Los Valores Y Formacion Universitaria

Los valores y la formación universitaria

La formación de los valores fundamentales del ser humano ocurre durante la infancia y en la vida social, consideramos que atañe también y de manera especialmente importante, a la educación formal. Cada ciclo escolar promueve ciertos valores de acuerdo con la edad de los estudiantes, con los fines educativos, con las aspiraciones de la sociedad y con la propia institución formativa de la que se trate. En el nivel superior se busca ir creando en los universitarios el sentido de la responsabilidad social propio del desempeño de la actividad profesional, junto con los valores iniciados en el ciclo correspondiente al bachillerato.

La educación universitaria no sólo conlleva la enseñanza de conocimientos, competencias y habilidades dentro de una profesión o disciplina, también incluye la transmisión de hábitos, actitudes y valores con un contenido ético.

La estructura jurídica del país, en referencia a las instituciones de educación superior, contempla un conjunto de valores y objetivos que emanan del Artículo 3o. de la Constitución y el 7o. de la Ley General de Educación. Organismos nacionales e internacionales (ANUIES y UNESCO) recomiendan que las instituciones de educación superior incorporen en sus currículos los aspectos formativos o humanos de la profesionalización, subrayando con ello, el carácter moral de la acción educativa.

También incluye la transmisión de hábitos, actitudes y valores con un contenido ético, El dilema filosófico de los valores se puede sintetizar en tres preguntas clave: la primera, ¿tienen las cosas valor porque las deseamos o las deseamos porque tienen valor? La segunda pregunta se refiere a que ¿los valores cambian o son los mismos en el tiempo y en el espacio? O lo que es lo mismo: ¿los valores son universales o particulares? La tercera pregunta tiene que ver con cómo se conocen los valores: ¿se conocen a través de la razón o de la afectividad?

En cuanto a la primera interrogante, si los valores fueran sólo de naturaleza subjetiva, no cabría acuerdo alguno sobre su jerarquía ya que cada persona tendría sus propias preferencias, cayendo con ello, en un relativismo absoluto. La segunda pregunta, si todos los valores fueran universales y permanentes, no habría posibilidad de preferencias personales y entonces se caería en un absolutismo radical contrario al pluralismo axiológico característico de la sociedad. Por el contrario si los valores sólo fueran vigentes en un tiempo y espacio determinados, se caería en un historicismo también radical. En relación con la tercera pregunta, hay varios argumentos que indican que el conocimiento de los valores no es únicamente racional ni únicamente afectivo. Uno de estos argumentos es la experiencia que tenemos de ellos. Hay algo en las preferencias valórales que nos indica que no es sólo la razón ni sólo el sentimiento quienes nos impelen a ellos. Por otro lado, el valor es una cualidad de los objetos y las personas que requiere de un sujeto que los valore. Ellos no existen como entidades autónomas. Objeto y sujeto son necesarios para que haya valoración.

Los valores poseen ciertas cualidades objetivas independientes del proceso de captación o valoración de las personas en concreto. Así, por ejemplo, la justicia es un valor aun ante personas que no lo reconozcan como tal, los valores son cualidades estructurales por las que se hacen deseables ciertos objetos. Tienen, además, la característica de ordenar la existencia y de construir en esta ordenación la propia vida. Los valores siempre tienen un contrario o antivalor, pero sólo el polo positivo es considerado como valor.

Los valores universitarios, por su parte, reflejan los valores que el Estado asigna a la educación superior en su conjunto y están consignados en lineamientos jurídicos y legales. Y, finalmente, cada institución educativa de nivel superior procura impulsar valores específicos de acuerdo con su propia concepción de la educación. Es así como las universidades, tomando en cuenta las dimensiones anteriores, debieran priorizar tres grupos de valores: científicos, profesionales y cívicos.

Valores científicos

La ciencia y la tecnología deben explicitar su sentido por medio de la función social que desempeñan, pues estas actividades están atravesadas por valores que dan un sentido ético a la ciencia y la tecnología. El científico como sujeto social, no puede permanecer indiferente ante los fines y usos de la ciencia, resaltando como principal valor científico el de la honestidad intelectual. Investigar supone la realización de actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático, con el propósito

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