PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LA VIDA SOCIAL

“EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LA VIDA SOCIAL”

La vida en sociedad, la que todos habitamos cotidianamente, no es otra cosa que el producto de la fabricación que hacemos los seres humanos a través de nuestras relaciones sociales.

Desde que nacen, las personas viven en relación con otras (sobreviven gracias a eso) y comienzan a construir su propia historia y la de la sociedad que habitan. Por esta razón, las historias personales de cada uno de nosotros está profundamente relacionada con las historias de los otros con quienes convivimos: los más cercanos –como nuestra familia, los amigos, los compañeros de la escuela y de trabajo y los vecinos- y muchos otros a quiénes no conocemos directamente pero con los que, conjuntamente, formamos la sociedad en que vivimos. Además, todas estas historias presentes están relacionadas con muchas otras historias pasadas personales y sociales.

Esas relaciones se establecen en un espacio social que está “recortado” en distintas organizaciones como las familias, las escuelas, las iglesias y que representan a diferentes instituciones. La sociedad (nosotros) encarga una tarea específica a cada institución de acuerdo a las necesidades que van surgiendo en la convivencia.

Para cumplir con ese mandato que la sociedad les impone, las instituciones (nosotros) establecen una forma de funcionamiento, una manera de hacer las cosas que luego se naturaliza y se convierte en “el” modo de hacer determinada cosa.

¿Cómo es que se produce esta naturalización? Veamos.

Frente a las situaciones y los problemas que la vida les presenta, los seres humanos van inventando soluciones. Estas experiencias van tomando el carácter de respuestas posibles de ser empleadas por todas las personas y en cualquier situación similar. Con el tiempo se van estableciendo, fijándose, objetivándose… hasta convertirse en productos materiales y en tradiciones. Los hombres aprendieron, por ejemplo, a cazar, a prender fuego, a construir casas, a organizarse comunitariamente, a inventar un lenguaje, ante la necesidad de alimentarse, comunicarse, protegerse, resolver problemas comunes. Y este conocimiento fue transmitido de generación en generación. Posteriormente, estas experiencias objetivadas se fueron fijando a través de un sistema de pautas (normas, valores, ritos) y sanciones. Este proceso se denomina institucionalización.

Esas pautas luego son interiorizadas, es decir aceptadas, aprendidas, por los nuevos miembros de la sociedad como parte de su realidad cotidiana en el proceso de socialización- De esa manera nos convertimos en portadores de esas instituciones en nuestras acciones en la vida cotidiana, en nuestros cuerpos, en nuestras relaciones con los otros. Nos convertimos en parte de esas sociedades a través de ese proceso y la sociedad se convierte en parte nuestra. Por eso decimos que las instituciones son

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