Odontología forense

INTRODUCCIÓN.

La odontología forense, parte de la odontología, es fundamental para la identificación de cadáveres o restos humanos; cuando se trata de evidencias dentales, ayuda a determinar la edad, la raza u otras características de un muerto. La cavidad oral se considera la "caja negra" del cuerpo humano debido a sus numerosas estructuras blandas y duras.

Definida como una profesión que rompe con la terapéutica y establece un vínculo entre la odontología, implicando el cumplimiento de la ley y la aplicación de los conocimientos odontológicos al servicio de la justicia. Y básicamente totalmente confiable y confidencial.

La contribución de la odontología forense al trabajo realizado en el lugar de intervención ha sido fundamental a lo largo de los años. Las estructuras duras como los dientes y el maxilar brindan información importante para el proceso de identificación, los tejidos blandos como el paladar y los labios son menos importantes, ya que brindan datos interesantes al dejar marcas, surcos y asperezas que son característicos de la identificación al permitir el abordaje individual.

Los dientes son una evidencia invaluable porque son la estructura más dura del cuerpo humano y, en casos extremos, como explosiones, incendios y accidentes aéreos, pueden ser el único material con el que se puede identificar a las víctimas. Aunque la hemoglobina es una estructura resistente al calor, ciertas condiciones pueden debilitarla.

El perito especializado en odontología enviará sus informes a dichos solicitantes para que se adhieran al protocolo clínico o post-mortem correspondiente. La odontología forense mediante métodos de identificación es eficaz en los casos en que la víctima, es decir, la persona que sufrió un accidente o fue identificada como sujeto pasivo de un hecho punible, no puede ser identificada por el gran trauma sufrido (quemado, caries, etc.) o no se puede identificar su identidad. Ya sea debido a un traumatismo o un incendio... o cuando el perpetrador intenta evitar la identificación e identidad de la víctima.

 Entonces la identificación se convierte en grandes contribuciones a la odontología forense, Se dice que la odontología forense nació de un evento que sucedió en el imperio Roma, que demostró que desde Las características bucales de una persona. En vida, es posible determinar su identidad después de su muerte.

También con las grandes investigaciones acerca del historial dental de una persona es posible saber que la muerte no fue por causas naturales, como lo es "pink teeth" (diente rosado) sucede cuando la hemoglobina dental viaja por los tubos dentarios dándole ese color rosa, esto ocurre cuando sufre autodestrucción más las condiciones del medio ambiente o por lo ya mencionado causa de muerte como lo son estrangulamiento, inmersión e intoxicación por monóxido de carbono.

En 1829, el Dr. Thomas Bell describió este fenómeno en víctimas de ahogamiento o ahorcamiento y esta fue la primera mención científica al respecto. Más tarde, en 1953, Miles et al, observaron el mismo fenómeno en dos casos similares: un hombre fue enterrado vivo y otro se ahogó.

La dentición humana promedio tiene 32 dientes. Las diferentes características morfológicas y métricas, así como los aspectos adquiridos (brackets, amalgamas, endodoncia y pigmentación, etc.) hacen que la probabilidad de tener dos prótesis idénticas sea prácticamente nula. El número de posibles combinaciones de patrones de dientes es enorme; incluso los dientes de cada gemelo difieren de los de su pareja. Con estos testigos dentales, la odontología forense puede brindar información definitiva para identificar cadáveres en estados avanzados de descomposición.

El campo forense, integrado por diferentes disciplinas, está diseñado para identificar no solo a los muertos sino también a los vivos. En este último caso, esto ayuda a resolver tareas legales para restaurar la ley. Por ejemplo, si se encuentra goma de mascar en el lugar de los hechos, la marca de mordedura que queda en él se puede comparar con el patrón de los dientes del sujeto que se cree que había en el sitio. Todo lo antes mencionado conforma parte de odontología forense, una ciencia que no puede ser burlada; un siglo después, el último de tus huesos se habrá convertido en polvo. Y solo la parte más duradera de tu cuerpo, tus dientes, permanecerá.

Antecedentes.

Los dentistas tienen evidencia de que los sumerios (culturas antiguas) intentaron explicar el origen y las causas de las caries y el dolor de muelas. Por ejemplo, tenemos constancia histórica de que los sumerios dejaron un texto explicando que la caries dental se debe a la presencia de gusanos en los dientes. esto es con el primer registro de enfermedad oral (gusanos).

Pasaron los años y los egipcios alrededor del 3000 a.C. ya realizó la extracción de dientes y trepanación de la cortical externa de la mandíbula para el drenaje de abscesos dentales. Hersi Re, dentista en Egipto, médico que señaló la importancia de combinar la medicina y la odontología, fue la encargada de solucionar y aliviar las enfermedades dentales de los faraones. Luego, los chinos utilizaron su antigua técnica de acupuntura para aliviar el dolor de muelas causado por la caries dental progresiva.

En el siglo IV a.C. Las primeras incrustaciones dentales de jade y turquesa aparecieron en cráneos mayas por motivos estéticos. La pieza se encuentra en exhibición en el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México, México. En este siglo, una prótesis fija etrusca se exhibe en un museo de la escuela de odontología en París. Está hecho de oro con dientes de animales insertados para reemplazar las piezas faltantes.

En el año 49 d. C., la esposa del emperador Claudio (Agripina) ordenó el asesinato de Lolita Paulina (amante de Claudio) y pidió, para asegurarse de que obedecía su orden, que le trajeran la cabeza de Lolita; pero debido a la descomposición no pudo verlos, separó los labios del muerto para ver fragmentos de dientes muy peculiares. Más tarde, a principios del Período Medio en 1477, Carlos el Temerario, un príncipe francés, murió en la Batalla de Nancy en Francia. Su cadáver fue identificado por la ausencia de los incisivos inferiores, que había perdido a consecuencia de una caída de su caballo antes de ser bien conocido por sus fieles ciervos. Gracias a Pierre Fauchard comienza el periodo científico moderno, con el inicio de la odontología forense como profesión científica.

En 1879 Napoleón IV fue asesinado por los Blues en Sudáfrica. Posteriormente, su cuerpo fue identificado mediante un examen de sus dientes realizado por un dentista. Más tarde, en 1891, en la Universidad de Lyon (Francia), Merciol presentó el caso de un banquero de Petersburgo que fue asesinado en su oficina y junto a su cuerpo se encontró una pipa. El examen de la pipa reveló desgaste causado por los dientes del fumador que no coincidían con los de la víctima, lo que llevó al sospechoso a ser arrestado en la prueba.

Oscar Amoedo, profesor de una escuela de odontología en París, presentó un informe en el Congreso Médico Internacional en Moscú (1897) en 1897 titulado “El papel de los dentistas en la identificación de víctimas de un desastre de bazar benéfico”. El cónsul Alberto House de Paraguay se ofreció a influir en la opinión de los odontólogos, lo que hizo que los odontólogos reconocieran a muchos de sus pacientes entre las víctimas.

Germán Valenzuela Bastérica. El 5 de febrero de 1909, en la oficina de la delegación alemana en Santiago de Chile, Guillermo Beckert Frambauer, segundo secretario de la delegación, apuñaló en el corazón a Ezequiel Tapia, portero del edificio; También, con un par de bolas, le rompió la parte delantera y la base del cráneo; Con una lámpara de joyería, quemo su tibia y parte del exactamente el rostro derecho, especialmente su boca, para no dejar rastros de callos óseos de una fractura debidamente curada.Beckert había convencido previamente a Tapia de usar un traje y una camisa con gemelos.

 Después de que Beckert cometió el asesinato, Beckert confiscó los fondos, roció el cuerpo y todo lo que lo rodeaba con gasolina y le prendió fuego. Como Beckert no se dio cuenta de esto, se asumió que el cadáver carbonizado era suyo. Sin embargo, el médico alemán Valenzuela Basterrica elaboró ​​un informe certero y veraz en el que afirmó que los dientes y la boca del cadáver examinado no eran los de Beckert; Logro esto comparando dos tablas de dientes.

Profesional alemán. En marzo de 1919, el doctor Rodríguez Cao legista del instituto médico legal de Rio de janeiro, encontró en un bosque un cadáver en estado de descomposición. A la víctima en la boca se le encontró una prótesis dental que consistía en un puente con dos incisivos, uno central derecho y otro lateral izquierdo. Publicaron el caso en los periódicos, tiempo después llego un profesional alemán a las jefaturas de policía, quien reconoció el trabajo dental que había realizado alrededor de algún tiempo a un ciudadano de origen alemán llamado Alfredo Sheneck un aviador perdido en los Andes, El aviador argentino Benjamín Matienzo se perdió en la cordillera de los Andes en su intento de sobrevolarla para llegar a Chile.

 Después de algunos años se encontró su cadáver, mas no el avión por lo que se hicieron varias conjeturas; según Una de estas Matienzo no se mató ni se hirió gravemente en la caída, sino que pudo caminar una gran distancia en busca de auxilio hasta que la inanición y el frio lo rindieron. Solo pudieron identificar sus restos gracias al puente de oro que tenía en la mandíbula.

En 1930, John Hamilton, un conocido mafioso estadounidense, fue herido por la policía del FBI cuando intentaba huir al norte de Chicago. Murió 10 días después y sus compañeros lo enterraron a poca profundidad y lo cubrieron con lejía y agua para destruir sus rasgos distintivos. El FBI encontró el cuerpo, pero fue imposible identificarlo porque la lejía había destruido los tejidos blandos, excepto los huesos y los órganos dentales, que tenían pequeños empastes de amalgama. los cuales fueron comparados con el registro odontológico existente en el centro penitenciario.

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