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Política Exterior De Los Estados Unidos De Norteamérica En El Siglo XXI


Enviado por   •  15 de Abril de 2015  •  5.237 Palabras (21 Páginas)  •  292 Visitas

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Política Exterior de los Estados Unidos de Norteamérica en el siglo XXI

Administración Bush y los cambios a partir del 11-S.

La política exterior de los Estados Unidos de Norteamérica tomaría un rumbo completamente diferente al aplicado por la última administración del siglo XX, El Gobierno republicano de George W. Bush marcaría una nueva forma de “hacer las cosas” en el sistema internacional, se separaría radicalmente de la versión política de Clinton y cimentaría un rol alrededor de la lucha contra en terrorismo a partir del 11 de Septiembre de 2001.

Es ese nuevo papel, de Estados Unidos como líder global y defensor del modelo democrático pondría en juego sus cartas, demostrado en declaraciones realizadas por Condoleezza Rice (2000), ex secretaria de Estado de George W. Bush, la cual luchaba frente a la opinión pública norteamericana para buscar la necesaria atención y la definición precisa de los objetivos de la política exte¬rior estadounidense, asimismo, criticaba severamente los componentes ideológicos que habían influido en las percepciones políticas durante la Administración Clinton. Rice acusaba principalmente la sustitución de los intereses nacionales por los intereses humanitarios: “La búsqueda de Estados Unidos por procurar su interés nacional creará las condiciones que promoverán la libertad, el comercio y la paz”. La ex secretaria de Estado consideraba que un tipo de política idealista impedía la definición del interés nacional, en pos del cual debían dirigirse las acciones diplomáticas y militares de Estados Unidos (Ibídem).

Continuando con este análisis, debemos citar el trabajo de Anabella Busso (2002), quien sintetiza las ideas rectoras de la política exterior estadounidense previas al 11-S: guiar los asuntos externos por el interés nacional más que por el ideal nacional; trabajar en función de una agenda prioritaria; disminuir las intervenciones humanitarias; desta-car la importancia del ejercicio de actitudes disuasivas para el cumplimiento del interés nacional; y resaltar la influencia de los factores domésticos en la política exterior, con una mayor presencia del Estado. El propio George W. Bush dejaba claro en los debates presidenciales de las elecciones del año 2000 cuál sería su postura respecto a la política exterior y el uso de la fuerza militar: “Considero que nuestras tropas no se deberían usar por lo que se ha denominado nation-building. Considero que nuestras tropas deberían ser usadas para pelear y ganar guerras. Considero que nuestras tropas deberían ser usadas para derrocar dictadores cuando ello sea en nuestro beneficio. Pero en este caso fue un mero ejercicio de nation-building [Bush se está refiriendo a Somalia], y lo propio ocu¬rrió en Haití. Yo tampoco le habría brindado mi apoyo. [...] Pero uno de los problemas que tenemos en las cuestiones militares es que tenemos presencias en varias partes del mundo” .

El llamamiento de Bush se centraba en forzar un mayor apego al realismo, pretendiendo marcar distancias con el idealismo retórico y operativo del que acusaba a la Administración demócrata de Bill Clinton. En consecuencia, deberemos buscar las causas de la radicalización de la política exterior en otro factor. Sin duda, el ataque del 11-S fue el detonante que cambió diametralmente la estrategia y los conceptos de seguridad: serían necesarias nuevas respuestas frente a un hecho que modificaba la visión vigente de la alteridad; creándola incluso. En el día posterior a los atentados fuimos testigos de “una oportunidad para rediseñar el mundo” .

Para tener en cuenta los puntos focales que marcarían a la Doctrina Bush desde antes del 11-S hasta el final de su administración en el año 2010 se tienen que tener en cuenta éstos aspectos: La culminación de la Guerra Fría como la victoria final del modelo democrático norteamericano sobre el totalitarismo, el unilateralismo frente a las acciones referentes a las problemáticas de seguridad, las amenazas representadas por la proliferación del terrorismo, la convicción de la expansión de las libertades económicas y políticas como condición para la seguridad de Estados Unidos, la estabilidad global, la distribución unipolar del poder y su incidencia en la estructura internacional y la guerra preventiva.

Segunda Etapa Política exterior Administración Bush.

En el año 2006, el Gobierno republicano publicó un nuevo cuerpo doctrinario, la ESN 2006 (White House, 2006), en el cual se recogen las visiones y percepciones del poder norteamericano, así como los modos de afrontar y resolver las amenazas que acechan. Las principales afirmaciones que realiza esta nueva ESN no tienen tanto que ver con lo ideológico o las amenazas que se deben afrontar, que responden a lo sustancial y marcan una linealidad innegociable. En tal sentido, George W. Bush destacaba que uno de los pilares constitutivos de la política exterior estado¬unidense se centraría en lograr el liderazgo de una creciente comunidad de naciones democráticas. Añadiendo que las alianzas duraderas, las instituciones internacionales y un efectivo multilateralismo eran medios esenciales para lidiar no sólo con el terrorismo y la proliferación nuclear, sino también con un cúmulo de problemáticas que transitaban su camino hacia la consideración de amenazas, tales como la problemática medioambiental, el tráfico de personas y las pandemias.

Condoleezza Rice (2008), en su artículo “Rethinking the national interest”, des¬tacaba que la lucha contra el extremismo terrorista necesitaba aliados firmes y la cons¬trucción de alianzas. Incluso afirmaba que el interés estadounidense podía exigir socios que no fueran estrictamente democracias. Otro aspecto destacable del artículo de Rice es el relativo a las relaciones de Estados Unidos con Rusia y China, las cuales pese a estar caracterizadas por ser oscilantes entre la competencia y la cooperación y, sin embargo, fundadas más en la conjunción de intereses que en la de valores, debían ser sostenidas como vía esencial para la solución de los graves problemas internacionales.

La política seguida por George W. Bush durante su segundo mandato respecto a las problemáticas de Irán y Corea del Norte fue para varios analistas la prueba de la existencia de cambios sustanciales en la política exterior republicana, marcada funda-mentalmente por la guerra preventiva y una discursiva ideológica de confrontación. En el caso de Irán, la problemática concerniente a su armamento nuclear no tuvo una respuesta militar, sino la apelación al multilateralismo, a partir del Consejo de Seguridad (P5+1) –los miembros del Consejo de Seguridad más

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