Los retos de la educación post pandemia

Por V V D

Hablar de educación en estos tiempos por los que se atraviesa a nivel mundial, debido a la contingencia sanitaria. Sin duda ha causado cambios significativos e inesperados para todos, cambios que nos obligaron a hacer de nuestras rutinas y hábitos un cambio de 360º. Estos cambios trajeron consigo retos que hemos tratado de superar en la medida de nuestras posibilidades ya sea sociemosionales, económicos o sociales. Pero los más notirios se dan en la educación ya que según la ONU (UN, 2020), “los cierres de los espacios educativos y de aprendizaje han afectado al 94% de la población estudiantil mundial. Problema más acentuado aún en los países con escasos recursos” (p. 9).

LOS RETOS DE LA EDUCACION DURANTE EL CONFINAMIENTO

La educación es el camino hacia una vida mejor en sociedad y hacia el desarrollo personal; la educación ha cambiado a través de los tiempos para formar seres humanos pensantes, pero sobre todo para prepararlos e integrarlos de manera activa y productiva dentro de la sociedad mexicana. En el transcurso de estos años no todo ha cambiado pues se siguen aplicando métodos de la escuela tradicional en la que se ofrecía a los estudiantes "una vida metódica en su interior, lejos de las turbulencias y problemas de la época y de la edad". (Palacios, 1999, pág.9)

En épocas más recientes el enfoque de la educación cambió, se rediseño y orientó para que esta educación estuviera basada en las competencias para la vida, teniendo como finalidad dotar a los estudiantes de saberes, habilidades y actitudes que puedan adquirir, al mismo tiempo que los visualizaran como aprendizajes significativos; los cuales están pensados para facilitarles la adquisición de conocimientos cognitivos que se transformaran en desarrollo de habilidades dentro de la sociedad.

Pese a estos esfuerzos y modificaciones hechos en el currículum en educación básica en el nivel de secundaria, estas competencias para la vida siguieron siendo conceptos ejemplificados a situaciones reales que continuaban siendo transmitidos mediante la metodología tradicional de maestro-alumno sin realmente contener su aplicación real a la vida de los estudiantes.

Como bien sabemos la educación va cambiando debido a las exigencias que se presentan en la actualidad, dentro de esos cambios encontramos que los objetivos de la educación cambian de ser las competencias para la vida hacia los aprendizajes clave, que se fijan como el objetivo de la educación básica en México. Estos aprendizajes clave son definidos como “aquellos que permiten seguir aprendiendo constantemente y que contribuyen al desarrollo integral de los estudiantes”. (SEP, 2017, pág. 15).

Con la llegada del COVID- 19 a nuestro país llega también un confinamiento, que en principio se desconoció lo prolongado que sería, puesto que no había forma de medir las dimensiones y afectaciones que esta pandemia traería consigo, obligándonos a resguardarnos y dejar casi por completo el desarrollo normal de nuestras actividades. Este confinamiento social nos enfrenta a un gran cambio en la educación, en la cual profesores, estudiantes y padres de familia se encontraron con la necesidad de improvisar para llevar a cabo las necesidades de educación. Esta situación generó una serie de cambios drásticos que todos los involucrados tuvieron que enfrentar para salir adelante.

Los estudiantes cambiaron en su vida cotidiana en relación a la escuela, puesto que está ahora se trasladaba a su casa; sus amigos ahora ya no estaban presentes físicamente, impidiendo la socialización como antes, la relación con sus profesores cambió, puesto que ahora era a través de una pantalla en el mejor de los casos y en otros más extremos ya no se volverían a encontrar con sus compañeros y maestros.

Ante estos hechos, ahora se estaba presentando la situación real que plantea la reforma educativa en el que se enfatiza que el docente solo es guía, dejando al estudiante como principal responsable de la construcción de su propio conocimiento. Sin embargo; pese a los esfuerzos y diversas modificaciones que se le ha hecho a la reforma educativa y que mucho se presume de crear estudiantes autónomos de su propio conocimiento la realidad es totalmente distinta ya que el alumnado en México está acostumbrado a que todo se le da (escuela tradicional), el conocimiento se le dicta en el aula y ellos son solo receptores de estos nuevos conocimientos.

A raíz de esta situación que ha propiciado la pandemia, en que ahora los estudiantes deciden cuando hacer sus tareas y los convierte en responsables de realizar las actividades de manera aislada, además de investigar los temas, dar respuesta a cuestionarios y actividades en los libros de texto, se llega a cuestionar acerca de ¿realmente los estudiantes están aprendiendo? ¿se están apropiando de los aprendizajes clave que plantea la SEP?.

EL PAPEL QUE DESEMPEÑA EL DOCENTE

Por otro lado, los profesores enfrentan un nuevo reto ante esta situación de la pandemia, dado que ahora no solo deben tener conocimientos de su área de especialidad, sino que también deben aprender a usar las TICs e implementarlas para poder tener una comunicación más asertiva con sus estudiantes. Se recalca el hecho de que muchos profesores no poseían el conocimiento del uso de la aplicación de Whatsapp, así como no contaban con correo electrónico o con una computadora, esto por lo menos aplicable a la educación pública en el nivel básico.

Con tantos retos por delante se agregan exigencias administrativas por parte de la SEP que sigue pidiendo que pese a las circunstancias el docente debe abarcar los aprendizajes clave así como los estudiantes dominarlos. El docente se enfrenta a la realidad que, pese a sus esfuerzos en planear, diseñar, innovar en actividades, videos, ejercicios muchas veces no es posible hacerles llegar el material a todos los estudiantes, distando a una realidad diferente de lo que se dice en las leyes y la constitución puesto que esta situación coloca una contradicción del artículo 3º constitucional donde se menciona que “El estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje” (Carranza, 2014, pág. 5).

Con toda la responsabilidad que recae en la misma escuela y los directivos de hacerla funcionar; ante la situación que se atraviesa no solo nacional sino a nivel mundial esta responsabilidad queda en manos de quien, del gobierno, de los docentes, de los padres; es realmente incierto y nadie quiere adoptar esta responsabilidad.

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