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SITUACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL 2020


Enviado por   •  14 de Julio de 2020  •  Informes  •  3.952 Palabras (16 Páginas)  •  118 Visitas

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SITUACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL 2020

A inicios del 2020 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó su análisis situacional y perspectivas económicas para este año. Hasta ese momento se había observado una decrecimiento del PBI que alcanzó su punto más bajo en el 2019 (2.3%). Eso debido a las disputas comerciales generadas entre algunas potencias mundiales que produjo bajas importantes en los niveles de inversión entre los países más integrados a las redes comerciales mundiales creando un panorama de incertidumbre que se vio reflejado en la desaceleración del crecimiento del comercio mundial.

Hasta ese momento la agenda mundial se basaba en concientizar enérgicamente a los países para que adopten mejoras en la política sobre el cuidado medioambiental, además de reducir la brecha en la desigualdad socioeconómica y buscar la erradicación de la pobreza, aunque la esperanza de progreso hacia una mejor calidad de vida se encontraba estancada en algunas regiones del mundo. A pesar de esta situación, la visión optimista de la ONU planteaba una leve mejora tanto en el PBI mundial como en el crecimiento del comercio, siempre y cuando los riesgos latentes no se materializaran. Sin embargo, el panorama cambió drásticamente con la expansión del COVID-19 que terminó deteriorando considerablemente la economía mundial y cambiando la perspectiva para este año.

La crisis generada por la pandemia generó una profunda desaceleración tanto en economías avanzadas como en aquellas emergentes esto debido a la combinación de las medidas tomadas para amortiguar la velocidad de contagios. Estas medidas involucran principalmente el distanciamiento social y los confinamientos tanto voluntarios como obligatorios que han disminuido drásticamente la producción, consumo y confianza del consumidor. Las empresas han visto mermados sus ingresos por lo que se ven obligadas a tomar medidas como el recorte de personal, aumentando así en gran número la tasa de desempleo. Por otro lado ante el cierre de fronteras adoptado por la gran mayoría de países se vieron afectadas actividades como el comercio internacional, el turismo, las exportaciones y el financiamiento internacional, reduciendo aún más los ingresos en los países que dependen de estas fuentes.

El nivel de incertidumbre para este año es mucho mayor que para el 2019, proyectándose a un crecimiento de -4,9%. Sin embargo, las economías avanzadas por su parte presentarán un crecimiento del -8% y las economías emergentes se proyectan a tener un -3%. Los factores más influyentes para estas proyecciones son la duración de la pandemia, confinamientos necesarios, distanciamiento social (que afectará al gasto), la capacidad de generar empleos, el impacto de los cambios de la seguridad en el trabajo, entre otros.

Con respecto a la reducción del índice de pobreza que planteaba la ONU para este año, no será posible, esta gran recesión económica no solo no nos permite participar activamente en la disminución de la pobreza, si no que nos ha hecho retroceder en el avance que se tenía. El impacto negativo generado por la pandemia, particularmente en los hogares más humildes de bajo ingreso a escala mundial, aumentarán de la brecha social.

El pronóstico económico para el siguiente año depende del comportamiento de la pandemia en el segundo semestre del presente. Para mitigar los efectos es importante la cooperación entre autoridades de los países y tomar las medidas adecuadas para reducir el impacto económico en sus poblaciones como por ejemplo: subsidios salariales, promover la inversión pública, inversión en los sistemas sanitarios, ofrecer liquidez a las empresas mediante préstamos a bajas tasas de interés, entre otras.

A inicios del 2020 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó su análisis situacional y perspectivas económicas para este año. Hasta ese momento se había observado una decrecimiento del PBI que alcanzó su punto más bajo en el 2019 (2.3%). Eso debido a las disputas comerciales generadas entre algunas potencias mundiales que produjo bajas importantes en los niveles de inversión entre los países más integrados a las redes comerciales mundiales creando un panorama de incertidumbre que se vio reflejado en la desaceleración del crecimiento del comercio mundial.

Hasta ese momento la agenda mundial se basaba en concientizar enérgicamente a los países para que adopten mejoras en la política sobre el cuidado medioambiental, además de reducir la brecha en la desigualdad socioeconómica y buscar la erradicación de la pobreza, aunque la esperanza de progreso hacia una mejor calidad de vida se encontraba estancada en algunas regiones del mundo. A pesar de esta situación, la visión optimista de la ONU planteaba una leve mejora tanto en el PBI mundial como en el crecimiento del comercio, siempre y cuando los riesgos latentes no se materializaran. Sin embargo, el panorama cambió drásticamente con la expansión del COVID-19 que terminó deteriorando considerablemente la economía mundial y cambiando la perspectiva para este año.

La crisis generada por la pandemia generó una profunda desaceleración tanto en economías avanzadas como en aquellas emergentes esto debido a la combinación de las medidas tomadas para amortiguar la velocidad de contagios. Estas medidas involucran principalmente el distanciamiento social y los confinamientos tanto voluntarios como obligatorios que han disminuido drásticamente la producción, consumo y confianza del consumidor. Las empresas han visto mermados sus ingresos por lo que se ven obligadas a tomar medidas como el recorte de personal, aumentando así en gran número la tasa de desempleo. Por otro lado ante el cierre de fronteras adoptado por la gran mayoría de países se vieron afectadas actividades como el comercio internacional, el turismo, las exportaciones y el financiamiento internacional, reduciendo aún más los ingresos en los países que dependen de estas fuentes.

El nivel de incertidumbre para este año es mucho mayor que para el 2019, proyectándose a un crecimiento de -4,9%. Sin embargo, las economías avanzadas por su parte presentarán un crecimiento del -8% y las economías emergentes se proyectan a tener un -3%. Los factores más influyentes para estas proyecciones son la duración de la pandemia, confinamientos necesarios, distanciamiento social (que afectará al gasto), la capacidad de generar empleos, el impacto de los cambios de la seguridad en el trabajo, entre otros.

Con respecto a la reducción del índice de pobreza que planteaba la ONU para este año, no será posible, esta gran recesión económica no solo no nos permite participar activamente en la disminución de la pobreza, si no que nos ha hecho retroceder en el avance que se tenía. El impacto negativo generado por la pandemia, particularmente en los hogares más humildes de bajo ingreso a escala mundial, aumentarán de la brecha social.

El pronóstico económico para el siguiente año depende del comportamiento de la pandemia en el segundo semestre del presente. Para mitigar los efectos es importante la cooperación entre autoridades de los países y tomar las medidas adecuadas para reducir el impacto económico en sus poblaciones como por ejemplo: subsidios salariales, promover la inversión pública, inversión en los sistemas sanitarios, ofrecer liquidez a las empresas mediante préstamos a bajas tasas de interés, entre otras.

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