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La politica exterior de los Estados Unidos. Lettieri


Enviado por   •  5 de Febrero de 2017  •  Apuntes  •  4.634 Palabras (19 Páginas)  •  463 Visitas

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La política exterior de los Estados Unidos (1900-1945)

¿”Aislacionismo” o “Maquiavelismo”?

En líneas generales, los historiadores norteamericanos han considerado tanto la participación en la Gran Guerra (1914-1918) cuanto el anterior conflicto con España, 1898, como puntos de ruptura dentro de una estrategia internacional basada en los preceptos aislacionistas de George Washington. Aunque ya a mediados del siglo XIX los EE.UU iniciaron una marcha acelerada para convertirse en una potencia mundial. De este modo, en el caso de los EE.UU, no se habría buscado obtener un dominio directo de nuevos territorios, sino un control indirecto, fundamentalmente financiero y comercial, que les garantizase el acceso a materias primas baratas y nuevos mercados en el exterior, una vez concluido el proceso de colonización de las últimas tierras libres en el continente norteamericano.

Sin dejar de ser sugestiva este concepto de imperialismo norteamericano, dudamos de su originalidad, ya que no quedan tan en claro sus diferencias respecto de las características del “viejo” imperialismo inglés a lo largo del siglo XIX, que combinó la dominación política directa –colonias y protectorados-, con la informal –financiera y comercial prácticamente en toda América Latina y fundamentalmente en Argentina y Uruguay. Con el fin de obtener materias primas y alimentos baratos y asegurarse mercados para colocación de sus productos industriales.

Así, durante el siglo XIX y la primera parte del siglo XX, los EE.UU no renunciaron a la apropiación de territorios de los países vecinos (salta a la vista el caso de México, despojado  de más de la mitad de su antiguo territorio-, el establecimiento de bases militares en diversos países –como Cuba o Puerto Rico-, el emplazamiento de protectorados –Filipinas-, o bien la reserva del derecho de reconocimiento de los gobiernos en prácticamente toda América Central. Los postulados de la doctrina Monroe, pronunciada en 1823, y la interpretación formulada por el presidente Theodore Roosevelt en  1904 (Corolario Roosevelt) no sólo definieron a América Latina como ámbito territorial sometido a la influencia exclusiva de los EE.UU., sino que cuestionaron la capacidad de autogobierno de los latinoamericanos, y postularon el derecho –e incluso el deber moral- de los EE.UU de intervenir militarmente para corregir sus “desaciertos”, juzgando que ellos podrían significar una amenaza para la seguridad estratégica  norteamericana.

Por ello el autor no acepta el argumento del “aislacionismo”, ya que según Raymond Aron, las relaciones exteriores han significado un área prioritaria para la acción política de los EE.UU, y que según estudiosos ingleses han considerado que, tras la apariencia errática y contradictoria de su estrategia internacional, subyacía un astuto maquiavelismo, que les habría permitido superar su situación semicontinental inicial, para convertirse en la primera potencia mundial en al primera mitad del siglo XX. Estudiará las características de este proceso durante el periodo 1900-1945, haciendo hincapié en el estudio de las relaciones entre EE.UU y los países latinoamericanos.

  1. ANTES DE 1918

A partir de 1865, la política exterior norteamericana dio paso a la expansión económica en América Latina y el Pacífico. Esta extensión del comercio exterior fue apoyada con firmeza por las políticas gubernamentales, al considerarla sumamente benéfica  para garantizar el empleo interno y la prosperidad de la nación. El volumen del comercio exterior creció 400 millones en 1865 a 1.600 en 1890. Para proteger este comercio, el Congreso autorizó la construcción  de los primeros acorazados. En 1900 los EE.UU se habían convertido en la tercera potencia naval del mundo.

Pese a la importancia de este aumento en el comercio exterior, hasta inicios de la Gran Guerra (1914-1918) las exportaciones norteamericanas nunca superaron el 10% del producto nacional bruto. Si bien reiteradamente se barajó la posibilidad de obligar a los países latinoamericanos a negociar sus materias primas por producción manufacturera norteamericana, la mayor parte del comercio exterior de los EE.UU. seguía siendo practicándose con Europa. Sin embargo, la presión de comerciantes e industriales sobre las autoridades estimuló la búsqueda de nuevos mercados, así como una redefinición de la doctrina Monroe, que en sus orígenes implicaba la negación del derecho de las potencias europeas a extender su dominio territorial al hemisferio occidental; sin embargo, a partir de 1904 pasó a interpretarse como una afirmación del derecho de los EE.UU a intervenir en la política de América Latina.

Los representantes del sector comercial exigían al gobierno especial cuidado en lo referido a los medios a emplear para alcanzar sus objetivos. En teoría, el “nuevo imperialismo” comercial era esencialmente antibélico y anticolonial., y no debían emprenderse iniciativas que pusieran en riesgo la seguridad de los EE.UU. o supusieran un precio excesivo para su economía. Sin embargo, esta estrategia no tardó en despertar sentimientos expansionistas con fines extracomerciales. Algunos políticos imperialistas, como Theodore Roosevelt, insistían en el deber que asistía a los EE.UU. de izar la bandera de la civilización y del progreso en toda ocasión posible. La nueva prensa sensacionalista no dejaba de invocar el patriotismo, en tanto la política imperial servía como válvula de escape para las tenciones sociales. La guerra de 1898 contra España, por ejemplo, contó con la oposición de los hombres de negocios norteamericanos, que denunciaron el riesgo a que se exponía al fulgurante comercio caribeño, aunque los grandes negocios no tardaron en aparecer. Aunque no ahorró problemas de relaciones entra Cuba, y los EE.UU hasta en la actualidad, o el protectorado sobre Filipinas por el riesgo de dejar librado el territorio a la dominación del imperio alemán, ello los obligó al control directo, bajo la forma de protectorado. Así se anticipaba a las contradicciones de la política exterior norteamericana, sujetas a presiones estratégicas, económicas e ideológicas no siempre coincidentes.

En 1903, la agresiva diplomacia de Roosevelt posibilitó el acuerdo para la construcción del canal de Panamá, que aportó notables ventajas comerciales y estratégicas. Sin embargo, no fueron la única influencia; por ejemplo, la decisión del presidente Wilson de incidir en la resolución de la Revolución Mexicana, bombardeando y tomando posesión del puerto de Veracruz, tuvo resultados negativos ya que la nueva Constitución de 1917 dispuso la nacionalización de industrias vitales de México y perjudicó a los capitales norteamericanos, al tiempo que proporcionaba Alemania un aliado potencial en la extensa frontera sur de los EE.U.

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