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Que Es El Hombre


Enviado por   •  13 de Abril de 2013  •  1.053 Palabras (5 Páginas)  •  405 Visitas

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uno. Esta esfera, que ya está plantada con la existencia del hombre como hombre pero quetodavía no ha sido conceptualmente dibujada, la denomino la esfera del “entre”. Constituyeuna protocategoría de la realidad humana, aunque es verdad que se realiza en grados muydiferentes. De aquí puede salir esa “excluida alternativa genuina” de que hablábamos.Para llegar a la intuición sobre la que montar el concepto del “entre”, tendremos que locali-zar la relación entre personas humanas no como se acostumbra en el interior de los indivi-duos o en un mundo general que los abarque y determine sino, precisamente y de hecho, enel “entre”. No se trata de una construcción auxiliar

ad hoc

sino del lugar y soporte reales delas ocurrencias interhumanas; y si hasta ahora no ha llamado particularmente la atención sedebe a que, a diferencia del alma individual y del mundo circundante, no muestra unacontinuidad sencilla sino que vuelve a constituirse incesantemente al compás de losencuentros humanos; de ahí que lo que de derecho le correspondía se haya atribuido, sin lamenor cavilación, a los elementos continuos alma y mundo.Una conversación de verdad (esto es, una conversación cuyas partes no han sidoconcertadas de antemano sino que es del todo espontánea, pues cada uno se dirigedirectamente a su inter-148 LOS INTENTOS DE NUESTRA ÉPOCAlocutor y provoca en él una respuesta imprevista), una verdadera lección (es decir, que nose repite maquinalmente, para cumplir, ni es tampoco una lección cuyo resultado fueraconocido de antemano por el profesor, sino una lección que se desarrolla con sorpresas porambas partes), un abrazo

verdadero y no de pura formalidad, un duelo de verdad y no unamera simulación; en todos estos casos, lo esencial no ocurre en uno y. otro de losparticipantes ni tampoco en un mundo neutral que abarca a los dos y a todas las demáscosas, sino, en el sentido más preciso, “entre” los dos, como si dijéramos, en una dimensióna la que sólo los dos tienen acceso. “Algo me pasa”, y cuando digo esto me refiero a algoconcreto que puede distribuirse, exactamente, entre el mundo y el alma, entre el proceso“exterior” y la impresión “interna”, pero cuando yo y otro (empleando una expresiónforzada pero que difícilmente podríamos mejorarla con una perífrasis) “nos pasamos el unoal otro”, la cuenta no se liquida como en el caso anterior, queda un resto, un como lugardonde las almas cesan y el mundo no ha comenzado todavía, y este resto es lo esencial.Podemos captar este hecho en sucesos menudos, momentáneos, que apenas si asoman a laconciencia. En la angustia mortal de un refugio contra bombardeos, las miradas de dosdesconocidos tropiezan unos instantes, en una reciprocidad como sorprendida y sinenganche; cuando suena la sirena que anuncia el cese de la alarma, aquello ya está olvidadoy, sin embargo, “ocurrió” en un ámbito no más grande que aquel momento. En la sala aoscuras, se establece entre dos oyentes desconocidos, impresionados con la misma pureza yla misma intensidad por una melodía de149 PERSPECTIVASMozart, una relación apenas perceptible y, sin embargo, elementalmente dialógica, quecuando las luces vuelven a encenderse apenas si se recuerda. Hay que guardarse muy biende meter motivos afectivos para la comprensión de semejantes acontecimientos fugacespero consistentes: lo que ocurre en estos casos

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