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Obesidad Infantil


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2011  •  5.888 Palabras (24 Páginas)  •  1.125 Visitas

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INDICE

1. Resumen

2. Introducción

3. antecedentes

4. Planteamiento del problema

5. Objetivos

Objetivos generales

Objetivos específicos

6. Justificación

7. Hipótesis y preguntas

8. Revisión de la literatura

9. Propuesta metodológica

10. Variables

Variable conceptual

Variable operacional

11. Población y tipos de participantes

12. Escenario geográfico

13. Participantes

14. Muestra

15. Procedimiento

16. Secuencia de análisis

17. Referencias bibliográficas

18. anexos

1. RESUMEN

En esta investigación hablaremos sobre las consecuencias de la comida chatarra y la obesidad infantil en los niños hermosillenses, como atacar este problema es ideando un programa integral que ayudara a combatir la obesidad en los niños hermosillenses. Cual efectuaremos en dos escuelas primarias de esta ciudad entre niños y niñas de 6 a 12 años.

2. introducción

En Hermosillo, sonora existe el índice de mayor obesidad en todo el país ya que cuenta con un 70% de obesidad y este afecta más a niños y jóvenes por causa de la comida chatarra. Por cada 10 niños hermosillenses 4 son obesos por culpa de la comida chatarra, es por eso que se implemento la ley en donde se elimina la comida chatarra de la escuelas. El problema también surge a consecuencia de que los padres no tienen el tiempo de estar en sus casa para tener alimentos saludable para sus hijos al momento de salir de la escuela y por eso recurren al llamado fast food o alimentos no saludables ejemplos: McDonald’s, Little caesars, dominos pizza, burguer King, hot dogs, etc…

2. Justificación

México está en vías de convertirse en un país de obesos, ya que la falta de una buena cultura nutricional, el desequilibrio entre la ingesta y el gasto calórico, la incorporación masiva de la mujer al trabajo y el sedentarismo en los niños, han producido un cambio en los hábitos de alimentación, incorporando a la dieta comida rápida y bebidas poco saludables.

Actualmente nuestro país ocupa un deshonroso segundo lugar en las poblaciones más obesas del mundo dando como resultado que los niños, según el gobierno federal, presentan un 30% de obesidad (encuesta nacional de salud 2006). Si tomamos en cuenta que una de las principales responsabilidades del Estado es la de velar por la salud pública, el combatir lo que expertos han calificado como epidemia, es imperativo. Por consiguiente, ayudar a evitar lo que sería un punto

más en la lista de falta de competitividad que representa una población enferma, y la gran inversión económica por parte del sector público, resultado de enfermedades causadas por la obesidad, es urgente.

Los padres de familia también contribuyen a este problema al dar comida chatarra como premio a los niños cuando se portan bien o tienen buenas calificaciones en la escuela o simplemente por no tener tiempo. La información insuficiente, ininteligible o difícil de descifrar de los empaques de los alimentos, la tardanza en investigación de los productos menos saludables, no pueden tener amparo en la libertad de elección de los consumidores, por lo menos no en la de los niños.

Si aunamos a lo anterior que el consumo de grasas poco saludables puede tener relación con la industria y con la informalidad: como alimentos típicos mexicanos, tendremos un ejemplo más del rápido acceso a comida de mala calidad que se tiene en México.

Actualmente hay cruzadas médicas y nutricionales en contra del consumo excesivo de carbohidratos, sin embargo son eclipsadas en parte por las propias cooperativas escolares, en parte por nuestra cultura de “Un niño gordito es un niño sano”, pasando por alto la salud del niño, ya que la gordura no es indicador de buena salud, por el contrario es indicador de varias enfermedades que el niño en cuestión puede desarrollar con el tiempo, si no cambia sus hábitos alimenticios y, aunado a todo ésto, el nuevo rol de la mujer con el poco tiempo que tiene para atender las actividades de sus hijos y la elaboración de alimentos nutritivos. Este problema lo comparte la sociedad en general, ricos y pobres, por lo que es importante poner atención y contribuir a su solución.

Otro punto a abordar es la autoestima en los niños obesos, victimas del rechazo social. Se ha comprobado que los niños obesos tienen una imagen pobre de sí mismos y experimentan, además, sentimientos de rechazo, lo cual constituye un factor determinante para las relaciones con sus compañeros.

De seguir actuando así podríamos ser la primera generación que entierra a sus hijos, por lo que es imperativo como profesionales de la educación, ayudar a la prevención de esta epidemia. Por lo que es importante abordar esta problemática, desde todos los puntos de vista, económico, social, de salud y en caso profesional desde el punto de vista de la educación.

Ya la sabiduría popular en los refranes, y hasta el mismo Cervantes en el Quijote, nos decían que el secreto de una buena salud es “Desayunar como reyes y cenar como mendigos” (Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha) o ese otro más popular que dice que “De grandes cenas están las sepulturas llenas”. El profesional de la educación puede, a través de los medios de comunicación educativa, contribuir a prevenir este problema. Es por esto que quiero abordar este tema, ya que no sólo es un tema de actualidad, sino que se está convirtiendo en un problema público, cuyas dimensiones podrían ser muy graves en unos años.

El presente trabajo pretende ser útil no sólo para los escolares de educación primaria de 6 a 12 años, principalmente, porque se solucionarían muchos problemas psicológicos y físicos que en ellos se presentan, teniendo como resultado un excelente desempeño escolar,

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