Pérdida De La Autoridad En La Familia

Pérdida de la autoridad en la familia

Mucho se habla acerca de que actualmente vivimos en una sociedad que se encuentra en decadencia en cuanto a los valores. Se dice que estas conductas que nos permiten diferenciar lo bueno de lo malo están cayendo en desuso, ya que los niños cada vez se desensibilizan más ante lo que pasa a su alrededor y con sus prójimos, muchas veces culpando a los medios de comunicación, como la televisión o el internet, por mostrarles realidades de igual naturaleza, menos humanas, con no muchos filtros en cuanto a sus contenidos, o alguna clase de guía que les ayuden a diferencias lo que está bien y lo que no. Pero, ¿realmente es la televisión quien mal aconseja a la hora de tomar decisiones, o a realizar acciones y tomar posturas de niños maleducados? ¿O es precisamente la ausencia de los padres – cada vez más común en sociedades modernas – la que da pauta para que esto pase? ¿Cómo afectan estas desviaciones que se presentan en el lugar donde inicia la misma educación del individuo, repercutiendo en ese mismo núcleo?

Si bien es cierto que, como dicen, la educación de una persona empieza desde la casa, con la familia, donde, dice el maestro Savater, “el niño aprende –o debería aprender – aptitudes tan fundamentales como hablar, asearse, vestirse, obedecer a los mayores, proteger a los más pequeños, compartir alimentos y otros dones con quienes les rodean, participar en juegos colectivos respetando los reglamentos, rezar a los dioses (si la familia es religiosa), distinguir a nivel primario lo que está bien delo que está mal según las pautas de la comunidad a la que pertenece, etc.” , lo cual dice él mismo que constituye lo que los estudiosos llaman «socialización primaria», este proceso nunca se detiene, ya que aprendemos conductas determinadas en todas nuestras socializaciones desde que estamos en una edad en la que ya podemos consolidar relaciones más allá del nicho paternal. Aquí encontramos una primera relación de los conceptos del apartado anterior del presente trabajo.

El proceso de socialización tiene la importancia mencionada en el párrafo anterior, porque en él aplicamos las conductas propias hasta el momento, y, en una retroalimentación que se da con la otra persona participante en él, nosotros podemos adoptar conductas de los demás, complementando y fortaleciendo el carácter. Partiendo de esta idea, como yo lo veo, existen dos posibles escenarios – quizá hay más, pero me enfocaré en los dos siguientes – en los que la autoridad en la familia se vea obstaculizada:

• El primero de ellos: Si un niño cuya mentalidad, naturalmente, puede verse fácilmente maleable por factores externos, conoce e interactúa con malas compañías (entiéndase, niños cuyos valores morales están alterados a los de su entorno, y tiene una situación familiar carente de respeto), éstas pueden influir de manera negativa con su propia relación familiar.

• El

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