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PREVENCION DE USO Y CONSUMO DE DROGAS


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2021  •  Documentos de Investigación  •  2.803 Palabras (12 Páginas)  •  72 Visitas

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Dicen algunos: “… llegaron las drogas a escuelas y colegios”, queriendo decir con eso que una problemática que no estuvo antes, ahora hay que afrontarla. Otros dicen “¡No! las drogas siempre han estado ahí, en el mismo entorno social, lo que pasa es que no llegaba al nivel de conflictividad actual”. Y puede haber más criterios y observaciones y, de hecho las hay.

Las investigaciones revelan que el alcohol y el tabaco han estado permanentemente en las prácticas sociales y su uso ha sido aceptado, pese a las demostraciones de ser factores de daño a la salud. Por eso, se han denominado “drogas lícitas”. En cambio, las investigaciones señalan que la marihuana, cocaína, pastillas y otras drogas consideradas “ilícitas” tienen cada vez mayor cantidad de consumidores, y algunas de ellas tienden a obtener reconocimiento social de uso.

En cualquier caso, debemos señalar –a diferencia de otros criterios- que el centro de preocupación no debiera ocupar las sustancias en sí mismas (alcohol, tabaco, drogas ilícitas,…) sino las personas que las consumen. En otras palabras, decimos que no se desconoce el interés por conocer las sustancias y su papel social, y toda la acción que se ha puesto o se pone en reducir su oferta hacia la población, pero es mucho más eficaz –como lo reconocen los organismos mundiales y los expertos de todo orden- llegar a las personas con anticipación, esto es, con prevención.

Prevenir el consumo de drogas, alcohol y tabaco es por ahora un imperativo de las familias y de las instituciones educativas.

1. PREVENIR… UN ASUNTO DE TODOS Y TODAS

La problemática del consumo de drogas, alcohol y tabaco reporta una complejidad de dimensiones y elementos y factores que desencadenan su uso y abuso, según los casos, según los individuos, pero también, según los grupos y colectivos. Por eso, la prevención de drogas no es una cuestión sencilla, sino que requiere de la actividad de muchos actores sociales e institucionales, así como de la normativa, de los encargados de la educación, de la protección social y aun de la justicia.

¿Qué es lo que hay que prevenir?

No obstante de la complejidad de la problemática, para las familias debiera estar suficientemente claro qué es lo que hay que prevenir, por lo menos, aquello que hay que prevenir en su ámbito de acción y en los contextos próximos de sus interrelaciones. De esta manera, podrán plantearse el qué hacer .

Consideramos que lo que las familias deben prevenir es:

• El que algunos niños, niñas y adolescentes (hijos e hijas) tengan contacto con drogas, lleguen a necesitar de drogas para sentirse bien, y aún más, dependan de ellas para vivir.

• Que se hayan creado formas de relación y convivencia entre grupos de adolescentes y jóvenes en donde las drogas ocupen un lugar necesario.

• Que se incremente la vulnerabilidad de niños, niñas y adolescentes frente a la instalación de redes de microtráfico, costumbres sociales que disparan consumos y mercados de expendio que presionan el uso.

Las relaciones conflictivas con las sustancias sean personales o grupales, ocasionan riesgos porque los resultados vulneran las relaciones sociales y limitan el desarrollo de las personas. Si adicionalmente, se activan los comercios ilegales de drogas llegando hasta los propios recintos de las instituciones educativas, los riesgos aumentan y otras formas de vulnerabilidad atentan contra los estudiantes, como la extorsión, el acoso y las diversas formas de violencia. Entonces, lo que hay que prevenir es este conjunto de problemáticas y los riesgos que se asocian a ellas, algunos de los cuales se estructuran como riesgos sociales.

El consumo de alcohol y otras drogas tiene una elevada prevalencia en la sociedad en general, y también entre la población trabajadora, repercutiendo sobre el medio laboral. La repercusión del consumo de estas sustancias en el medio laboral es muy importante (enfermedades, accidentes laborales, absentismo, incapacidades laborales, disminución de la productividad). Se valora la necesidad de una política en el medio laboral encaminada a prevenir o minimizar los riesgos laborales derivados del consumo de estas sustancias, con programas de prevención y apoyo que aporten información básica de referencia y orienten al abordaje asistencial de los trabajadores afectados.

Prevalencia de consumo de alcohol y otras drogas en el medio laboral

La elevada prevalencia entre la población trabajadora del consumo de alcohol y/ u otras drogas convierte estos consumos en un problema de gran magnitud. Los primeros estudios a nivel nacional sobre el consumo de drogas en el medio laboral así como estudios en Estados Unidos y Europa corroboran las elevadas prevalencias, con cifras semejantes a las referidas por las Encuestas Domiciliarias sobre Consumo de Drogas, las Encuestas sobre Drogas a la Población Escolar y el Observatorio Español sobre Drogas.

Respecto al alcohol, según la última Encuesta Domiciliaria sobre Consumo de Drogas, su consumo y abuso alcanza prevalencias más altas en la población activa asalariada que en el total de la población. Un 95% de la población laboral ha tomado bebidas alcohólicas alguna vez y el 90% lo han hecho en los últimos doce meses. Estiman que el 12% de los trabajadores beben con niveles de consumo que suponen un riesgo para la salud. El 26% de los bebedores han presentado problemas derivados por el uso de alcohol, y casi un 7% de los bebedores han sufrido algún tipo de consecuencia laboral negativa por el uso del alcohol (accidentes, sanciones, absentismo, despidos).

El cannabis es la sustancia psicoactiva ilegal más consumida, y entre determinados segmentos de población tiene prevalencias casi tan importantes como el tabaco y el alcohol. Un 54% de los activos laboralmente refieren haberlo consumido alguna vez, el 34% lo han hecho en los últimos doce meses y el 27% en los últimos treinta días. El 10% de los trabajadores refiere su consumo habitual (de 3 a 7 veces/semana). Consumen con más frecuencia los varones, y aquellos entre 16-34 años. Estos consumos son mucho más frecuentes que los referidos en estudios más antiguos, que indicaban un consumo en el último mes en población activa del 7-9%.

La cocaína es también una sustancia ilegal bastante consumida entre algunos segmentos de la población laboral. Un 22% de los activos laboralmente han consumido cocaína alguna vez, un 12% lo han hecho en los últimos doce meses y el 7,5% en los últimos treinta días. El consumo es más esporádico que en otras sustancias: así el 0,4% refiere consumirla con frecuencia diaria

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