NOTICIEROS DE TV E IMAGINARIOS EN DOCENTES DE LA FRONTERA COLOMBO-VENEZOLANA
wagudelo527 de Junio de 2014
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NOTICIEROS DE TV E IMAGINARIOS
EN DOCENTES DE LA FRONTERA COLOMBO-VENEZOLANA
WILSON AGUDELO SEDANO
Universidad de Los Andes, Táchira. Venezuela
wagudelo@ula.ve
Las siguientes ideas buscan comprender la forma como están asumiendo los actores escolares de la frontera colombo venezolana el desafío de las culturas mediáticas en tiempos de una aguda crisis de la globalización económica y la mundialización cultural, mientras que en los países latinoamericanos hay un cambio de época con renovados aires en los procesos de integración. Por ello, surge el reclamo contra el orden internacional en el que las corporaciones empresariales controlan las tecnologías y los contenidos que las redes vehiculan, contra el predominio de las lógicas mercantilistas en los mensajes, la degradación del ciudadano en consumidor, la vulnerabilidad de las nuevas generaciones y la lenta respuesta de la escuela ante estos desafíos, un conjunto de circunstancias que obligan al estudio de nuestra realidad.
En las sociedades latinoamericanas la cultura está fuertemente mediatizada. Nuestras naciones están organizadas para que las tecnologías y medios de producción y transmisión de información conformen la creación colectiva de significados constituyendo la forma más amplia con la que el orden social se comprende, se comunica, se reproduce y se transforma, tal como señala María Cecilia Mata (1999: 84). Los mensajes mediáticos ejercen en nuestras culturas gran influencia: es el único recurso de las mayorías para informarse, recrearse, conocer las novedades del mundo y hallar sus modelos de vida. Vistos así, los medios son una dimensión estratégica de la cultura pues son un atrayente vehículo de socialización de las nuevas generaciones, invaden la acción de los padres al tiempo que le disputan el espacio del saber a la escuela (Martín Barbero, 2002: 54).
Sin embargo, al estar los medios cada día más sometidos a la descarada lógica del negocio y los intereses de las corporaciones empresariales, genera una perversión social cuya responsabilidad no sólo es de los conglomerados económicos y de los políticos coaligados, sino la culpa también se debe a la complicidad de “un sistema educativo incapaz de pensar la envergadura de los cambios culturales que emergen en la relación de los niños y los jóvenes con los medios y las tecnologías audiovisuales e informáticas” (Ibíd: 54).
La investigación adelantada es de carácter cualitativo, centrada en el tema de la educación en medios de comunicación. Se indaga en maestros de básica de la frontera colombo venezolana sobre sus gustos y preferencias de los medios, especialmente la televisión, y de los imaginarios que han construido acerca de los noticiarios, de lo que piensan acerca de su país, la nación vecina y el mundo. El propósito es comprender las características del consumo televisivo de los actores del hecho educativo, saber qué tipo de mediaciones y actividades hacen como comunidad de apropiación e interpretación de los mensajes massmediáticos. Y, además, a partir de los juegos de simulación del noticiero televisivo de los profesores de San José de Cúcuta y de San Antonio del Táchira, conocer los imaginarios que han construido de cada uno de sus países y del mundo.
1. La información como poder
Las mediaciones tecnológicas han revolucionado los intercambios simbólicos y han favorecido la interculturalidad, renovado la socialización de los individuos y, en consecuencia, afectado las identidades nacionales: un conjunto de mutaciones culturales que han desestabilizado las tradicionales prácticas sociales, comunicacionales y educativas.
Las corporaciones dueñas de las señales y de las imprentas imponen contenidos y gustos como sinónimo de independencia y diversidad. Afirma Eduardo Galeano que la proclamada diversidad tecnológica es presentada como “diversidad democrática ya que la tecnología pone la imagen, la palabra y la música al alcance de todos, como nunca antes había ocurrido en la historia humana; pero esta maravilla puede convertirse en un engaño si el monopolio privado termina por imponer la dictadura de la imagen única, la palabra única y la música única, pues por regla general esta pluralidad tiende a ofrecernos miles de posibilidades de elegir entre lo mismo y lo mismo”. Concluye que «Estamos informados de todo, pero no nos enteramos de nada» al citar a Ezequiel Fernández-Moores (Galeano, 2006: 282).
Las arrolladoras innovaciones presionan urgentes cambios en las estructuras tradicionales, entre ellas las del sistema escolar y del sistema de medios de comunicación. Las respuestas son diversas como diversos son los problemas. En Venezuela y Colombia se adelantan reformas para solucionar las deficiencias en los sistemas educativo y comunicacional. Mientras que en Caracas se implementan amplias medidas sociales –justificadas con el fin de reparar iniquidades atávicas– bajo una intensa polaridad política, en Bogotá igualmente se introducen cambios desde concepciones distintas y en medio de conflictos violentos de larga trayectoria.
2. Comunicación, educación y cultura
Los docentes en su condición de audiencia, como miembros de comunidades de apropiación con responsabilidad en la formación de nuevos ciudadanos, cumplen un trabajo que está relacionado con la política cultural porque es en el ámbito de la cultura donde se forjan las identidades, se activan los derechos ciudadanos y la participación social. Vista así, la pedagogía está relacionada con la ética, la política y el poder, en un concepto amplio, más allá del perímetro escolar, buscando los espacios en donde los jóvenes depositan su confianza y esperanzas en el mundo. Es la invocación de Giroux (2003) para que los educadores reflexionen sobre las dinámicas de la política, la cultura, el poder y la responsabilidad. Al redefinir así su propio papel político, se deben cuestionar las condiciones bajo las cuales se produce el conocimiento en esta sociedad, asumiendo la defensa de la justicia social contra los intereses mercantiles y adoptando una actitud profesional y científica interesada por lo ideológico y lo social. Estos aspectos son esenciales en la medida en que la cultura docente es la que modela la comunicación en el aula y en la escuela, y por tanto contribuye en la cultura de los estudiantes, influyendo en sus valores, rutinas y normas (Pérez Gómez, 1998).
Desde esta concepción, la escuela debe enfrentar la dominación que mantienen sobre el sistema educativo las fuerzas del capital y las corporaciones transnacionales multimedia, una situación que se ha agudizado con la nueva etapa de la economía capitalista globalizada, neoliberal y con el poder de la denominada sociedad de la información sobre las formas de producción, adquisición y uso del conocimiento (Sierra Caballero, 2006). Este conjunto de procesos sirven para uniformizar el mundo y con ello se estandariza la lengua que usamos para designarlo (Mattelart, 2007). Situación que ya había sido advertida por Freire (2005) cuando clamó por la obligación de emprender un proceso de liberación de la palabra propia, en el que la palabra enunciada por el dominador supere la condición alienante; por ello propugnaba que mediante preguntas se subvierta dicho orden, para de este modo fundar el espacio de las palabras generadoras, las que dan posibilidad al encuentro del hombre con su mundo y con los otros de su misma condición. Freire toma como ejemplo a los analfabetos, sujetos colonizados que se desprecian a sí mismo, a su lenguaje, a su cultura, impedidos de decir su palabra, por lo que requieren de una alfabetización cuya praxis educativa les devuelva el “derecho a decir lo que viven y sueñan, a ser tanto actores de su vida y de su mundo” (en Martín Barbero, 2002). En fin, se trata de instaurar un verdadero espacio de la comunicación, en su forma íntegra, ese estado supremo de “estar-con-el-otro”, en condiciones de auténtico diálogo, y no simple información, difusión, transmisión (Pasquali, 1977).
3. La recepción como centro de estudio
El estudio de la recepción sirve para comprender al usuario en sus condiciones particulares de recepción lo que permite vislumbrar la producción de sentido y los imaginarios que se construyen en un proceso de mediano y largo plazo. Al aceptar que las audiencias son agentes activos en la decodificación de los mensajes, se descarta que estos automáticamente acepten la visión del emisor. Hay un espacio de interacción o negociación de sentido que se da entre el sujeto, el texto y los medios en el que participan otros actores de su círculo social o de las instituciones que funcionan como campos de recepción, tal como lo plantea Diego Lizarazo (1998: 106). Se trata de entender el proceso de interacciones, de búsqueda y negociación de sentido ejercida por el sujeto receptor sobre el texto mediático, una actividad que hace junto con los demás sujetos de su ámbito institucional, social y familiar. Se toma en cuenta que los actores escolares construyen los significados en sus interacciones como parte de la circulación social de los discursos, bien sea para aceptarlos, excluirlos o cuestionarlos.
La expresión de que los medios son una “ventana para ver” la realidad, requiere de una advertencia. Los acontecimientos que allí difunden son creaciones modeladas bajo las concepciones y valores de los agentes emisores, cuyos textos realizan la función de mediación con lo cual se configuran unas relaciones de poder y subordinación, basadas en privilegios y desigualdades. Es de presumir que este estado
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