Nuestro Pensamiento, Nuestro Destino
thaly_or26 de Mayo de 2013
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El poder de la mente humana es demasiado grande. Nuestra mentalidad puede cambiar completamente nuestra propia vida y la de la sociedad. Hay un proverbio que propone que los pensamientos se convierten en palabras, las palabras se convierten en acciones, las acciones se convierten en hábitos, los hábitos se convierten en el carácter y el carácter se convierte en el destino. Estoy completamente de acuerdo con esto. De tanto pensar en algo, lo empezamos a decir, y de tanto decirlo, lo empezamos a hacer hasta adoptarlo como forma de vida. Es por ello que somos lo que pensamos. Esto nos lleva a entender que nuestra mentalidad puede cambiar nuestra propia vida. Obviamente esto no sucederá inmediatamente como por arte de magia. Será un proceso lento, pero seguro. Ahora entendamos cómo cambia la vida de la sociedad: la ley de la conservación de la energía nos da a entender que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma y/o se transfiere. Si bien ésta es una ley química, no quiere decir que nosotros seamos inherentes a ella. Nosotros, los seres humanos, poseemos energía, somos energía y tenemos el poder de transformarla –negativa o positivamente, y transferirla a quienes nos rodean. Nuestra energía es nuestra actitud, nuestro estado de ánimo. La transformamos cuando nos dejamos llevar por las emociones y situaciones o cuando las controlamos. Y la transferimos al interactuar con los demás a nuestro alrededor. Es por ello que un cambio en nosotros, reflejará un cambio en las personas a nuestro alrededor, cuyo cambio a su vez reflejará cambios en otras personas, formando una red que involucra a la sociedad.
A los colombianos nos han puesto varias etiquetas: alegres, trabajadores, recursivos, inteligentes, violentos, drogadictos, entre muchos otros. Pero nosotros mismos nos hemos puesto una etiqueta nociva: pobres. La mayoría de colombianos suelen pensar que para todo se necesita dinero y que si empiezan un proyecto, la primera consecuencia que verán será la monetaria. La mayoría de los colombianos están acostumbrados a quejarse para conseguir las cosas. Pero no tantos colombianos entienden que el tiempo que invierten en quejarse lo pueden usar para intentar mejorar la situación. No tantos colombianos comprenden que las inversiones tardan tiempo y que lo primordial no es el dinero. Hay una falla en la mentalidad de la mayoría de los colombianos y como son mayoría, hacen que el país entero falle. Se debe generar un cambio, y ese cambio no empieza en unos meses, años. Empieza ya. Ese cambio no lo hacen unos cuantos colombianos, lo hacemos todos nosotros los colombianos, lo hace usted, lo hago yo.
Uno de los errores que los colombianos cometemos es pensar que nosotros estamos fuera de Colombia. Si hay votaciones, muchas personas no votan porque piensan que solo los ricos van a terminar eligiendo el que les convenga. Si se habla de la gente que no colabora con el país, muchos piensan que están hablando de un conocido, pero nunca de ellos mismos. Si sucede una injusticia, muchos colombianos permanecen de brazos cruzados porque piensan que es inútil hablar en un país tan burócrata. Estos son sólo unos pocos ejemplos de nuestra carencia de sentido de pertenencia. Y este no es un error mínimo, es un error colosal. No podemos pretender arreglar un país que no sentimos como nuestro. Tenemos que amar lo que hacemos, sea lo que sea. Por eso, amemos a Colombia para hacer una buena Colombia.
El otro gran error que los colombianos debemos corregir urgentemente es que creemos que el dinero es la base de todo. Muestra de ellos es que muchos colombianos frustran sus sueños y sus planes porque piensan que si no son multimillonarios, no pueden conseguir sus objetivos. Antes que dinero debemos poseer valor y disposición. No podemos pretender hacer todo solo con dinero. Si no sentimos pasión por algo, no lo podemos llevar a cabo. Por eso los colombianos
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