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SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA USAR (MÁS Y MEJOR) LOS LIBROS DE LA BIBLIOTECA ESCOLAR Y DEL AULA


Enviado por   •  26 de Enero de 2016  •  Resúmenes  •  1.778 Palabras (8 Páginas)  •  231 Visitas

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  1. ALGUNAS SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA USAR (MÁS Y MEJOR)
  2.  LOS LIBROS DE LA BIBLIOTECA ESCOLAR Y DEL AULA

Carola Diez

  1. BUSCAR

Abajo los libros. Consigan canastas, o cajas de cartón (no muy altas) forradas; rejas, huacales o cajones de fruta sirven, también recipientes plásticos grandes, cuadrados o rectangulares. Prepare los libros de cada sesión. Escoja de la biblioteca de la escuela. Pida también recomendaciones a maestros de otros grados sobre sus bibliotecas de aula. Ahora sí, baje los libros, prepare las cajas o canastas, y dispóngales un espacio especial en el aula.

Escoba y plumero. Su escuela cuenta con un acervo importante de libros destinados a las bibliotecas de aula y escolares, enviado por la SEP a lo largo de los últimos dieciséis años. La organización de estos materiales varía mucho de un centro escolar a otro. Es posible que en su escuela haya una biblioteca escolar organizada, y unas colecciones instaladas en cada aula. Probablemente cuenten con una persona encargada de la biblioteca escolar, y con un sistema de préstamo a domicilio que funciona bien. Pero, tal vez su caso sea distinto. Tal vez no existe una biblioteca escolar instalada en la escuela, tal vez los libros están en la dirección, en gavetas, en cajas, en un rinconcito del aula de medios, en la bodega...

        Sin importar cuál sea la situación en este momento, ha llegado la hora de meter mano en el acervo. Así que ¡a desempolvar los libros entre todos!

2) ELEGIR

De chile, de dulce y manteca. ¿Cuántos libros? ¿Cuáles? ¿de dónde y cómo los escojo? Aquí van algunas sugerencias que le permitirán disponer de una importante diversidad de recursos cuando los necesite:

  • Para que alcance, tiene que sobrar. A menos que intencionalmente desee trabajar con un conjunto limitado de materiales, intente disponer siempre al menos de tres libros por niño. Permítales escoger, comparar y seleccionar

  • Primero, que me guste a mí. Esta parece una afirmación un tanto egoísta, y tal vez lo sea. Pero sucede que cuando nos  involucramos personalmente en la selección del material para la clase, casi siempre sale mejor, hay más cosas para platicar, para ver, para aprender… Escoja en un principio los libros que a usted le parezcan interesantes, entrañables, bellos, extraños, clásicos, novedosos, nostálgicos, chistosos, etc. Piense en los niños y las niñas del grupo mientras recorre cajas y estantes.
  • Ojo a la diversidad. Frecuentemente –a veces sin darnos cuenta- nos inclinamos hacia un género o temática a la hora de escoger. Para garantizar que podemos ofrecer a cada alumno algo de su interés, que ningún lector quede ausente de nuestra selección, vamos a equilibrar:
  • Mitad y mitad: elija los libros equilibrando literarios (cuentos, novelas, poemas, libros sobre las palabras) e informativos (matemática, ciencias de la tierra y el espacio, etc…) Puede apoyarse en el mapa de categorías y el catálogo en línea del Programa Nacional de Lectura[1].
  • “Fáciles, regulares y difíciles”. Es decir, consideramos distintos acercamientos a los libros, por parte de muy distintos lectores. La clave es que todos deben tener acceso. Puede guiarse por el icono de las series lectoras, ubicadas en la portada de la mayoría de los libros (consute la dfinición de cada serie en la página electrónica del Programa Nacional de Lectura):[pic 1][pic 2][pic 3][pic 4][pic 5]
  • Los dibujitos no siempre son adornos. La imagen también se lee. Hay mucho para hablar, para escribir, para aprender, tan sólo mirando juntos una ilustración. Los niños y jóvenes suelen ser grandes lectores de imágenes, con pocas oportunidades de ejercer esta lectura en los espacios escolares. Leer imágenes, hablar de ellas, producir textos o dibujos a partir de las ilustraciones de un libro son actividades que pueden allanar mucho el camino de las letras, puesto que son experiencias de lectura ricas en sí mismas. ¡No olvide tomar muy en cuenta las imágenes a la hora de elegir libros!

Los libros permanecen. Seleccione un acervo de base, variado, y deje que los alumnos lo conozcan, lo exploren, lleven libros prestados a la casa, comenten, etc. Preste atención a cuáles son los libros que los niños prefieren cuando pueden escoger libremente, cuáles se recomiendan, etc. Manténgase atent@ a ver cuáles son los preferidos, cuáles siempre se quedan en la canasta… platique con los niños sobre estos gustos y disgustos.

Los libros cambian. Por supuesto, es deseable que aparezcan con frecuencia libros nuevos, que no habíamos visto, a partir de intereses del grupo o del profesor, o sencillamente para refrescar el acervo. Mantenga un equilibrio entre los libros que los niños conocen (y prefieren) y algunas propuestas nuevas en cada encuentro.

No sólo en la biblioteca hay materiales de lectura. Traiga siempre usted algo de su casa para leer con los alumnos. Cuente a los niños qué está leyendo, qué le parece, por dónde va… Cuando el maestro se muestra como lector autónomo frente al grupo (es decir, elige textos, los trae, los comparte), está convirtiéndose en un modelo lector. Esto va a estimular que los niños traigan sus propios materiales (que deben ser integrados, por supuesto, cualesquiera que sean), y se animen a compartir pequeñas lecturas en voz alta. Incorpore la certeza de que los niños y su mundo están estrechamente relacionados con el universo de la lectura y la escritura.

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