Pacto Social Y Clase Empresarial

Un pacto social de largo alcance y la clase

empresarial patriótica

Dr. Álvaro Montero Mejía

Movimiento Un Camino Propio

UNA ACLARACIÓN NECESARIA PARA LA PRESENTE EDICIÓN

Cuando escribí el presente texto, hace casi dos años, en agosto del año 2000 realizaba, junto a otros compañeros y compañeras, un esfuerzo particular en el seno del Partido Fuerza Democrática. Nos proponíamos entregar a los militantes de esa organización y a otros costarricenses, una buena cantidad de reflexiones políticas que continuamos considerando indispensables para hacer de la política una actividad edificante y digna. Nuestro objetivo no era obtener una aprobación inmediata a nuestros planteamientos, sino iniciar un debate constructivo, dentro y fuera de aquel partido.

Todos nuestros esfuerzos resultaron inútiles. Los que controlaban a Fuerza Democrática estaban imbuidos de un espíritu prepotente y a la vez electorero. Para evitar los debates abiertos y una sana confrontación democrática, por medio de convenciones libres, echaron mano de todos los métodos impropios: violaron leyes y reglamentos, hicieron trampa en las asambleas distritales y cantonales, usaron y abusaron de los recursos que su presencia en la Asamblea Legislativa les brindaba (funcionarios, teléfonos, vehículos, influencia en órganos de decisión etc) y evitaron, por todos los medios, que las ideas hicieran su ingreso en el Partido

La vida se encargó de responder al deterioro y los vicios acumulados por una organización que pudo ser una buena alternativa electoral para miles de costarricenses. . De modo que las referencias a ese partido, deben ser comprendidas en ese contexto. Sin embargo consideramos que las ideas que planteamos en aquella oportunidad, mantienen su plena validez como herramientas de discusión económica, social y política y los proponemos como base para un debate urgente en Costa Rica.

La primera vez que esbocé estos temas, fue durante la celebración del 25 aniversario de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional. Una primera versión fue publicada en la revista especializada que publica esa escuela, que continúa actuando como una verdadera vanguardia del pensamiento económico nacional y que le confiere a esa ciencia social su carácter inevitable de una ciencia humana.

San José. 30 de Mayo del 2002

Introducción

Muchos preguntan qué clase de economía propone nuestra corriente "Un Camino Propio". Darles una respuesta es sumamente importante, sobre todo ante la presente crisis económica y ante la confusión en que se encuentran muchos ciudadanos.

Estas páginas van dirigidas a los hombres y mujeres que trabajan como empresarios patriotas de Costa Rica. Su propósito es defenderlos y asignarles el lugar en el desarrollo económico y social que ni los partidos políticos, ni el gobierno, ni el Estado, ni otras fuerzas sociales, les han dado. Pero se dirigen también a todas las fuerzas y clases sociales que puede dar un aporte a la lucha defender a Costa Rica como país independiente.

El problema teórico de cambiar al capitalismo por otro sistema más justo, aún no se ha desarrollado a plenitud ni constituye la tarea práctica fundamental de nuestro tiempo. Sin embargo, para nuestra tendencia "Un Camino Propio", sí está muy claro que la tarea histórica es cómo derrotar al "capitalismo salvaje", como lo ha llamado el Papa. Porque esa batalla, que sí podemos ganar, responde al clamor de los pueblos de la tierra y a los movimientos de resistencia que surgen todos los días en todos los rincones del planeta.

Los empresarios nacionales y los trabajadores manuales e intelectuales deben estar conscientes de que ambos se enfrentan a un enemigo superior y poderoso. Por lo tanto, no sólo se debe tener muy claro quién es el verdadero enemigo, sino cómo desarrollar métodos novedosos y creativos para resolver los problemas y conflictos internos del país.

Si dentro del empresariado nacional no ha aparecido todavía, un sector sólidamente colocado en defensa de Costa Rica como Estado Nacional, tampoco los trabajadores han alcanzado la conciencia y la organización necesarias para emprender con éxito esa batalla. Esto dificulta enormemente la tarea de construir un bloque patriótico de empresarios y trabajadores. Ni los empresarios por su lado, ni los trabajadores manuales e intelectuales por el suyo, tienen la fuerza social suficiente para construir, separadamente, un poder social y político que preserve a Costa Rica como nación independiente y que pueda encarar con éxito tres acciones vitales: atajar los efectos más brutales de la globalización, desarrollar el país y fortalecer la democracia económica y política.

Estas tareas históricas no son de tipo económico sino que son tareas políticas. Para ejecutarlas, se hace necesaria, como veremos más adelante, la existencia de una organización político-partidaria, que represente al conjunto de esas fuerzas sociales.

Esta conclusión tiene enormes consecuencias prácticas. Significa que, en la era de la globalización, ante transnacionales que son verdaderos Goliats de poder ilimitado, sólo es posible asumir la defensa del país por medio de una unidad política y pluriclasista de fuerzas internas.

Porque la defensa de la Patria, se ha convertido en la tarea fundamental de los costarricenses de hoy.

Para llegar a conclusiones apropiadas, debemos recurrimos al auxilio del pensamiento crítico y a una justa interpretación de la realidad.

Este Cuaderno también plantea con claridad, pensamos, el carácter de nuestra época y las tareas de los costarricenses. Posiblemente algunos amigos y compañeros de diversos sectores sociales se sorprendan de que escriba con tanto interés sobre el empresariado. Esto se debe comprender a la luz de los grandes y profundos cambios que están ocurriendo en el mundo y al reto que ofrecen a la imaginación y creatividad de cada uno de nosotros.

Las tareas que debemos enfrentar hoy en defensa y salvaguardia del Estado Nacional y de la preservación de Costa Rica como país independiente, reclaman un papel trascendental de cooperación entre trabajadores, empresarios y el Estado. Estas tareas, aunque realistas y aspiren a crear más riqueza material, deben estar motivadas por una meta espiritual: construir un país solidario y más democrático.

Un camino propio hace una invitación muy especial

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