Propaganda De Guerra
chuchorizo19 de Enero de 2014
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PROPAGANDA DE GUERRA
Por Óscar Curros y Nuno Leite
curros@ya.com
n.leite@netcabo.pt
Introducción
La comunicación persuasiva es inherente a la propia evolución del ser humano. Desde siempre estuvo presente en las sociedades, en diversas formas, con la intención de transmitir ideologías u opiniones con objetivos claros y determinados. La aparición de religiones y sociedades organizadas favoreció la proliferación de las primeras formas de propaganda.
El objeto de estudio de esta investigación pretende centrarse en la propaganda de guerra, un tipo de comunicación persuasiva altamente especializada, que penetra en todo tipo de medios. Los propagandistas bélicos siempre usaron los últimos avances tecnológicos en comunicación para optimizar su capacidad persuasiva. Así, el principal vehículo propagandístico durante la Primera Guerra Mundial fue la prensa escrita; durante la Segunda Guerra Mundial, la radio y el cine; tras 1945, la televisión; y en la actualidad los medios digitales.
1. Viejas lecciones para pensar el presente
Existen diversas corrientes de pensamiento e investigación sobre la propaganda. Para abordar este concepto, es preciso tener en cuenta su significado. Propaganda es “el acto o efecto de propagar o difundir una idea, opinión o doctrina”. En latín antiguo, propaganda significaba “cosas para propagar”.
En sus orígenes, la propaganda fue desarrollada por la Iglesia Católica. La palabra propaganda surgió en la época de la Restauración. La Iglesia Católica atravesaba una fase de lucha para mantener y expandir sus ideales en países no católicos. El papa Gregorio XIII formó una comisión de cardenales con el objetivo de propagar el Catolicismo y regular los asuntos eclesiásticos en tierras que no abrazaban el cristianismo. Más tarde, en 1622, el Papa Gregorio XV fundó la Santa Congregatio de Propaganda Fide, una organización más estructurada, que consistía en un comité de cardenales que supervisaba la propagación del Cristianismo por parte de los misioneros enviados a países no cristianos.
Pero fue solamente en la Primera Guerra Mundial (1914-18) cuando la propaganda comenzó a expandirse hacia el mundo político y filosófico, con una organización más específica. A pesar de que su connotación actual es casi siempre peyorativa, en aquella época era considerada incluso un concepto progresista. Los métodos usados entonces para su transmisión fueron diversos, pasando por la palabra escrita y oral, imagen o acción, entre otros.
La propaganda se puede clasificar dependiendo de quién es el emisor. La propaganda blanca es originaria de una fuente abierta e identificada, y su contenido es preciso. La propaganda negra pretende demostrar que su origen es amigable, pero en realidad es adversaria. Existe, además, la propaganda gris, que se presenta como neutral, pero viene de un adversario y transmite información falsa.
Existen diversas definiciones que de algún modo intentan clarificar el significado de este tipo de acción persuasiva. Lasswell ve la propaganda como la “técnica para influenciar la acción humana, a través de la manipulación de representaciones”. A su vez, Reyzábal cree que el concepto de propaganda está “íntimamente ligado con la acción de divulgar doctrinas e ideologías para conseguir adeptos a las mismas”.
Respecto a los efectos de la propaganda, para Welch ésta tuvo un papel esencial, y no siempre deshonroso, en la conducción de muchos asuntos y materias en el siglo veinte. Por su parte, Pratkanis y Aronson (1992) creen que “todos los días somos bombardeados con una comunicación persuasiva seguida de otra”. Según estos autores, vivimos en una “era de la propaganda”, en la cual la continua recepción de mensajes propagandísticos provoca pasividad en los hombres, facilitando de esta forma la manipulación de símbolos y de las emociones humanas más básicas .
1.1. La propaganda de guerra
La propaganda de guerra contemporánea se desarrolló a partir de la Primera Guerra Mundial. Con ella, comenzaron a realizarse las primeras investigaciones sobre técnicas propagandísticas.
Pero, en realidad, las técnicas de propaganda bélica nacieron con los propios conflictos armados. A lo largo de toda la historia bélica siempre fueron usados métodos de engrandecimiento de las fuerzas y de diseminación de información no verdadera. Estos métodos tenían como objetivos principales mantener la confianza de las tropas propias e intimidar a las fuerzas opositoras.
La propaganda de guerra tiene un aspecto particular, por el que es denominada usualmente “Psychological Warfare” o “Guerra psicológica”, un concepto nacido en Estados Unidos. Así, la propaganda de guerra es definida por Daugherty como “el uso planificado de propaganda y otras acciones orientadas a generar opiniones, emociones, actitudes y comportamientos en grupos extranjeros, enemigos, neutrales y amigos, de tal modo que apoyen el cumplimiento de fines y objetivos nacionales” .
La propaganda de guerra generalmente está apoyada en información falsa y disimuladora, ya que uno de los propósitos de este tipo de comunicación persuasiva es evitar que los ciudadanos conozcan la verdad. Pero en ocasiones, los propagandistas no necesitan recurrir a la mentira, sino que utilizan un lenguaje cuidado, rico en eufemismos. Se recurre a esta técnica porque los líderes de una organización son conscientes de que una comunicación dominada por tan sólo una parte facilita el descrédito del adversario. La propaganda de guerra lleva a la población de un país a sentir que el enemigo sólo comete injusticias y esto puede conseguirse con pura ficción. La propaganda tiene una gran responsabilidad en los conflictos, pues no es sólo la supremacía militar la que gana una guerra. Cuando la propaganda es transmitida eficazmente, puede volverse más peligrosa que el propio armamento bélico. Ramonet vincula estas dos estrategias: “el dominio de corazones y mentes es la continuación de la propia guerra”.
2. Primera Guerra Mundial: el descubrimiento del poder propagandístico
En la Primera Guerra Mundial se descubrió que la moral era un factor militar muy importante, y así se entendió que la opinión pública no podía ser ignorada durante más tiempo, ya que era un factor determinante para la formación de la política gubernamental.
Tanto los británicos como los alemanes trabajaron arduamente para conseguir dominar la opinión pública de los americanos. Inicialmente, fue desarrollado por los propagandistas alemanes un plan que consistía en sensibilizar a los americanos de descendencia alemana y también a los irlandeses, pues conocían bien su aversión a los británicos. Esta maniobra no tuvo éxito. Por el contrario, la propaganda británica demostró ser más funcional. Esta comenzó con la creación del Ministerio de Información, en 1917, bajo la responsabilidad de Lord Beaverbrook. La censura reinó y todas las campañas propagandísticas eran rigurosamente controladas para que apenas fuese divulgada la “información oficial”.
Poco después de su entrada en la Primera Guerra Mundial, los estadounidenses crearon igualmente su agencia de propaganda, el Comité para la Opinión Pública, que se reveló de máxima eficacia, sobre todo en lo relacionado con lo que ellos denominaban “los ideales de libertad”.
Los británicos aprovecharon la propaganda como una forma de diseminación de información a su favor, pero al final de la guerra los ciudadanos se quedaron con una imagen muy negativa de la propaganda. Concluirían que los sacrificios hechos no fueron recompensados con las promesas magnánimas del Ministerio de la Información, y como resultado el cargo de ministro de Información fue suprimido.
Como consecuencia del descrédito de la propaganda, cuando en la Segunda Guerra Mundial el gobierno británico intentó sensibilizar a la población sobre la existencia de campos de concentración nazis, esta información no fue tenida en cuenta, porque el público sospechó que era una campaña propagandística más.
Los alemanes, en la Primera Guerra Mundial, fueron derrotados más en el terreno sicológico que propiamente en el campo de batalla. Hitler reconoció la funcionalidad de la propaganda británica, escribiendo en Mein Kampf: “En el año 1915, el enemigo comenzó su propaganda entre nuestros soldados. A partir de 1916 continuó más intensivamente, y en el inicio de 1918 se transformó en una nube negra. Uno puede ver ahora los efectos de la seducción gradual. Nuestros soldados aprendieron a pensar como el enemigo pretendía. Alemania falló en reconocer la propaganda como un arma de primera utilidad, donde los ingleses la utilizaron con gran pericia y genial deliberación” . Al final, la primera experiencia de los británicos con la propaganda fue entendida como un gran éxito y dio ejemplo para que otros países empezasen a usar las técnicas contemporáneas de comunicación persuasiva..
2.1. Los primeros estudios e investigaciones.
Durante el período de Entreguerras, se desarrollaron profundos estudios sobre la cuestión propagandística. Muchos de los grandes expertos y autores reflexionaron sobre ella, en lo que más tarde vendría a transformarse en la teoría de la propaganda. Comenzaron igualmente estudios relacionados con la opinión pública y la influencia de los medios de comunicación masivos en la sociedad.
Lazarsfeld (1940) desarrolló un memorando, Research in Comunication, que cambió, de cierta forma, el modo en que se comprendía la evolución comunicativa hasta el presente momento. La cuestión central del estudio de Lazarsfeld puede enunciarse como una pregunta:
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