Politica Mexicana
crazyalex2224 de Junio de 2015
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Introducción
Nuestro país enfrenta la siguiente situación política inseguridad, un modelo económico que propicia la desigualdad y el intento de imponernos un modelo social homogéneo. La vía para superar estos males es elevar la conciencia cívica de su población y un supremo esfuerzo de política realista para corregir los problemas sociales. De no ser así su camino se puede convertir en el de una nación inviable.
México necesita encender la chispa de la participación cívica y de la toma de conciencia de una realidad gravísima en su fondo y su trasfondo económico, social y poblacional. Sin ello el país seguirá errando entre las medidas de gobierno, de emergencia, hasta llegar quizás, al autoritarismo, y la imposición de modelos excluyentes, como ya está sucediendo. Así hasta llegar a la anomia, caos y desesperanza, como también ya está sucediendo. México tiene una alternativa única en materia de gobierno: generar consensos, legitimidad hacia las instituciones, dinamizarlas y hacerlas del control de la situación de anomia, que hoy priva, o la caída en una sociedad y un Estado anárquico, donde probablemente se da paso a la violencia del autoritarismo, para frenar la violencia social. Es lo que hoy estamos viendo en el Norte de México, pues ¿Qué pasaría si se decretara estado de sitio u ocupación militar de los territorios de Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa o Guerrero? Aparte del colapso de sus economías, se suscitaría en tal caso una inquietud social entre la población limítrofe con el caos y el desorden devastador del pueblo enardecido contra el gobierno tiránico.
Por otro lado, como la población de México cojea de analfabetismo y falta de civismo no se excluyen de la visión del futuro social y caos, donde aparte del malestar que se generaría hacia el gobierno, caerían de la agenda nacional, y serían postergados, temas como la lucha contra la pobreza, el mejoramiento de la educación, la atención a la salud, la protección del medio ambiente, que son tareas que exigen estabilidad y paz social sobretodo civismo.
Desarrollo
No es la debacle ideológica de la izquierda, mundial y de México, la causa del posterga miento de sus banderas y de sus ideales de redención social al nivel perseguido. El programa social de las izquierdas sólo tiene sentido como acción política gradualista, responsable y en entendimiento con las demás fuerzas políticas. Toda acción aventurera está condenada al fracaso y le hace el caldo gordo a las que desean la extinción de la corriente social humanista. La realidad del mundo es dramática. La de México lo es doble. Y triplemente. Nos enfrentamos a un panorama de déficits fiscales, abismales en algunos estados, que de no ser resueltos, darán paso a la protesta. Pero sobre todo a una ausencia de legitimidad de las autoridades que alumbrarían el camino de un régimen de fuerza. Hay que tomar en consideración la proximidad de las elecciones presidenciales y el desorden social y político que pueden generar los pleitos entre los partidos políticos.
En este marco, a manera de hipótesis, aparecen los perfiles políticos: La lucha contra la pobreza no es ya la de un sector sino la de un régimen: la del gobierno. Aparecen temas como discriminación, la ecología, la contaminación, los migrantes, los derechos de las minorías, elevar la producción económica para impedir la hambruna. Esto ya sucede. México es un pueblo muy golpeado y olvidado que ante la nueva situación mundial se volvió a la defensiva, el miedo de quien no maneja información y no participa. ¿Quién resuelve los problemas? ¿Quién decide ante la falta de una ciudadanía responsable, y que fuera capaz de opinar y evaluar las opiniones políticas? Al gigante del norte no le conviene un país en peligrosa ebullición política al sur de sus fronteras y tratará de marginar a la izquierda de la institucionalidad. Se nos impone un modelo tecnocrático-militar para México. Los políticos deciden.
CARLOS SALINAS DE GORTARI (1988 - 1994)
Asumió la presidencia el 1° de diciembre de 1988, el Lic. Carlos Salinas de Gortari, en un periodo extremadamente complicado para México, pues la crisis continuaba afectando la economía nacional.
Durante este sexenio se continuó con la política económica basada en la planeación indicativa, a cargo de la Secretaría de Programación y Presupuesto.
A través de lo que los especialistas llamaron "Terrorismo fiscal", Salinas obtuvo más ingresos; y se deshizo de muchas empresas propiedad del gobierno que funcionaban como pérdidas para reducir los gastos.
Renegoció la deuda externa reduciéndola en un 26% e incluso, en 1991, se reportó el primer superávit en muchos años.
Durante su sexenio, la red de carreteras se reestructuró y se puso en marcha el Programa Nacional de Solidaridad, que se encargó de dotar de agua, electricidad, o banquetas a pueblos lejanos de la ciudad.
A nivel internacional se firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y se lograron muchos intercambios comerciales y culturales con diversos países.
En México durante los años setenta el déficit fiscal y la deuda externa crecieron excesivamente. Por eso, en los ochenta la economía mexicana se estancó y la inflación se disparó. Para volver a crecer con estabilidad de precios, necesitábamos reformar el Estado y promover la eficiencia y estabilizar la economía.
POLÍTICAS DE INICIO DE SEXENIO
Para abatir la inflación nos apoyamos en unas políticas fiscales y monetarias congruentes, que tuvieron su mejor complemento en el Pacto. Así, logramos pasar de una inflación de 51% en 1988 a una de sólo 7% anual en 1994.
No fue un abatimiento ficticio de la inflación, mediante controles artificiales de precios. El Banco de México lo confirmó al afirmar que el Índice Nacional de Abastecimiento de Artículos de la Canasta Básica para 1994 era el mejor que se ha registrado desde que se inició la medición de este índice en 1980…Durante 1994 el abastecimiento de los productos básicos, así como de los demás fue prácticamente óptimo.
Pero no sólo se logró reducir la inflación. Durante los seis años de esta administración la economía creció en términos reales, si bien a tasas todavía reducidas en función de las necesidades del país.
Durante cinco de los seis años, el crecimiento por habitante también fue positivo, pues la economía aumentó por encima de la dinámica de la población.
Con la estrategia de reformas para abrir la economía y reducir la deuda, construimos expectativas favorables para la recuperación económica. Concluida la renegociación de la deuda externa a principios de 1990, durante el resto de la administración la economía pudo haber crecido a tasas anuales de 5% real. Al eliminarse la incertidumbre que producía el endeudamiento excesivo pudieron haberse alcanzado dos puntos más de crecimiento real por año. Además, al fortalecerse la confianza, hubo una notable baja en las tasas de interés y un aumento en la repatriación de capitales.
LA ECONOMÍA GLOBALIZADA DE MÉXICO ANTES DEL TLC
Se pensaba que la economía de los Estados Unidos era una de las más abiertas del mundo, ya que registraba un arancel promedio de sólo 5%: Era cierto pero sólo en parte. La realidad en la aduana era muy diferente y muy complicada. Muchas exportaciones mexicanas enfrentaban aranceles superiores al 20%. Además, a pesar de las negociaciones, había barreras arancelarias (como las cuotas y las mismas limitaciones en la aduana, entre otras) que impedían o limitaban el acceso de productos mexicanos al mercado norteamericano: textiles, siderurgia y agropecuarios, por citar algunos. Adicionalmente, existía inseguridad respecto al acceso de productos, porque a pesar de que podían no enfrentar obstáculos en ese momento, se temía que a medida que adquirieran mayor importancia sus competidores norteamericanos ejercerían presiones para limitar su acceso. Así, aumentaban las acciones proteccionistas y, junto con ellas, algunos fallos unilaterales contra exportaciones mexicanas que establecían impuestos compensatorios y otras medidas de política comercial.
INGRESOS Y CONSUMO FAMILIAR
Durante esta administración la tasa de crecimiento de la población se redujo de 2% en 1988 a 1.8% en 1994. Sin embargo, en esos seis años la población total del país pasó de 80.2 a 90 millones de personas, un aumento de casi 10 millones. El puro incremento era igual a la población total de Suecia, Portugal o Austria. El número de habitantes que en seis años se sumó al país equivalía a tres veces la población de Uruguay, dos terceras partes de la de Chile y al total de la de Guatemala. Este crecimiento representó un reto formidable: atender a diez millones de personas adicionales en sus demandas de alimentación educación, salud y vivienda. Además estos nuevos reclamos se sumaban a los rezagos de servicios sociales acumulados a lo largo de la historia.
PRIVATIZACIÓN DE EMPRESAS PARAESTATALES
La reducción de la deuda externa había contribuido a eliminar los pagos excesivos al exterior. Sin embargo, aún teníamos un flanco delicado: las finanzas públicas. Nuestra deuda interna era muy elevada. Al iniciar mi gobierno la deuda interna como proporción del PIB ascendía a 19%.1 Cada año pagábamos los vencimientos del principal, pero lo más pesado era su servicio, es decir, cubrir los intereses. En 1988 la tasa de interés fue de 52% y el año anterior había sido de 122%. 2 El servicio de la deuda era una carga insostenible pues el pago de intereses absorbía casi la mitad de todo el presupuesto federal. La única manera de abatir esos pagos era reducir el saldo de la deuda. No faltó
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