ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Necesidades Sociales

bianca199518 de Septiembre de 2013

13.615 Palabras (55 Páginas)524 Visitas

Página 1 de 55

Las necesidades humanas y su determinaci—n

Los aportes de Doyal y Gough, Nussbaum y Max-Neef al estudio de la pobreza (*)

Octavio Groppa

ogroppa@fibertel.com.ar

Instituto Para la Integraci—n del Saber

Universidad Cat—lica Argentina

Diciembre 2004

(*) (O SUHVHQWH WUDEDMR HV XQD UHYLVLyQ \ DPSOLDFLyQ GH ´(O HQIRTXH GH ODV FDSDFLGDGHV HQ $ 6HQ \ 0 1XVVEDXPμ

Erasmus VII n. 1. (2005)

SUMARIO

INTR2'8&&,Ð1 .....................................................................................................................................................1

EL ENFOQUE DE LAS CAPACIDADES DE AMARTYA SEN...................................................................3

Conceptos principales.............................................................................................................................................3

Valoraci—n cr’tica.....................................................................................................................................................5

/$ 7(25Ì$ '( /$6 1(&ESIDADES HUMANAS DE DOYAL Y GOUGH..........................................7

Presentaci—n de la propuesta .................................................................................................................................7

Valoraci—n cr’tica.....................................................................................................................................................9

EL ENFOQUE DE LAS CAPACIDADES DE MARTHA NUSSBAUM....................................................11

Presentaci—n de la propuesta ...............................................................................................................................11

Valoraci—n cr’tica...................................................................................................................................................15

LA MATRIZ DE NECESIDADES Y SATISFACTORES DE MANFRED MAX-NEEF.......................17

Presentaci—n de la propuesta ...............................................................................................................................17

Valoraci—n cr’tica...................................................................................................................................................20

CONSIDERACIONES FINALES .........................................................................................................................21

%,%/,2*5$)Ì$.......................................................................................................................................................26

1

I1752'8&&,Ð1

La cuesti—n de las necesidades humanas no ha sido un tema central en la teor’a econ—mica del

desarrollo. Si bien consideradas por Arist—teles y Marx, la corriente dominante en la econom’a del

siglo XX, apoyada sobre la antropolog’a simple ²de ra’ces conductistas (Sen, 1999b)² que le

ofrec’an el utilitarismo y el marginalismo, desestim— aquella tem‡tica compleja para comenzar a

hablar de preferencias. La categor’a se volvi— entonces patrimonio exclusivo de los cr’ticos (Ramos

Gorostiza, 2004) o de los estudios espec’ficos acerca de la pobreza.

La simplificaci—n metodol—gica que significaba el homo oeconomicus, al ser generalizada y

convertirse en categor’a totalizadora, encubr’a toda una antropolog’a y una Žtica: el economista ya

no debe preguntarse por las necesidades, que a la postre son cambiantes en cada contexto, sino

mirar las acciones que realizan los agentes. Ellas revelan las preferencias personales (Samuelson).

De tal forma, el mercado se constituye en el mejor informante. ƒl no es otra cosa sino expresi—n

del encuentro entre las distintas preferencias de los agentes. En consecuencia, los intercambios

all’ establecidos, en ausencia de regulaciones, son ²por definici—n² justos. No hay espacio para

los juicios de valor. De esta manera se renuncia a la definici—n te—rica de la necesidad en

EHQHILFLR GH XQ DQiOLVLV PHUDPHQWH ´GHVFULSWLYRμ GH OR REVHUYDGR /D QRFLyQ GH SUHIHUHQFLDV IXH

revisada por varios autores bienestaristas, pero en la medida en que no la ligaron a un criterio

material permanece insatisfactoria.1

El concepto de necesidad fue trabajado, en cambio, por antrop—logos y psic—logos, entre

otros cient’ficos. Malinowski distingui— necesidades primarias, como las de nutrirse y beber, de

dormir y de satisfacci—n sexual, y necesidades secundarias, instrumentales o integradoras. Las

instrumentales derivan de los procesos puestos en marcha para satisfacci—n de las necesidades

primarias: son las necesidades de cooperaci—n, de arbitrar en conflictos, de conjugar los peligros

que amenazan a la comunidad, etc. Las segundas se refieren a los sistemas de comunicaci—n, de

control social y simb—licos. De ellas derivan mecanismos m‡s complejos: procesos de toma de

decisi—n, de legitimaci—n de la autoridad, reglas de sucesi—n, estructuras de gobierno, etc. (Alonso,

1986: 1-2). Por su parte, Abraham Maslow investig—, desde una perspectiva genŽtica, c—mo

aparecen distintos tipos de necesidad a lo largo de la vida del ser humano. Para este psic—logo

estadounidense, las necesidades humanas son demandas frente a desequilibrios que buscan ser

compensadas y, a medida que van alcanzando satisfacci—n, van complejiz‡ndose. En un proceso

din‡mico, una necesidad colmada le abre lugar a una nueva necesidad que reclama atenci—n. Las

necesidades primarias se relacionan con la subsistencia; luego aparecen las necesidades de

seguridad, seguidas de las de pertenencia y afecto, las necesidades de estima y, finalmente, las de

autorrealizaci—n. Las necesidades de los primeros cuatro estadios son denominadas de dŽficit (Dneeds),

y pueden ser satisfechas. La necesidad de autorrealizaci—n o necesidades de ser (B-needs), en

cambio, incrementan su intensidad cada vez m‡s. El acento est‡ puesto en el individuo (Salvia y

Tami, 2004).

Entre los economistas cr’ticos, Keynes distingu’a entre necesidades absolutas y relativas:

ODV SULPHUDV ´ODV H[SHULPHQWDPRV FXDOTXLHUD TXH VHD OD VLWXDFLyQ HQ TXH VH HQFXHQWUHQ QXHVWURV

SUyMLPRVμ ODV VHJXQGDV HQ FDPELR ´VRQ UHODWLYDV ~QLFDPHQWH SRU HO KHFKR GH TXH VX VDWLVIDFFLyQ

QRV HOHYD SRU HQFLPD \ QRV KDFH VHQWLU VXSHULRUHV D QXHVWURV SUyMLPRVμ 2 Asimismo, Galbraith

(1984: 198-207) analizaba la desaparici—n en el discurso econ—mico de la noci—n de necesidades

establecidas independientemente para dar paso a las necesidades creadas mediante la publicidad,

OR TXH GHQRPLQy HO ´HIHFWR GHSHQGHQFLDμ $ SHVDU GH OD FODULGDG GHO DUJXPHQWR *DOEUDLWK QR

explicit— los criterios de distinci—n de los distintos tipos de necesidades y qued— expuesto a la

1 Una muy buena s’ntesis de las posturas al respecto puede verse en Nussbaum (2002: 190-206).

2 Keynes, J. M. Essays on persuassion, 365-366, citado por Galbraith (1984:196)

2

cr’tica de Hayek. Los razonamientos de Keynes y Galbraith tienen un antecedente en la teor’a del

consumo ostensible de Thorstein Veblen, quien en su Teor’a de la clase ociosa consideraba que la

motivaci—n econ—mica principal de las personas era la emulaci—n, expresada en la lucha por el

Žxito pecuniario y un ocio y consumo ostensibles (Ramos Gorostiza, 2004).

Ahora, si la necesidad es producida socialmente (Alonso, 1986) entonces se pierde la base

de comparaci—n, SXHV \D QR VHUi SRVLEOH SODQWHDU XQ SDWUyQ XQLYHUVDO ´QR H[LVWHQ QHFHVLGDGHV QL

tipos de necesidades aislados: cada sociedad tiene un sistema de necesidades propio y

caracter’stico que de ningœn modo puede ser determinante para criticar el que corresponde a otra

VRFLHGDGμ 3 Las necesidades dependen, en œltima instancia, de la divisi—n del trabajo.

Hubo, empero, un campo en la econom’a donde el concepto de necesidad s’ fue utilizado,

SDUWLFXODUPHQWH D SDUWLU GH ORV DxRV · ORV HVWXGLRV GH SREUH]D GRQGH se desarroll— la categor’a

GH ´QHFHVLGDGHV EiVLFDVμ DPSOLDPHQWH XWLOL]DGD SRU OD &(3$/ eVWDV VH UHILHUHQ D XQ HOHQFR

acotado de caracter’sticas que todo hogar deber’a poseer, relacionadas con la educaci—n del jefe,

la asistencia escolar de menores, el saneamiento de la vivienda o el hacinamiento, por ejemplo.

Esta categorizaci—n vino a complementar la definici—n de la pobreza en tŽrminos de ingreso

insuficiente para adquirir una canasta de bienes (la l’nea de pobreza) y captura la pobreza m‡s

estructural. Pero este indicador exigente deja fuera varios tipos de pobreza, adem‡s de no corregir

las falencias que supone la medici—n de la pobreza tomando en consideraci—n exclusivamente el

ingreso. En efecto, el mŽtodo de la l’nea de pobreza sirve como indicador global para conocer la

cantidad de pobres en tŽrminos de ingreso en una sociedad dada, pero revela serios l’mites si se

TXLHUH FRPSUHQGHU HO FRQWHQLGR GHO FRQFHSWR HVWR HV TXp VLJQLILFD HQ FRQFUHWR ´VHU SREUHμ ²de

manera de poder aportar soluciones², debido a la informaci—n restringida en la que se basa.

Una contestaci—n al mundo feliz que propon’a la teor’a econ—mica cl‡sica la dio, sin lugar

a dudas, el economista indio

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (103 Kb)
Leer 54 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com