Presiones Sociales En La Asamblea Legislativa.

Universidad de Costa Rica

Facultad de Ciencias Sociales

Escuela de Sociología

Curso

SO-1133

Sociología Básica I

Profesor:

Orlando Guevara Villalobos

Grupo 06

Integrantes:

Sofía Bonilla Sanabria C. B41082

Allan Calderón Chacón C. B41203

Valeria Mena Garita C. B44195

Kevin Monge Bolaños C. B44372

Introducción.

En el siguiente trabajo se desarrollara el tema Mecanismos de control y presiones que influyen en la toma de decisiones de la Asamblea Legislativa, en cuanto a proyectos de ley y situaciones sociales. A pesar de que los diputados encargados de aprobar y llevar acabo las principales funciones del poder legislativo, estas decisiones no se toman de manera imparcial, existen muchos movimientos, organizaciones e influencias que afectan las decisiones y proyectos que ahí se presentan, en la asamblea legislativa de Costa Rica. En el desarrollo de este ensayo eso es precisamente lo que se va a tratar basándose en 4 aspectos o movimientos de los que se ven influenciados, factores; económicos, políticos, sociales y gremiales cuyos efectos impactan de manera directa muchos de los proyectos de ley que se trabajan al igual que la aprobación de los mismos. Las presiones políticas ejercidas por los partidos políticos y entidades internacionales; presiones sociales ejercidas por entidades sociales y grupos diversos de la sociedad como la Iglesia, la familia, los estudiantes, las mujeres... Presiones gremiales ejercidas por las cámaras de comercio y los sindicatos y finalmente las presiones económicas de parte de entidades intenciones económicas, empresas tanto nacionales como transnacionales, y finalmente la presión que ejerce la situación fiscal del país.

Presiones políticas.

En la mayoría de los países con un régimen democrático, y una división de poderes bien definida, es usual encontrar en los parlamentos, congresos, senados o asambleas legislativas; una amplia diversidad de partidos. Cada uno con su propia idiosincrasia bien definida, ya sean liberalistas o socialistas, laicos o religiosos, a favor de más impuestos o austero… Esta división ideológica genera que la asamblea se divida en bloques, lo más usual es la facción oficialista contra lo oposición, pero de todo hay. Cada partido en la asamblea se prepara, crean estrategias o debaten para llegar a un consenso sobre qué posición tomar ante cada situación. Esta unidad al trabajar se debe a que todos los integrantes comparten los mismos intereses ideológicos, por algo pertenecen a determinado partido con determinada ideología; y aunque algunos discrepen ligeramente con algún tema no les costará adaptarse al resto y actuar de acuerdo a lo “esperado” ya que los individuos modifican sus anteriores opiniones para ajustarse a la norma del grupo (Berger, 1973, 105). Esta “obligación”, que tienen los diputados para con sus respectivos partidos es llamada presión política y es aplicada por medio de una serie de mecanismos de control. Existen dos tipos de presión social, más adelante se hablará del otro tipo.

El interés de que cada representante actué en pro de los objetivos y máximas del partido se debe a que este actúa acorde a los intereses de la población a la que representan. Por ejemplo: si una parte de la población votó por un diputado del Partido de los Trabajadores y este quedó electo, nos les gustará que este apoye proyectos de apertura económica propulsados por Movimiento Libertario, o sí una comunidad religiosa le brindó el apoyo a un diputado de Renovación Costarricense, no será bien visto que este apoye un proyecto de ley en pro del matrimonio homosexual.

A todo esto, ¿Cómo se mantiene el orden ideológico internamente en un partido? Son utilizados una serie de mecanismos de control. Primeramente, a ningún representante le gustará ser excluido de su facción para posteriores elecciones, o ser censurado de voz en una asamblea de partido. Pero una de las cuestiones que más juegan al controlar las acciones de los representantes es el prestigio, tanto dentro como fuera del partido político. Esto se puede explicar por medio de un ejemplo. En la segunda vez que don Oscar Arias aspiró a la elección para la presidencia contó con el enorme apoyo de la población “perica” por el gran prestigio que tiene en el Partido Liberación Ciudadana, apoyo que lo llevó a ser presidente, triunfando ante Ottón Solís. Así de importante puede ser el prestigio. Pero, ¿Qué sucede cuando un diputado, o un congresista, actúa en oposición a lo que espera el partido al que representa? En los periódicos se ven titulares como este: Tribunal de ética del PAC conocerá esta semana denuncia de Ottón Solís contra diputados del PAC” . O este: “PAC tiene divisiones entre la tendencia del fundador y la de nuevos actores” .

Es un poco complicado analizar que sucede con un partido político cuando este, internamente, tiene choques en la forma de actuar. Como se menciona anteriormente es común ver a facciones enfrentadas en la asamblea, por lo general se trata de la parte oficialista y la oposición, pero también existen contrates entre otros partidos, como el que existe entre Movimiento Libertario y Frente amplio. Sin embargo, ¿qué sucede cuando un partido se enfrenta contra sí mismo?

Antes de responder a esto hay que analizar porque sucede. Por lo general cuando un diputado está en contra de su partido se da de forma individual y aislada, el problema es cuando un grupo se opone a otro, viéndose literalmente polarizado. Esto se debe a que el poder no está centralizado y surgen directrices o dominantes de dos o más individuos. Según Martín Baró una de las características del poder es que este se basa en la posesión de recursos este se basa en la posesión de recursos (Baró, 1989,97) pero ¿qué sucede cuando hay posesión de recursos en más de una sola fuente de poder? En este caso los recursos no son económicos ni materiales, sino de prestigio y jerarquía. Cuando dos líderes de una facción ven contrariadas sus visiones de cómo debe avanzar el país. Si ambas partes tienen peso en el partido es cuando surgen las divisiones.

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