Movimiento De Un Pueblo

Movimiento

Movimiento de un pueblo

La entrada de trabajadores mexicanos a los Estados Unidos no es nada nuevo. Por más de cien años se ha contado con ellos para suplir la escasez laboral temporal.

La primera gran ola de inmigrantes mexicanos, sin embargo, llegó a principios de este siglo como resultado de la Revolución Mexicana. Venían huyendo de la violencia de una larga y sangrienta guerra civil que duró desde 1910 hasta 1921, y diezmó la población de México en un 6%.

La Segunda Guerra Mundial trajo un cambio en la política de exclusión. La labor mexicana volvió a ser necesaria para satisfacer las demandas de la agricultura. Esta vez los Estados Unidos regularizó la entrada evitando permisos a largo plazo, o la necesidad de expatriación en caso de cambios en la economía. El mecanismo usado fue el programa de Braceros, un acuerdo en 1942, entre los Estados Unidos y México, para permitir la entrada de trabajadores temporales sólo para la agricultura, y bajo la condición de no desplazar a trabajadores nacionales.

El programa de Braceros de Braceros debía expirar en 1947 pero continuó sin regulación gubernamental durante cuatro años. Así siguió hasta 1974 cuando las presiones de los sindicatos en los Estados Unidos lograron acabar con él.

La terminación del programa en los Estados Unidos aumentó la crisis de desempleo en la zona fronteriza con México, y obligó al gobierno a explorar otros medios.

Magnitud del movimiento

Aunque estamos enfocando el asunto en relación en los mexicanos, el determinar la magnitud del mismo no es cosa fácil. El número varía de acuerdo a las condiciones en los Estados Unidos y en México, pero la publicidad que recibe y las proposiciones que se hacen para lidiar con la migración dependen tanto de la economía y la política de los Estados Unidos como de la magnitud de la migración y la política de los Estados Unidos como de la magnitud de la migración. Lo cierto es que nadie sabe cuántos mexicanos hay en los Estados Unidos en un momento dado, legales o ilegales.

Para empezar hay los que poseen la tarjeta verde. Este documento se entrega a aquellos que llenan los requisitos para permanecer como residentes en los Estados Unidos aunque prefieran vivir en México y viajar a su trabajo en los Estados Unidos. Aunque el número dado de esas tarjetas es fácil determinar, el gobierno no tiene manera de saber cuántos han muerto o regresado a México permanentemente. Tampoco hay forma de saber cuántos entran a los Estados Unidos y luego, mandan sus tarjetas por correo para que otros vengan.

Otra clase de inmigrantes legales son los conocidos como “tarjetas blancas”. Este documento permite a su dueño entrar a los Estados Unidos por 72 horas. Es popularmente conocida como la tarjeta de “entrada” o de “compras” y no garantiza permiso de trabajo (regla que se infringe continuamente).

Se estima que el número de indocumentados sea entre dos y doce millones, dos cifras tan disparatadas que indican que estamos tratando con una evaluación basada no en estadísticas actuales sino conjeturas.

Características de la población migratoria

¿Quiénes son y porque vienen? Su fuéramos a trazar un perfil diríamos que el inmigrante promedio que viene de México a los Estados Unidos es hombre, de un área rural, soltero, con tres o cuatro años de escuela y poco o ningún conocimiento de inglés.

Vale la pena señalar que la mayoría de los inmigrantes no provienen del área fronteriza. Menos de la tercera parte han nacido en los estados próximos a los Estados Unidos. Los otros dos tercios vienen de otras partes de México, mayormente Guadalajara, Michoacán, Jalisco, Durango, San Luis Potosí y Zacatecas. Muy pocos inmigrantes del sur y éste de México vienen a los Estados Unidos. Posiblemente se debe a razones económicas: el dinero es tan escaso que un viaje tan largo es imposible aún reconociendo las ventajas económicas.

Los inmigrantes que llegan a los Estados Unidos no son de los más pobres. Los más pobres no tienen dinero para el transporte ni para pagar los Coyotes (los contrabandistas de gente) que los traigan al país. Tampoco tienen contactos para obtener trabajo, documentos legales o falsificados, y préstamos para gastos de viaje y para la familia que se queda hasta que puedan acumular algunos ahorros.

Esta barrera financiera ha provocado la frecuente observación de que los trabajadores que emigran a los Estados Unidos son los más juveniles, vigorosos e ingeniosos de los sectores rurales

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