Soberania
jahiirarturo12 de Febrero de 2013
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UNIDAD 2
2.- LA SOBERANÍA DEL ESTADO
ARTÍCULO 39. De la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
“LA SOBERANÍA NACIONAL RESIDE ESENCIAL Y ORIGINARIAMENTE EN EL PUEBLO. TODO PODER PÚBLICO DIMANA DEL PUEBLO Y SE INSTITUYE PARA BENEFICIO DE ÉSTE. EL PUEBLO TIENE, EN TODO TIEMPO, EL INALIENABLE DERECHO DE ALTERAR O MODIFICAR LA FORMA DE SU GOBIERNO”.
La soberanía es el poder supremo del Estado, sobre el cual no existe ningún otro poder superior. Es el poder político de una nación o de un organismo que no está sometido al control de otro estado y organismo.
Pero el poder aparte de darse dentro del Estado, existe también el interior de otros grupos sociales. Dentro de las sociedades mercantiles encontramos que la asamblea, si se trata de una sociedad anónima, tiene también un poder y lo mismo podemos decir de toda asociación humana: Asociaciones religiosas, deportivas, civiles, de ayuda, etc.
2.1. - EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA SOBERANÍA.-
La historia del concepto soberanía es la de las luchas políticas y del intento de afirmación de un poder sobre otros. En el surgimiento mismo del término aparece esta cualidad de enfrentamiento, de choque de unos poderes con otros.
Afirmar que un poder es soberano no tiene sentido si no es frente a otros poderes. De ahí que en la antigüedad el concepto no se haya acuñado según esta misma tónica
La Idea de soberanía surge en medio de una lucha del poder real por conquistar su independencia de los poderes externos (poder de la iglesia y los restos del sacro imperio romano germano) y la supremacía sobre los poderes internos (feudalismo), esta estructura política encabezada por el rey reemplaza a la estructura política anterior como lo era el feudalismo.
El poder soberano forjado históricamente por el soberano fue un poder individualizado. Al surgir el estado moderno el poder soberano se institucionaliza en el estado, es decir se traspasa de la persona física del soberano a la persona jurídica del estado, quien es el único titular del poder soberano del estado.
Dentro del la soberanía del estado se distingue la interna y la externa:
INTERNA.- Supremacía por sobre los demás poderes sociales existentes en el territorio estatal, el Estado no reconoce otro poder igual o superior.
EXTERNA.- Para relacionarse con los otros estados soberanos, el Estado es un ente independiente igual jurídicamente a los otros estados soberanos, que no reconoce superiores, solo iguales.
La soberanía es una voluntad suprema que ordena y que rige la comunidad humana.
La Soberanía es una característica, atribución o facultad esencial del Poder del Estado que consiste en dar órdenes definitivas, de hacerse obedecer el orden interno del Estado y de afirmar su independencia en relación con los demás Estados que forman la comunidad internacional.
Tradicionalmente se ha expresado que la soberanía es el poder ilimitado de mantener la propia existencia, independientemente de toda voluntad extraña o superior; un poder que no está sujeto a otro poder.
La soberanía es la cualidad específica del poder del Estado y consiste en el Derecho de mandar en última instancia en forma inapelable –autodeterminación- y afirmando su independencia respecto de los demás Estados, sin más límites que los que crea el Derecho internacional, principalmente a través de la O:N:U.
La soberanía de un pueblo se manifiesta en el Derecho de darse leyes, emitir decisiones administrativas y sentencias para los casos controvertidos.
La idea de soberanía es de origen relativamente reciente y se desarrolla inicialmente en Francia, durante la última etapa feudal.
Soberanía significa SUPER OMNIA, lo que está por encima de todo, y se extiende al poder que no reconoce otro poder. El término aparece a fines del año 1500.
2.2.- EL PENSAMIENTO GRIEGO.
Es sabido que la POLIS griega era una entidad plena en la cual la dirección de la unidad política comprendía al mismo tiempo todas las dimensiones de la vida de sus miembros: religiosa, política, económica, social, etc. No se concebía una posible pugna de poderes en el interior de la comunidad, independientemente de que ésta pudiera ocurrir y de hecho ocurriera, pero ello constituía en todo caso una rebelión frente al poder establecido que no tenía más efecto que el de ser atacada o suprimida por parte de la autoridad, o bien si lograba el triunfo, hacerse del poder total de esa comunidad. No se concebía la pugna como tal. En todo caso, podría establecerse una diferencia incluso violenta frente al gobierno, pero ésta constituía simplemente la posibilidad de adueñarse de ese poder pleno del ESTADO ANTIGUO. De este modo, no se produce en la antigüedad el concepto de soberanía con las características que tiene en la modernidad.
Existía en cambio, el atributo de la comunidad política que se le denominaba AUTARQUÍA.
La autarquía en cierto sentido está vinculada al concepto actual de soberanía, pero su dimensión específica se daba en el plano de lo que denominaríamos hoy autosuficiencia, es decir capacidad de autoabastecerse en cuanto a la satisfacción de sus necesidades por parte de la unidad política.
La antigua polis posee la cualidad moral de aislarse del mundo porque tiene dentro de sí todos los elementos para satisfacer las necesidades de los individuos que la forman. La polis no necesita del mundo bárbaro, ni de sus hermanas las otras ciudades griegas.
Este concepto de autarquía no se refiere para nada a la libre determinación del Estado en su conducta, en su derecho, en su gobierno o administración, ni en su política interior y exterior. Es decir, este concepto de autarquía no toca para nada el aspecto de poder del que se deriva el concepto de soberanía.
Esta doctrina de la autarquía fue llevada a su extremo por los cínicos (antiguos filósofos que despreciaban las reglas sociales). Quienes consideraban la autarquía como la cualidad esencial del individuo ideal, esto es, del sabio.
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No encontramos la noción de soberanía en el pensamiento político de los romanos. Ellos usaron expresiones como “potestad” e “imperium” referidas mas bien a la fuerza de poder público en sentido material, más que como una noción referida al Estado.
En Roma, dice Jellinek, hasta época muy avanzada fue muy viva la idea de que el pueblo es la fuente de todos los poderes públicos, pero la cuestión relativa a saber quien tiene en el Estado el más alto poder, es muy distinta de la cuestión relativa a la soberanía del Estado.
2.3.- NATURALEZA POLÉMICA DE LA SOBERANÍA
El tema de la soberanía en la teoría del Estado es, sin duda uno de los más polémicos sobre el cual se haya escrito con gran profusión desde diferentes perspectivas y dado lugar a múltiples polémicas y a los más diversos enfoques. La razón de la variedad de concepciones respecto de la soberanía radica precisamente en el hecho de que se trata de un concepto básico de la teoría del Estado, que constituye el punto de contacto entre la realidad política que el Estado significa y su configuración jurídica, sirve de gozne entre las consideraciones de carácter jurídico en cuanto a la manera como se manifiesta el poder del Estado.
Ningún análisis acerca de la soberanía puede prescindir del enfoque histórico de la misma. Todos los autores coinciden en que se trata de una concepción que ha tenido una evolución histórica condicionada por las circunstancias de cada época. Esta afirmación es muy importante, porque aún en el momento actual el término soberanía y su conceptuación están determinados por la situación imperante. El término continúa siendo materia de debate y sigue constituyendo un punto acerca del cual se realiza toda una lucha política.
En la Edad Media, afirmar que el rey era soberano significaba el propósito de hacer valer la autoridad del príncipe temporal sobre un territorio determinado, frente a aquellas otras potencias que se le enfrentaban.
La oposición del poder del monarca absoluto a otros poderes engendra en la Edad Media el conocimiento de la necesidad de soberanía.
Es necesario llegar a la edad media para encontrarnos frene al poder del monarca la presencia de otros poderes que se le oponen por Derecho propio aduciendo títulos históricos y reales de legitimidad.
Estos poderes fueron:
1. El poder de la Iglesia que pretendió subordinar al Estado, es decir, la lucha entre el poder espiritual de la Iglesia y el poder temporal de los monarcas;
2. El Imperio Romano que no reconoció a los demás Estados más que el carácter de provincias de Roma;
3. Los grandes señores feudales, las corporaciones independientes y las ciudades libres, que ostentaban títulos suficientes para enfrentarse al monarca
La Iglesia romana culmina su desarrollo al representar una gran fuerza espiritual y un verdadero poder temporal, que plantaba sus derechos para subordinar la acción del monarca a los principios de la religión. Con esta actitud, la Iglesia, pretendía apoyar los últimos vestigios de un feudalismo claudicante
De la lucha de esos poderes nació la idea de soberanía; de la lucha entre el Imperio Romano germánico y la Iglesia; de la lucha del Imperio Romano Germánico con los Estados particulares y también con la iglesia y de la lucha del poder central del Estado con el poderío de los grupos sociales internos, como los señores feudales y las corporaciones, de la lucha de esos poderes nació la idea de
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