REFLEXIONES SOBRE EL CASTIGO EN LA ESCUELA

REFLEXIONES SOBRE EL CASTIGO EN LA ESCUELA

Miller (1990a), menciona que para interrumpir el ciclo del castigo, las personas mayores deben analizar su propio pasado para comprender lo que vivieron durante su infancia y evaluar sus interacciones con los niños.

Brookes (1992), mencionaba que la educación debería facilitar la interpretación personalizada de las experiencias vitales, para que los alumnos pudieran reconocer y afrontar los malos tratos, la injusticia y la desigualdad.

Solo cuando los alumnos hayan resulto todos estos temas estarán preparados para abordar el conocimiento cognitivo.

Quienes se inician en la docencia deben concienciarse de los peligros que derivan de un pasado no analizado, es necesario un proceso por el que puedan reflexionar sobre sus propias experiencias educativas.

Brindándole un espacio al alumno para que pueda exponer incidentes ocurridos en su propia vida escolar, esto con el propósito de ejercitar la capacidad de relacionar los recuerdos personales de la escuela con la práctica docente actual.

ELEMENTOS DEL CASTIGO

El aspecto físico del castigo era evidente; había azotes, tirones de oreja, pellizcos en la mejilla y palmadas en el trasero.

Los estudiantes hablaban de que les habían humillado, aislado, avergonzado y marginado.

En estos casos lo que molestaba era la forma en que se había administrado el castigo.

Los estudiantes se quejaban del carácter público del castigo, más que del propio castigo.

Era desconcertante la variedad de infracciones menores que habían sido motivo de castigo. Por ejemplo:

• A unos alumnos les habían pegado por no cantar o por no hablar.
• A los alumnos de una clase les habían, aplastado los dedos con el pupitre por no agarrar bien el lápiz.

En otros casos se había castigado a los alumnos por error, por cosas que no habían hecho, y en otras ocasiones el castigo se agravaba cuando los alumnos no estaban seguros de por qué se les castigaba, o no sabían cómo corregir sus faltas. Por ejemplo:

• Sabía que se suponía que debía hacer el trabajo de nuevo, solo que ahora lo debía hacer bien. Pero ¿Cómo iba a hacerlo? Yo creía que lo que había hecho la primera vez estaba bien ¿Qué había hecho mal? Al menos que me lo hubiera dicho.

Las luchas de poder solían acabar en amenazas de expulsión de la clase.

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