MIS PADRES NO ME QUIEREN.

Mis padres no me quieren

Hoy por fin, después de tanto tiempo de quererlo hacer me decidí a hablar. Papá, mamá no sé cómo van a reaccionar, si se van a enojar o van a llorar, pero sé que lo que les voy a decir les va a doler, pero es importante para mí que se los diga, porque ya no aguanto más, ya no puedo con esto que me está matando por dentro.

Cuando yo era un niño, papá tú eras mi ejemplo, yo quería ser como tú, te admiraba y para mí no había un mejor papá, aunque casi no te veía, siempre que llegabas después de andar por muchos meses en la sierra te esperaba con ansias, con un gusto que no me cabía en el corazón, era tanta mi desesperación por verte que me rasguñaba las manos hasta hacérmelas sangrar de la emoción.

Pero esa alegría luego se convertía en miedo. Si papá te tenía mucho miedo, porque llegabas borracho, insultando a mi mamá que al igual que yo te esperaba y te preparaba la comida que más te gustaba para que tú llegaras y se la tiraras, la insultabas y no conforme terminabas golpeándola. Recuerdo que yo y mis hermanos corríamos a escondernos y nos metíamos debajo de la cama o debajo de las cobijas, como si eso nos fuera a proteger de los golpes que sabíamos nos ibas a dar por estar esperándote.

Cuando ya venías, recuerdo que me moría de ganas por abrazarte, que me dieras un abrazo fuerte, una caricia, que me dijeras un te quiero. En las navidades esperaba un regalo, no pedía nada caro, solo recuerdo que solo quería un regalo, lo que fuera, para mis cumpleaños soñaba siempre con una fiesta sorpresa, con un pastel y globos y muchos dulces, pero no, nada de eso me diste. Solo gritos, insultos, malos tratos y golpes.

Recuerdo cuando tenía 8 años, como me obligabas a hacer las cosas que no podía hacer y si no lo hacía como tú querías me gritabas y me pegabas y si lloraba era peor más me golpeabas para que me callara.

Todavía recuerdo aquella noche, hacía mucho frío, vivíamos en un jacal y mi hermano y yo dormíamos en el suelo, tú llegaste borracho y luego, luego arremetiste contra mi mamá acusándola de no sé qué, esa noche nos fuimos a dormir sin cenar por que no habías dejado dinero para nada. Cuando oímos los gritos y mi madre empezó a gritar, yo sentí que mi corazón se aceleraba y comencé a temblar, vi a mi hermano asustado, y escuchamos como forcejeabas con mi mamá y escuchamos que ella te decía, no lo hagas se te va a salir un tiro. Al escuchar eso vi a mi hermano asomarse por encima de la cama y yo también, no podía controlar el miedo y justo en ese momento se escuchó un fuerte estruendo y la mano de mamá aventando tu mano con la que sostenías la pistola y la bala perforo el techo de lámina. No sé si te asustaste o no, pero por un instante te calmaste yo me volví a agachar, me acurruque echo bola y me hice el dormido. Viste a mi hermano y eso te enojo y lo levantaste a gritos para luego golpearlo. Mi mamá no pudo hacer nada, tenía miedo como yo.

Muchas veces quise abrasarte, que me dijeras que me querías, pero no nada de eso paso. Conforme fui creciendo el mundo se me fue cayendo y dejaste de ser mi héroe. Tú no te dabas cuenta de lo que sentía, ya que yo encerraba mis sufrimientos, aunque en silencio eso me iba matando. Para mí era como si estuviera en una pesadilla; solo quería despertar y darme cuenta que no era cierto, que no era verdad. Sentía que yo no era importante para nadie, que nadie me quería, que tú no me querías y muchas veces

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