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¿Qué Hacer Para La Paz Y La Libertad?


Enviado por   •  15 de Febrero de 2013  •  1.596 Palabras (7 Páginas)  •  488 Visitas

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¿Qué hacer para la Paz y la Libertad?

Por el Sociólogo José Carlos Serrano Vargas

Pues amarga la verdad quiero echarla de la boca

y si al alma su hiel toca esconderla es necedad

sépase pues libertad a engendrado en mi pereza

La pobreza

Francisco de Quevedo

(1580-1645)

Los conceptos de paz y libertad están estrechamente vinculados con el de seguridad, la noción de seguro en los individuos se compone de dos aspectos importantes: uno subjetivo, que consiste en la calidad de sentirse seguro y el otro objetivo, que consiste en la ausencia real de peligro, daño o riesgo. La paz y la libertad dependen del grado de seguridad que tengan los individuos para realizar sus actividades cotidianas y principalmente, sus proyectos de vida.

Los psicólogos y los sociólogos coincidimos en que sentirse seguro es fundamental para el sano desarrollo del individuo ya que sin seguridad los estados emocionales se alteran, se producen trastornos de ansiedad y muchos otros problemas psicológicos y mientras que; sociológicamente, el grado de cohesión social disminuye gracias a la pérdida de confianza en el otro.

Pero lo más grave de la falta de seguridad en la sociedad es que se rompe el pacto social, ese pacto simbólico que tenemos los ciudadanos con nuestras autoridades y que garantiza la legitimidad del Estado. Los ciudadanos respetamos las leyes, pagamos impuestos y obedecemos civilmente porque eso nos permite vivir en sociedad y sentirnos seguros, para poder invertir, crecer y creer en nuestro país. De este modo mantener la paz, la libertad, la seguridad y la justicia son las principales funciones del Estado, por esa razón los ciudadanos permitimos que existan diputados, senadores, magistrados, jueces, presidentes, etc.

Lamentablemente, hemos tenido que observar como nuestras autoridades se mimetizan con la delincuencia, haciéndose una sola cosa ante nuestros ojos. Los delincuentes resultan ser amigos, familiares y hasta hermanos de nuestras autoridades, aumentando dramáticamente la pérdida de confianza en nuestro sistema de gobierno.

¿En quién podemos confiar cuando descubrimos que los delincuentes y los gobernantes son la misma cosa? ¿Cómo se justifica socialmente que jueces, magistrados y ministros, como representantes del poder judicial, tengan unos sueldos millonarios, si los delincuentes y demás enemigos de la sociedad están libres y prosperando?

Por otro lado, el inmenso gasto que representa para la sociedad la realización de elecciones y el pago de salarios de diputados, senadores y demás gobernantes carece de sentido cuando vemos que los partidos existentes no tienen autoridad moral para pedirnos el voto. Como en un cuento de Kafka, vemos como la “izquierda” ha tenido que rascar entre lo peor de la derecha para buscar a sus candidatos, cuando notamos que la derecha vive en un país muy distinto al nuestro ya que describe realidades que no corresponden con la dimensiones percibidas por el grueso de la población y dice cosas como: “el salario alcanza” “estamos disminuyendo el desempleo” “estamos avanzando mucho”.

¡Avanzando! ¿Hacia dónde? Si la realidad en las calles es muy distinta: secuestros, amenazas, delincuencia, desempleo, pobreza, etc. Hace unos meses, mi hijo de 10 años hablo conmigo, con una seriedad inhabitual en un niño de su edad y me dijo: “Papá tengo miedo, mis compañeros dicen que si seguimos haciendo enojar a los narcos van a venir a matarnos a la escuela” poco después, mientras comíamos, se oyeron unos cuetes y él se veía muy asustado, a los demás nos fue inevitable una carcajada, mientras yo le explicaba con voz de sabio: “Son cuetes hijo, están festejando algo, los balazos se oyen de una forma muy distinta” al otro día nos enteramos que si había sucedido una balacera y muy cerca de la casa.

Lo más contradictorio es cuando vemos como se pintan las calles de nuestra Morelia de azul o de verde, con grandes caravanas de policías y soldados que pasan a gran velocidad alterando el tráfico, casi siempre innecesariamente, sólo para parecer más impresionantes, lucen sus armas costosas, sus vehículos, sus uniformes y sin embargo, la delincuencia en las calles crece. Hace unos días me robaron el estéreo de mi carro enfrente de mi casa, en una privada, hasta hace poco muy segura. Al jardinero, que es una persona de la tercera edad, lo asaltaron y lo golpearon hasta al cansancio, mientras todos los vecinos se encerraban, nadie lo ayudo, ni hablo a la policía, ¡para qué si nunca vienen! el señor se quedó sin herramientas y sin dinero en plena luz de día.

La pérdida de fe en nuestras instituciones se debe principalmente a que, en todos los niveles de gobierno, las promesas

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