Patrón de alimentación en México
amy fuentesDocumentos de Investigación12 de Septiembre de 2021
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Patrón de alimentación en México
Mtra. Gabriela A. Galán Ramírez
A lo largo del tiempo se han presentado cambios en la alimentación constantes trayendo consigo
consecuencias a la salud, no necesariamente favorecedoras. En las últimas décadas, la tendencia en
el aumento del sobrepeso y la obesidad en México se debe en gran parte al consumo excesivo de
calorías y disminución de la actividad física, pero también debido a la disminución en la ingesta de
vitaminas y minerales, asociada al bajo consumo de frutas, verduras, leguminosas y pescado.
Con este panorama actual y de continuar con esta tendencia, México enfrentará desafíos
económicos y sociales aún mayores, puesto que las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT)
causadas por una inadecuada alimentación implicará una mayor pérdida de capital humano. El
desarrollo de las ECNT se relaciona con los cambios sociales y económicos.
El desarrollo social y económico han permitido mejorar el nivel de vida, destacando la mejoría del
saneamiento ambiental, dando como resultado la disminución de enfermedades infecciosas,
disminución de la mortalidad infantil y mejoría en la expectativa de vida. Sin embargo, así como hay
puntos positivos existen los negativos, es decir se han presentado cambios que ha dado resultados
no favorecedores como modificaciones en el consumo de alimentos y en el estilo de vida de las
personas. El resultado final, una tendencia al alza de la obesidad, hipertensión arterial, diabetes
mellitus, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, incluso algunos tipos de cáncer (1).
El crecimiento económico ha modificado no solo las actividades diarias, sino también ha modificado
los patrones de alimentación y actividad física. Cuanto más alto es el ingreso, mayor es la
disponibilidad de energía, mayor es el consumo de productos de origen animal y menor el consumo
de cereales complejos (fibra) y verduras (1).
Hablar de alimentación no es cosa fácil, mucho menos hablar de un patrón alimentario, ya que
ambos son fenómenos complejos, es verdad que el comer, el alimentarnos cubre una necesidad
biológica, pero no todos los individuos lo realizan de la misma manera. El “hecho alimentario” está
determinado por factores sociales, culturales y económicos (2).
Mintz S. plantea que los grupos humanos le dan atributos o significados a los alimentos para
clasificarlos de manera que guían sus elecciones según ocasión, condición socioeconómica, edad,
sexo, estado fisiológico, imagen corporal, prestigio, entre otros. Estos significados pueden ser
internos o externos(2). Estos últimos, se refieren a condiciones externas al ámbito doméstico, como
la disponibilidad y la accesibilidad de los alimentos, horarios de trabajo, organización del tiempo,
exposición a alimentos nuevos, etc. Por otro lado, los internos constituyen lo que quiere decir las
cosas para quien las usa, expresión de la adaptación doméstica a las condiciones externas y expresan
decisiones de ¿qué comer?, ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿cómo se prepara?, ¿con quién o con qué? ¿por
qué? Además, no podemos olvidar que los alimentos proporcionan gusto y placer (2). Entonces los
factores más importantes para decidir la alimentación es el gusto, tiempo de preparación y el
presupuesto.
Para hablar de un patrón de alimentación, hay que tener en mente las condiciones de la población,
así como las tradiciones, hábitos y situación social y económica en la que se vive.
¿Qué es un patrón de alimentación?
Un patrón alimentario se caracteriza por un fuerte apego a los productos que conforman los hábitos
de comida de una población, además de un marcado arraigo al país, es decir, lo que representan las
tradiciones, una estructura de consumo socialmente segmentado y una expresión de lo cultural,
nacional y regional (3).
Un patrón de consumo alimentario está conformado por un conjunto de productos que son
consumidos habitualmente por un individuo, familia o grupos de familias en un promedio estimado
una vez a la semana o bien que dichos productos estén muy presentes para poder ser recordados
en 24 horas después de su consumo de manera individual (3). Así que, un patrón de consumo
alimentario es un componente clave para la noción de un sistema alimentario porque manifiesta el
funcionamiento de dicho sistema pero también determina el estado nutricional de la población (4).
Por lo tanto, para definir un patrón de alimentación tradicional hay factores que intervienen a lo
largo del tiempo como: entorno físico, disponibilidad de recursos, actitudes y valores sociales, que
realmente se refieren al ingreso y la posibilidad de gasto (3). La cultura, las tradiciones, los modos
de vida, las creencias, son determinantes en el comportamiento alimentario, así como para el
proceso salud-enfermedad de un individuo y/o de una población, porque explican la manera de
comer, qué comer, cómo preparar los alimentos (5).
Se conoce que los alimentos que caracterizan a México son principalmente de los grupos de granos
y tubérculos, leguminosas y verduras; de los cuales se destacan, el maíz, los frijoles, el chile, jitomate
y cebolla, además de algunas hierbas y condimentos, todos ellos o la mayoría han prevalecido en el
patrón alimentario de las familias mexicanas a los largo de nuestra historia, pues otros han
desaparecido de la dieta habitual del mexicano, algunos el consumo es nulo o de manera exótica,
como algunos insectos (3,6).
Hablando de un patrón tradicional, cabe mencionar que la gastronomía mexicana es considerada
un patrimonio y es parte de nuestra cultura, dejando huella en nuestra manera de alimentarnos a
pesar de la transición del patrón alimentario y de influencia de un mundo globalizado que nos abre
una mayor accesibilidad a diferentes culturas, por lo tanto, a diferentes alimentos y tipos de dieta.
Un poco de historia de la alimentación en México
En el proceso de poblamiento en el territorio mexicano se distinguen dos regiones etnográficas:
Aridoamérica, al norte y Mesoamérica, hacia el sur. En Aridoamérica permanecieron los grupos
nómadas y seminómadas, cuyos representantes en épocas posteriores son los chichimecas. Por las
características de la región la dieta de los chichimecas debió ser muy similar a sus antecesores,
favoreciendo la caza y/o pesca y la recolección para subsistir. Basado en lo que conocemos la dieta
debió ser rica en productos de la fauna y flora comestible de las zonas desérticas como el nopal, el
maguey, la tuna y el mezquite (7).
En la región de Mesoamérica, donde se desarrollaron las culturas tolteca, olmeca, zapoteca, mixteca
y azteca, se domesticó el chile, el aguacate y la calabaza, seguido del maíz y el frijol que son
ingredientes básicos de la alimentación tradicional mexicana (7).
Tras la conquista (1521), la comida prehispánica sufrió modificaciones, mezclando algunos
ingredientes y técnicas culinarias con la comida española. En esta época se introdujeron algunos
alimentos como: trigo, arroz, garbanzos, olivo, cerezas, uvas, duraznos, manzanas, cerdo, oveja,
gallina, huevo, leche y derivados. Sufriendo una gran transición en la manera de preparar los
alimentos, pasando de consumir en su mayoría alimentos crudos, hervidos o asados a consumirlos
cocidos en agua y fritos por el uso de la manteca de cerdo y aceite de olivo. También se introdujeron
vinos y destilados. No solo hubo influencia española, también hubo influencia asiática proveniente
de China, introduciendo hierbas y especies. Iniciando así la época novohispana, la cual se forjó en
las cocinas de los virreyes y en los conventos (5,7).
En 1821, en un México independiente, una vez más la gastronomía mexicana se transformó de
manera significativa, recibiendo influencia francesa, polaca y austro-húngara (5,7).
En los últimos años, la cultura alimentaria nacional asumió tendencias orientadas a homogeneizar
los patrones de consumo mediante la incorporación paulatina de nuevos alimentos en la dieta de la
población, aunque no todos de buena calidad como de los alimentos introducidos en épocas
anteriores, me refiero a alimentos con jarabe de maíz, soya, azúcar, bocadillos altamente calóricos
y productos cárnicos (5).
En la revisión de Valerino - Perea et al. para definir la dieta tradicional mexicana menciona que los
alimentos presentes en todo el país son los granos, leguminosas y verduras. De estos grupos, los
alimentos principales son: el maíz en su representación en las tortillas, los frijoles, la calabaza, el
jitomate, el chile y la cebolla. A su vez, el chile es el alimento característico de México, prevaleciendo
a lo largo de la historia y presente en todas las regiones del país (norte, centro y sur) (6).
La esencia de los alimentos básicos que conforman la comida tradicional mexicana desde sus
orígenes prehispánicos radica en la biodiversidad del país.
Patrón de alimentación actual
El patrón de alimentación actual ha ido tomando la tendencia de incluir alimentos altamente
calóricos y pobres en nutrimentos, se puede atribuir a que son alimentos de fácil acceso y bajo
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