PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD EN LA POLITICA CRIMINAL COLOMBIANA

PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD EN LA POLÍTICA CRIMINAL COLOMBIANA

Nuestros antecedentes criminológicos y el origen de la cárcel, son un invento relativamente moderno, pues pasó a usarse como pena preestablecida en Europa entre el siglo XVII e inicios del siglo XIX, sin embargo, el hecho de privar de la libertad a una persona es una practica antigua que se solía llevar a cabo cuando una persona actuaba en contra de la ley cometiendo una falta, con el fin de que comparezca a su juicio y resarciera el daño que era reprochado por la sociedad. Su creación se remonta al surgimiento de la Revolución Industrial, y con ella la invención de la nueva maquinaria, que provoca un excedente de mano de obra no cualificada, desempleo y por ende pobreza, mendicidad, prostitución, alcoholismo y comportamientos que no eran bien vistos por la sociedad.

En ese contexto, se da el surgimiento de la cárcel como una institución que sirve para mitigar esas conductas no deseables, en respuesta a la pobreza y a la delincuencia, se empezó a utilizar el encierro como una manera de inculcar disciplina y hábitos a las personas que no trabajaban simplemente porque no querían, evitando que cayeran en la delincuencia, es así como Foucault señalo su surgimiento como una consecuencia no intencionada de una voluntad bien intencionada de ayudar a los pobres.

Hoy por hoy la cárcel como instrumento político, ha tomado gran importancia dentro de la política criminal no solo de nuestro país sino de todos los países y es por ello que se ha incorporado los distintos ordenamientos jurídicos, precisamente para prevenir la delincuencia, materializándose de dos maneras, una general y otra especial, la primera para generar miedo o castigar, pues a ninguna persona le gustaría estar privado de la libertad en una cárcel para evitar el cometimiento de hechos delictivos; la segunda va dirigida a quien sea condenado, dándoles herramientas necesarias como educación, formación profesional, apoyo psicológico y legal para que no vuelva a reincidir y se rehabilite.

Es por ello que enfatizo la importancia de otros correctivos distintos a la prisión, en vez de aumentar erróneamente las penas para supuestamente evitar la comisión de delitos, deberíamos implementar otras tantas como el monitoreo electrónico, la libertad condicional, el servicio comunitario y/o la justicia terapéutica; Por ello, debemos buscar una política más racional, aunque implique invertir la actual Legislación y un cambio en la visión de la política criminal, o como diría Ferrajoli “reforzar formas y sustancia de la democracia, transformar el conflicto armado en conflicto político, equivale por tanto a la instauración de aquella que es quizás la más importante garantía de la paz”. Todo problema con el aumento de la delincuencia y las cárceles, debería resolverse desde la política, desde el parlamento, desde la democracia, por

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