Samaritano
sadamhusein8 de Mayo de 2013
827 Palabras (4 Páginas)276 Visitas
Nosotros como profesores debemos abordar las adicciones en los adolescentes, cuestionándonos primero en nuestra condición humanizadora; por lo tanto se hace necesario exponer la Parábola del Buen Samaritano para comprender nuestra acción educativa; el Evangelio de San Lucas nos ilustra así.
“un hombre iba por el camino de Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa; lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Por casualidad un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un rodeo y siguió adelante. También un levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante. Pero un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, al verlo, sintió compasión. Se acercó a él, le curo las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo subió en su propia cabalgadura, lo llevo a un alojamiento y lo cuido. Al día siguiente, el samaritano saco el equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le dijo: Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagare cuando vuelva. Pues bien, ¿cuál de estos tres te parece que se hizo prójimo del hombre asaltado por los bandidos?”.
Ese hombre puede ser hoy día un adolescente, victima en su estado de adicción de maltratos físicos y verbales propinados por muchas personas; que además lo dejan, nos les interesa, no se cuestionan que puede ser su hijo, amigo, vecino, sobrino o estudiante tan solo lo dejan, pero por pura casualidad lo encuentra un hombre de conocimiento, de títulos, un hombre importante, podríamos pensar que él lo va ayudar, pero solo lo mira y se aleja, ( los sacerdotes en esa época eran hombres importantes por su sabiduría), se acerca otro como nosotros lo observa y se aleja; pero un tercero siente compasión y se aproximó sin temor y le brinda mucho más que otros, por consiguiente no se trata de cerrar puertas, se trata como humanos de generar un cambió; “no podemos despertar en la noche, encender la luz para no ver nuestra propia oscuridad”.
Nuestro deber como profesores pensarnos en el misterio de la compasión- sentirnos prójimos y próximos sin juzgar, tan solo nos están invitando ayudar. Es pensar como la Acción Educativa Humaniza; como el profesor debe saber tomar la iniciativa; debe saber acercarse; debe saber preguntarse y preguntar; debe saber develar la propia interioridad (solidaridad- compartir);debe saber escuchar bien: debe saber conversar- dialogar; debe saber desaprender; debe saber discernir; debe saber compartir; debe saber tocar el corazón; debe saber construir autonomía; debe saber construir esperanza comunitaria; debe saber ver una realidad que produce sufrimiento; porque las adicciones producen conflicto, incertidumbre, frustración y fragilidad.
Como profesores estamos invitados a ser samaritanos, ser los gestores de la reinserción social del adolescente adicto; considerar la exclusión como un mecanismo que ha funcionado por inercia, impidiendo la inclusión, investigarlo y generar efectos positivos.
Ejecutar programas tendientes al desarrollo de capacidades y habilidades específicas, con procesos cognitivos significativos que rescaten la importancia de la prevención como una estrategia sustantiva en el apropiamiento de factores de protección.
Buscar en forma constante y adaptativa mecanismos específicos de ayuda familiar y comunitaria. El proceso adictivo afecta de manera negativa el ambiente familiar, por lo que es necesario impulsar mecanismos para la reconstitución familiar.
Promover el desarrollo de una conciencia colectiva en torno a la problemática de las adicciones, desde una perspectiva de diversidad, de tolerancia y con abordamiento de género, extendiendo, difundiendo y duplicando la información para beneficiar un número cada vez mayor de personas.
Sistematizar experiencias para la identificación y
...