lo que le sucedía a las personas que cometieran algún acto ilícito.

Entre los siglos XVIII y XIX ocurrió la desaparición de los suplicios, dando énfasis a una humanización buscando que él delincuente se reinsertara a la sociedad, un ejemplo de esto es: El reglamento de León Faucher para la casa de jóvenes delincuentes de París que desde el artículo 17 hasta el 28 nos expone el día a día de un recluso de esta prisión y cómo en esta se les enseñaba un oficio en los talleres, se les daba clases de escritura y lectura, además se les daba alimento y recesos entre cada actividad. La forma de tratar a una persona que cometiera un delito había cambiado.

Pero no solo en Francia se daba este cambio sino en países como Inglaterra, Austria, Suiza y Estados Unidos los castigos dejaban de ser un espectáculo público para convertirse en actos de procedimiento en un sistema penal. Actos como azotar a una persona hasta que perdiera el conocimiento, ser arrastrado por caballos hasta morir, arrancarle las entrañas vivo y darlo como alimento a animales salvajes eran ahora mal vistos y repudiados.

Poco a poco los métodos que las autoridades ejecutaban estaban cambiando tratando de suavizar las sanciones intentando que el infractor sufriera lo menos posible, en 1760 Inglaterra cambio los castigos crueles por una máquina de ahorcar y posteriormente en 1791 Francia estableció que todo condenado a muerte en su país sería sancionado a cortarle la cabeza con la guillotina. Los delitos ya se establecían por jerarquías, los más pequeños eran acreedores a una multa, los delitos de rango medio obtenían la sanción de cárcel, únicamente los delitos considerados graves eran merecedores de la pena capital, pero ya no era un proceso largo y doloroso sino que la decapitación buscaba que el culpable sufriera lo menos posible y sucediera de forma rápida.

En Francia a las personas que fueran sentenciadas a muerte, tenían un proceso para llevar a cabo dicha acción: Se le conducía al lugar de la ejecución en camisa, descalzo, y cubierta la cabeza con un velo negro; subía a una plataforma, mientras un oficial leía al pueblo la sentencia, y después de eso era ejecutado, posteriormente el cadáver era cubierto con una sábana blanca y retirado del lugar. Solo a los parricidas y regicidas (delito que consiste en asesinar a un monarca o noble), se les cortaba la mano antes de ser ejecutados. Pero esto acabo en 1836 donde un individuo llamado Benoit que asesino a su madre no se le castigo cortándole la mano y sólo se le ejecuto. Las prisiones tuvieron detractores quienes consideraban que estas no eran un suficiente castigo para un delincuente, ya que pasan menos hambre y menos frío que muchos pobres o incluso obreros.

Los defensores de las cárceles explican que ya no es un castigo meramente corporal sino que es para el alma, el corazón, el pensamiento, la voluntad y las disposiciones. El objetivo de la prisión es que la persona que haya cometido un delito reflexione sobre sus actos, que se haga consciente del daño que causo y asimismo busque su propia redención para que sea una persona de provecho para la sociedad.

La resonancia de los suplicios págs. 31-66

La ordenanza de 1670 había regido la práctica penal, que estuvo vigente hasta le revolución y menciona la jerarquía de los castigos a los que eran acreedores los condenados, desde una simple multa, hasta la pena de muerte.

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