Ordenamiento territorial

Ordenamiento Territorial

La planeación territorial, como herramienta para alcanzar un futuro deseado y con ello el bienestar de la población, puede hace uso de un instrumento que precisamente está diseñado para ayudar a la toma de decisiones que conciban la ocupación ordenada y el aprovechamiento del territorio como una manera de lograr el desarrollo sostenible, es decir, el uso y aprovechamiento de los recursos naturales para lograr una calidad de vida superior para la sociedad sin comprometer el derecho de generaciones futuras de hacer uso de los mismos recursos.

De manera amplia el ordenamiento territorial (OT) es concebido como una política de estado, que desde una perspectiva sistémica, prospectiva, democrática y participativa busca un desarrollo equilibrado del territorio. La FAO define que la planificación del uso de suelo, como también llama al OT, sirve para determinar el potencial de la tierra, el agua y las alternativas del uso de suelo, con el fin de seleccionar y adoptar las mejores opciones.

En Latinoamérica, surgen las primeras leyes de OT en los años 80’s, con lo que se tiene que enfrentar a las transformaciones ocurridas en los territorios a raíz del proceso de globalización económica iniciado en la década anterior y la aplicación de las políticas neoliberales. Estos eventos significan una influencia de factores supranacionales en los patrones de uso de suelo y de localización de actividades económicas, que modifican el territorio a ritmos acelerados, provocando impactos ambientales que representan una amenaza a la consecución de los objetivos del OT.

En México se han presentado dos vertientes del OT. Una orientada hacia la planeación urbana (LGAH, en 1976) y otra dirigida hacia la aplicación de una política ambiental (LEGEEPA, en 1998). Sin embargo, existe una falta de articulación entre los instrumentos de ambas vertientes, es decir, entre los planes de desarrollo urbano y municipal y ordenamientos territoriales y entre los ordenamientos ecológico-territoriales, y entre los distintos niveles de gobierno.

En nuestro país, en el periodo de 1940 a 1970, las políticas de planeación con enfoque territorial, comenzaron a ser implementadas con el propósito de dar respuesta a los problemas derivados de la aplicación del modelo de desarrollo basado en la sustitución de importaciones. Dichos problemas se resumen en tres partes: a) los desequilibrios regionales, b) el crecimiento urbano acelerado y desordenado y c) la intensificación en la explotación de los recursos naturales.

En 1976, con la Ley General de Asentamientos Humanos se estableció como objetivo lograr una “distribución sustentable de la población y las actividades económicas”. Y para 1996, con le Ley General del Equilibrio y Protección al Ambiente, se incorpora al Ordenamiento Ecológico como el instrumento de política ambiental con impacto territorial, pues estaba dirigido a regular el uso del suelo.

Finalmente, para el año 2001, la política de OT quedó integrada al Plan Nacional de Desarrollo a través del Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial.

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