Responsabilidad Social Del Periodista

La expresión es el arte de comunicar a través de los sentidos, el criterio que nos envuelve. Por lo que, no tiene ni un principio ni fin técnicos, sino que proviene de la necesidad de hacer partícipe a otro de nuestras ideas o perspectivas. Comparece, entonces, del principio humano de relacionarse para crear vínculos y el de desahogarse para sacar de sí, los demonios del silencio que lo carcomen.

Por otro lado, la expresión es una fuente casi tan inagotable de códigos, como la comunicación lo es de canales. Una conversación entre dos amigos, representa a un emisor y a un receptor; pero a través de un periódico y/o de un canal de noticias, por ejemplo, la “conversación” es entre un comunicador y su medio. Entonces, la sola forma primitiva de expresarse, debe ser regulada por un código ético cuyos valores morales otorguen al periodista credibilidad. Esto se debe a que la importancia de los medios, viene dada no solo por su gran alcance, sino que también por su influencia, lo cual representa una gran responsabilidad.

Una noticia de cinco minutos es capaz de mover masas, pues el comunicador como una entidad “confiable”, siempre presente en nuestras vidas, posee junto con los hechos, la facultad de invertir realidades, haciendo que sucesos cautivadores u horrorosos se sientan en carne propia. Entonces, las noticias se vuelven parte de nuestra bóveda de experiencias, nos moldean el criterio, expanden nuestras opiniones y expresiones. Viéndolo de este modo, el tipo de opinión pública que genere un medio de comunicación social, va interceder tanto en la realidad ideológica como en la política.

Tal como dijo alguna vez el escritor irlandés, George Bernard Shaw, “la libertad significa responsabilidad. Es por eso que la mayoría de los hombres la ignoran”, debemos reflexionar y saber diferenciar los conceptos de libertad y libertinaje, con respecto a lo que creemos correcto y por sobre todas las cosas, lo que es justo.

En relación a lo reflexionado anteriormente, los medios, al igual que cualquier otra empresa tienen un fin económico, y en unos más que en otros este representa una prioridad mayor sobre la tarea de informar de manera veraz, imparcial y oportuna. Es entonces, cuando la ética periodística pierde valor y la función de comunicar deja de ser lo que todos esperamos que sea: la búsqueda del bien común de la sociedad, para convertirse en solo un trabajo comercial.

Por lo que, aunque en la actualidad, todos tenemos acceso ilimitado a la información, esto tiene a su vez una gran desventaja: la posible manipulación de ésta; lo que implica el compromiso del ciudadano común y del profesional de la comunicación, para evitar la distorsión de contenidos, la polémica innecesaria y las fuentes no oficiales, por el simple hecho de competir para obtener “primicias” y ganar dinero.

Cabe destacar que pertenecer a una empresa implica un trabajo en conjunto,

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