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Maltrata Infantil


Enviado por   •  14 de Junio de 2014  •  10.182 Palabras (41 Páginas)  •  245 Visitas

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FECHA: 07/03/2014

TEMA: Metodología de Investigación Social.

MATERIA: Estudios Sociales

NOMBRE: Sonia Raquel Cerón Ortiz

SECCIÓN: 1º año “C” General

INSTITUTO: I.N.A.M.

PROFESOR: Jimmy Ortiz

EL MALTRATO INFANTIL

La ley considera niño a todo menor de18 años cuando este es maltratado o abusado cuando su salud física o mental o su seguridad están en peligro ya sea por acciones u omisiones llevadas a cabo por la madre o l padre u otras personas responsables de sus cuidados se producen maltrato por acción omisión negligencia.se trata de un problema social con bases culturales y psicológicas se produce en cualquier nivel económico o cultural. Viola los derechos fundamentales de los menores implicando lo anterior que debe hacerse lo posible para detenerlo

La crueldad hacia los niños puede ser dividida en cuatro categorías:

1- Conceptos exagerados de disciplina aplicados por sujetos profundamente inadecuados e irresponsables.

2- Actos de violencia o negligente cometidos por padres o adultos ejerciendo rígidas interpretaciones de la autoridad de normas y reglas de conductas.

3- Patológica cuyos orígenes se consideran psicopatológicos y difíciles de identificar y tratar.

4- La crueldad más intangible de todas, la crueldad oficial o la organizada, aquella que se comete por ignorancia, por insensibilidad o por omisión en la forma de falta de legislación o de cumplimiento de la misma que proteja adecuadamente al menor.(1)(2)

ENTRE EL CASTIGO Y LA AGRESICIDAD

El castigo como instrumento de corrección y estrategia de formación moral, aparece como la primera y mas persistente justificación del daño que padres y madres maltratadores causan a sus hijos. La repetición los actos de crueldad y de y de dureza se presentan como actos de corrección.

Frente al agresor y al agredido el concepto de castigo opera como excusa. Algunos agresores niegan la frecuencia, la intensidad y la desproporción del daño denunciado, mostrando en ese ocultamiento que entienden la arbitrariedad y el exceso al que recurren. En otros casos los maltratadores defienden el exceso y su repetición, por el beneficio que el abuso genera para modificar las conductas que según ellos ofenden. En general, la justificación de los padres, buscan mostrar el abuso como pedagogía que se utiliza por el bien del menor y que, mostrando con objetivos educativos y de ideales sociales, normaliza el daño físico psicológico producido.

Se encuentra que estos padres no quieren encontrar formas diferentes al castigo corporal y al maltrato psicológico. Evitan asistir a consultar para hablar de lo que sucede en su relación con sus hijos. Solo la obligación legal aplicada por las instituciones logra que en algunos casos estos asistan a tratamientos.

Escudándose en el deber de corregir a sus hijos, los padres ejercen una coacción que presentan cono necesaria, en el interior de la familia que se presentan los mayores abusos en la aplicación de la ley.(3)

DIFERENCIANDO MALTRATO Y CASTIGO

Identificar el maltrato como violencia sobre los hijos, implican diferenciarlo del castigos, como acción correctiva, que en la familia se relaciona con intenciones educativas y formativas, y que es permitido socialmente para generar y lograr interiorizar en el niño regulaciones sociales que le faciliten su socialización.

El castigo como reparación, es parte de la cultura de ideales sociales, de creencias que desde los principios éticos y morales de una cultura regulan el empujen a la propia satisfacción de los impulsos sexuales y agresivos, como tendencias comunes que exponen la vida social. Desde esta concepción, el castigo es violencia simbólica, en tanto evita la repetición de actos que sin los límites impuestos precipitarían al niño y más tarde al adulto a la consecución de un goce inútil.

Si el castigo es ejercido sin crueldad, sin sadismo, sin deseos de venganza, y se basa en el amor, tendrá un efecto protector para el niño y le permitirá aceptar las renuncias que sus padres le imponen. La subjetividad del agresor debe ser considerada. El niño/a como parte de lo intimo en la familia, es un objeto interno, es decir, representa para los padres atributos, defectos, deseos, aspiraciones, edificados o a largo de historia de ambos. La valoración facilitara identificar repeticiones o formaciones reactivas de experiencias vividas por el agresor con aquellos que forman parte de su propia historia, y que permiten, por imitación, una definición de la ofensa y de la reparación.

Los padres deben hacer del castigo un reclamo, una comunicación, o un acto de pacificación, que comporta en su ejercicio la posibilidad de un pacto, de una transacción o de una cesión, que permita al niño enfrentarse a una ley que admite circunstancias atenuantes externas y subjetivas al cometerse una falta. Aqui la acción del padre que sigue la ley que el mismo quiere hacer respetar puede presentada como acto de amor.

Cuando lo ilógico, lo absurdo aparecen, lo simbólico del acto de castigar desaparece en el actuar del padre, haciéndose visible la agresividad que existe en el maltrato. Cuando los seres de los que se depende se convierten en persecutores, y el niño no encuentra su puesto en la casa ni en el amor de los padres, estamos ante el maltrato infantil

El maltrato se identifica por no tener justificación, por el exceso y la repetición. El niño se convierte en objeto de una descarga incomprensible de la cual se le hace responsable, denigrándolo, acusándolo y sobredimensionando la falta que cometió. Esto se escucha en las primeras entrevistas de tratamiento. Se evidencia rabia, hostilidad, rechazo, desprecio, decepción como sentimientos que sostienen la relación con el menor abusado. En el amor ambivalente predominan los afectos negativos. El amor como resultado de la decepción, se degradan, generando el castigar con crueldad aquello que en el niño falta.

Quien maltrata parte de la insatisfacción, con el menor, del que quiere obtener reparación por algo que cree merecer, y a la vez, el maltratado reclama para sí, bienes, afectos, tratos que hagan manifiesto el amor. Sin embargo, aunque el reclamo y las demandas de reconocimiento que

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