Sexo ayer, hoy y mañana.

Sexo ayer, hoy y mañana

El sexo ha sido, es y será siempre un tema muy controversial puesto que es una lucha constante entre una necesidad fisiológica de cada persona y lo establecido socialmente. Es decir, hablando en términos psicoanalíticos podemos indicar que el sexo es un despliegue de las pulsiones libidinales de una persona, el ello en su máxima expresión, sin embargo; estas pasan por un filtro llamado sociedad donde se amoldan a lo establecido por esta, convirtiéndose en un sexo consensuado.

Segú la Organización Panamericana de la Salud (2006), el término sexualidad se refiere a una dimensión fundamental del ser humano, basada en el sexo, incluye al género, las identidades de sexo y género, la orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva, el amor y la reproducción. El sexo se puede experimentar o se expresar en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. Lamentablemente, la sexualidad no es aceptada ni practicada de la misma manera por unos y otras y las diferencias conllevan jerarquías y valoraciones que hacen aceptables algunas acciones e inaceptables otras en tanto son hombres o mujeres quienes las ejercen. Se puede indicar que existe una diferenciación jerárquica donde lo masculino es el modelo dominante, mientras que lo femenino toma un modelo dominado (Sandoval, 1998).

 Es la pornografía un claro ejemplo donde se puede representar el rol del hombre dominante y mujer dominada. La gran cantidad de cintas pornográficas representa el acto sexual en dónde la mujer es quien complace al hombre, la mujer siempre se ve sometida, es azotada, muchas veces amarrada o vendada. Es poca la pornografía que revela el sexo placentero y un rol no jerárquico para ambos géneros. Es esta misma pornografía quien enseña a un público adolescente lo que es el sexo y lo que representa.

En lo personal, considero que durante la etapa de adolescencia la pornografía es el medio con mayor recurrencia para averiguar acerca del sexo. Sin embargo, cuando observar afiches pornográficos, revistas pornográficas y especialmente cintas pornográficas no hay un aprendizaje profundo de lo que el sexo es, representa y como se debería llevar acabo. Siendo aún una adolescente puedo asegurar que ver pornografía no aclara mis dudas sexuales, por lo contrario genera en mi desagrado y angustia. Esto se debe a que siempre es la mujer la que toma el papel de sometida y dominada por el hombre, no hay un rostro de verdadero placer, es más muchas mujeres fingen el orgasmo a costa de que sea el hombre quien eyacule, lo cual considero injusto porque el acto sexual debe ser para ambos géneros. La sociedad ha ido marcando mucho estos estándares o etiquetas por roles donde deja a la mujer como un “objeto sexual” quien debe complacer al hombre.

Empero, existe mucha ambigüedad con lo que a lo largo de los años te informan como mujer y lo que finalmente también te muestran respecto al sexo. Suelen decir frases como: “No puedes perder tu virginidad con cualquiera”, “Debes llegar virgen al matrimonio” “La virginidad solo se pierde una vez”. Inculcan a la mujer a ese papel conservador y de cuidado respecto al sexo, haciendo un hincapié en lo valioso que es la virginidad; pero no inculcan que durante las relaciones sexuales también tienen derecho a sentir placer, tienen derecho a ellas ser quienes culminen el sexo y a estar a gusto durante todo el acto sexual. Existe mucho tabú en cuanto al sexo y la mujer, todo lo contrario con el tema sexual masculino que es alabado y hasta muchas veces premiado.

Según Freud, existe una corriente de excitación sexual que afecta a determinados órganos del cuerpo y que busca la descarga y gratificación, existen también fuerzas inhibitorias que se contraponen a esa pulsión sexual, y que los gérmenes de mociones sexuales que trae consigo el neonato sufren una progresiva sofocación por consecuencia de poderes anímicos como el asco, la vergüenza, la estética y la moral, que parecen desarrollarse con relativa independencia de la educación formal. Una mujer no debe ser “sometida” a suscitar el acto sexual solo para complacer al hombre, ella también debe disfrutarlo de igual manera. Así, la categoría género se refiere a una construcción cultural, social e histórica, acerca de la diferencia de los sexos. A partir de la anatomía los seres humanos son introducidos, a través de la crianza de las figuras parentales, en un complejo sistema de deseos, expectativas y funciones que definen su ser femenino o masculino y por ende establecidos en estas etiquetas de roles durante el acto sexual.

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