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SINDICALISMO

Arihana SCMonografía24 de Abril de 2022

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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo busca informar de una manera clara y precisa, a través de la labor de nuestro grupo, además, desea brindar una investigación en base a la visión general del surgimiento y evolución del sindicalismo.

El tema correspondiente se desarrollará con la intención de llegar a su correcta comprensión, tanto una explicación teleológica como los diferentes términos en cuestión, al momento de estudiar el sindicalismo. Por lo que abarcaremos dos puntos, el surgimiento y su evolución que ha tenido tanto internacionalmente como nacional, pues esperamos y sirva de herramienta para que el público dirigido, o lectores en general, puedan utilizarlo de manera eficaz, otorgándole el merecido reconocimiento.

EL SINDICALISMO

  1. SURGIMIENTO Y EVOLUCIÓN DEL SINDICATO

Cuando hablamos de los inicios del sindicalismo nos estamos transportando al último tercio del siglo XVIII, en la cual también se origina la revolución industrial la cual da lugar que la máquina sustituya el trabajo manual. La introducción de la máquina produce grandes ganancias a los industriales, obtenidas a costa del sufrimiento del naciente proletariado de las fábricas, la fatiga excesiva, la insuficiencia en la alimentación, la disciplina imperante, etc. Que debían de soportar los operarios. Tanto la moralidad, la higiene, la seguridad, salud no causaban ninguna preocupación al empresario, incluso le regateaba el salario a obrero. Además, las mujeres y niños eran explotados sin misericordia, se les destinaban los trabajos más duros y humillantes, exponiendo con ello, sus vidas. Es así como el operario se convierte en esclavo de la máquina y el trabajo del hombre se hace menos valorizado.

  1.  Nivel Internacional
  1. Inglaterra

Esto comienza precisamente en Inglaterra a finales del siglo XVIII, donde surgieron las primeras asociaciones de obreros, denominadas de "socorro mutuo", con el objetivo de lograr mejoras laborales y salariales, y operando como cajas de resistencia para protegerse en caso de enfermedad, desempleo o huelga. En aquel entonces, la legislación inglesa seguía el ejemplo de la francesa que, en 1791, implantó la ley Le Chapelier, que instauraba la libertad de empresa y proscribía las asociaciones y corporaciones gremiales de todo tipo. Es reconocida por su efecto de prohibir la libertad de asociación. A pesar de estas medidas represivas, la total desprotección de los trabajadores frente a los abusos de los empresarios -prolongadas jornadas de trabajo, empleo infantil, mujeres mal remuneradas, fábricas insalubres, hacinamiento, despidos sin indemnización les empujó a seguir luchando y organizándose.
Fernandez, M señala que las asociaciones obreras británicas pasaron a la clandestinidad hasta que en 1824, un movimiento encabezado por Francis Place obligó al Parlamento a derogar aquéllas leyes. En 1829 John Doherty fundó la Gran Unión de los Hiladores y Tejedores a Destajo de Gran Bretaña y la primera central sindical de todos los oficios de la historia, la Asociación Nacional para la Protección del Trabajo. Agrupaba 150 sindicatos con 100.000 miembros. Editó el histórico periódico obrero "La Voz del Pueblo". En Francia las reivindicaciones del derecho a asociarse y de la jornada laboral de diez horas alcanzaron su apogeo en la revolución de 1848.

  1.  Francia

En este inicio del siglo XXI, el sindicalismo conoce una situación paradójica. Por una parte, continúa apareciendo como un actor central de las regulaciones profesionales y generando una abundante literatura. Por otra parte, Rosanvallon, P nos dice que, todos los países conocen un declive de sus afiliaciones sindicales desde hace una década, ya que las transformaciones del capitalismo hacen vacilar los fundamentos sociológicos y culturales del sindicalismo. Sin embargo, la crisis del sindicalismo es más importante y más antigua en Francia, en donde se caracteriza por una grave y persistente debilidad y por una extrema fragmentación de sus organizaciones. No obstante, a pesar de una dificultad creciente para mantener y renovar sus afiliados, las formas sindicales continúan diferenciándose en función de los países porque siguen estando profundamente influenciadas por las tradiciones y experiencias nacionales. En el panorama sindical internacional, Francia juega una partitura relativamente singular cuya puesta en perspectiva espacial e histórica permite diseñar los primeros contornos.

En el año de 1864 se reconoce el derecho a la huelga como uno de los derechos fundamentales del individuo.

En 1884 se reconocen los sindicatos obreros

En 1889 se fundó la Segunda Internacional, cuyo primer congreso se celebra en París el 14 de julio. Este congreso declara al 1º de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores, en conmemoración de los 5 huelguistas ejecutados en mayo de 1886 en Chicago. Desde entonces ha sido un día de movilización global sincronizada de los trabajadores del mundo. Además, adoptan la reivindicación de la jornada de ocho horas.

  1. México

La historia del sindicalismo mexicano se remonta a la segunda mitad del siglo XIX. Fue en esa época cuando los trabajadores empezaron a organizarse para oponerse a las pésimas condiciones que existían en los centros de trabajo y que en forma unilateral y arbitraria fijaban los dueños de las fábricas, minas y talleres y que tenían que ver con la duración de la jornada, tarifas, salarios, comportamiento durante la jornada e incluso con la moral de los trabajadores. Las industrias más importantes desde la época colonial fueron la minera y la textil. Las condiciones de trabajo, como es obvio imaginarse, eran muy precarias: largas jornadas de trabajo de 14 y hasta 16 horas diarias; salarios bajísimos y al arbitrio del patrón; malos tratos que en muchos casos llegaban a los golpes; pésimas condiciones de seguridad e higiene en los centros de trabajo, a lo que habría que agregar la inexistencia de leyes laborales que protegieran, aunque fuera en forma mínima, a los trabajadores. Los trabajadores de las minas protagonizaron gran cantidad de luchas motines, huelgas desde la época colonial, pero fueron los obreros textiles quienes en forma más organizada y después de pasar por una etapa de mutualismo, transformaron esas sociedades de ayuda mutua en organismos de resistencia. Fue entonces que se inicia la larga lucha por la reducción de la jornada, mejores salarios, mejoras en las condiciones de trabajo y el reconocimiento de sus organizaciones de clase.

“Durante este periodo se llevaron a cabo muchas huelgas, entre las que destacan las realizadas en las fábricas textiles de San Ildefonso y La Colmena (1865), en el Estado de México; La Fama Montañesa (1868), La Hormiga (1875), en el Distrito Federal; El Mayorazgo y La Economía, en Puebla y la Trinidad en Tlaxcala (1884)”.

En otros sectores también se realizaron huelgas importantes como la de los mineros de Real del Monte en 1872, en Pachuca, Hidalgo y la del mineral de Pinos Altos, Chihuahua, en 1883; los artesanos, por su parte, llevaron a cabo varias huelgas, la más conocida fue en la rama de la sombrerería en 1875. Ya casi al final del siglo se incorporaron a la lucha los ferrocarrileros, otro de los sectores más combativos, y sobre todo solidario, de la clase obrera mexicana. Estas primeras luchas fueron animadas y en muchas ocasiones organizadas, por hombres con influencias ideológicas de todo tipo: desde las liberales hasta las anarquistas, pasando por las socialistas de carácter utópico y las provenientes del marxismo. En la propagación de estas ideas jugaron un papel muy importante publicaciones obreras como El Socialista, El Hijo del Trabajo, Revolución Social, La Comuna, La Huelga, entre otros. Papel central en muchas de las luchas que se dieron en la difusión de ideas lo tuvo el Gran Círculo de Obreros de México, constituido en el año de 1870, al igual que personajes como Plotino Rhodakanaty, Santiago Villanueva, Hermenegildo Villavicencio y Francisco Zalacosta. Con la llegada de Porfirio Díaz al poder, las organizaciones obreras fueron duramente reprimidas al grado de que muchas de ellas desaparecieron; pero no cabe duda de que estamos ya ante un movimiento obrero incipiente, lleno aún de confusiones ideológicas y dudas en cuanto a los métodos de lucha y su relación con el poder.

  1.  Sindicato en el Perú
  1. Inicios del sindicalismo

El movimiento sindical peruano surgió a inicios del siglo XX y empezó a desarrollarse en sus dos primeras décadas, esta es una historia de luchas y resistencias, de victorias y derrotas; y ha sido relatada de diversas maneras y desde distintas perspectivas, desplegando una serie de acciones importantes, encaminadas a la conquista de la jornada de las ocho horas de trabajo, esta lucha tuvo como protagonista a la Federación Obrera Local de Lima, que organizó una huelga en 1918, estas acciones de lucha rindieron sus frutos con la expedición del Decreto Supremo el 19 de Enero de 1919, implantando la jornada de 8 horas de trabajo en todo el Perú.

En el año de 1971, el movimiento sindical peruano de tendencia demócrata cristiano da lugar a la creación de la Confederación Nacional de Trabajadores, que no tuvo mayor vigencia entre los trabajadores. En 1972, se da lugar a la constitución de la Central de Trabajadores de la Revolución Peruana, creación que fue propiciada por el Gobierno Militar de ese entonces, con el objetivo de controlar al movimiento sindical peruano, desaparecido el gobierno militar de dicha central podemos encontrar solo el nombre.

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