Politica Educativa

Política educativa.

a Política Educativa en nuestro país, se ha construido en base a los intereses de grupos de poder y a los momentos históricos por los que ha atravesado desde su origen como república.

En los últimos 50 años la orientación política de la educación fue la del impulso de la reconstrucción del país después de la lucha armada iniciada en 1910 y que pronto cumplirá 100 años.

Era necesario unificar a la sociedad y para ello nada mejor que masificar la educación y llevarla a todos los rincones del país; que fue otro de los propósitos de la política educativa de ese periodo.

Esos propósitos, llevó a los responsables de la política mexicana a crear un SISTEMA NACIONAL DE EDUCACIÓN, que a la larga engendró nuevos problemas que repercutieron nocivamente en la calidad de la educación.

La centralización educativa, se transformó en un monstruo que hasta hoy, tal vez con mayor magnitud, devoran gran parte del presupuesto destinado para educación, ya de por sí bastante aquítico.

Podemos revisar cada periodo y encontraremos que cada titular del ejecutivo emprende cambios en el aspecto educativo, supeditado a las políticas internacionales, al modelo económico del momento, a los intereses políticos, a los que aspira el partido que lo llevó al poder y pudiera creerse que en el fondo de todos estos factores existe la preocupación por un pueblo que arrastra históricamente un alto porcentaje de analfabetismo y que a pesar de los programas puestos en marcha, no se supera, en contraposición de aquellos países que en corto tiempo y con una economía raquítica, han podido superarlo. Ejemplos: Cuba, Bolivia, Ecuador, entre otros.

Uno de los problemas que justifican para la autoridad en turno, la falta de un proyecto de educación eficiente, es la carga burocrática que engendró el centralismo desde los orígenes de la Política Educativa, así también el manejo de algunos aspectos de gran importancia de altos dirigentes del SNTE; pero todo esto con la complacencia de la misma autoridad en turno, porque estos “altos dirigentes” como Carlos Jongitud Barrios antes y Elba Esther Gordillo Morales en la actualidad, le han servido al estado como muros de contención de las inconformidades de los trabajadores de la educación ante la falta de mejores salarios, mejores prestaciones y un proyecto educativo pensado desde los actores principales y no desde las altas esferas, que no les permite conocer el pulso de la realidad nacional; lo que ha provocado que hasta hoy se construyan proyectos educativos sin una directriz correcta y terminen argumentando que la carga burocrática, el centralismo aun fuerte, son factores que entorpecen el buen desarrollo de dichos proyectos.

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