Soy Joven, Luego Existo

Soy joven, luego existo: los jóvenes y su papel en Chile.

Parafraseando y acomodando la frase de Descartes, que en su forma original da a entender lo medular del acto de pensar dentro de su filosofía, se intenta poner en el tapete la cuestión de la juventud y su papel dentro de la existencia, propia y colectiva, de aquellos que muchas veces no se sienten parte de este mundo, el cual parece no solo haber sido formado por adultos y sino que a la vez únicamente para adultos. Por lo tanto, titular con esta hipérbole es una propuesta que llama a empezar a leer con unos ojos no “adulto-céntricos” a fin de que exista una comprensión más simétrica de lo que viene en los párrafos siguientes, disminuyendo así la brecha.

¿Qué hay de los jóvenes en Chile? ¿Cómo podríamos definir aquel grupo tan marciano, para los terrícolas, y heterogéneo, para los adultos? Porque si se pretende dar un lugar apropiado a su existencia, es necesario al menos conocer el objeto sobre el que se está tratando, y no puede ser fútil iniciar con una desmitificación que atraviese la densa capa ficticia que conforma el estereotipo común de los incomprendidos. Afortunadamente, en el 2007, Marcela Escobar y Paula Coddou, publicaron un artículo donde dan a conocer los resultados del estudio “Entendiendo el mundo juvenil” realizado a distintos jóvenes de Chile, este involucraba a un total de 1.478 individuos, de distintas regiones del país, de estratos económicos disímiles y de un margen de edad de entre 16 a 25 años. El propósito de la investigación era tratar de definir en una mayor profundidad cuales son las características globales de este grupo etario.

Las conclusiones de la indagación pueden ser organizadas en algunos puntos importantes, en primer lugar, tenemos los datos que guardan relación con lo que piensan los jóvenes de sí mismos, donde se pueden mencionar tanto su alto nivel de claridad y confianza en sí mismos, como su optimismo respecto a lo que anhelan lograr. Luego se encuentra principalmente la información que respecta a la familia, aquí se puede señalar que en realidad los jóvenes aún valoran y se interesan en el matrimonio, mientras esté bien constituido, por lo que sí tienen el deseo de formar familia, la cual es considerada por la mayoría (un 90 por ciento) como un pilar fundamental de la sociedad. Sin embargo, también están los datos que dan a entender cómo ven ellos sus propias familias, dentro de las cuales identifican como principal problema la falta de tiempo para compartir, seguido por los conflictos económicos y la falta de comunicación, toda esta situación aspira ser superada por los jóvenes, quienes no quieren repetir el modelo. No obstante, y debido a la forma en cómo se mira la educación superior, la iniciativa de formar familia se ve postergada, teniendo menos prioridad que en generaciones pasadas.

Después sigue una consideración de las ideas y creencias que conciernen a temas tales como el aborto, la homosexualidad y la religión. En esta área se puede ver que, en honor a la verdad, la juventud no es una masa de liberalismo como algunos afirman y, sin tampoco poder ser tildados de conservadores, no se observa una distinción tan acentuada en proporción al conjunto adulto. Pero, quizás desde el 2007 hasta el 2013, la homosexualidad haya tenido un grado mayor de aceptación. En cambio, sobre la religión se muestran bastante creyentes (un 89 por ciento cree en Dios), aunque poco activos. Igual se alude al casi 50 por ciento que cree en la reencarnación como un dato de interés. Luego, se analizan las actividades de esparcimiento, aquí se menciona que los jóvenes son amistosos y gustan de disfrutar en grupo como de practicar deportes. Aunque, también es relevante el hecho, en este sentido, que casi un 50 por ciento de los jóvenes ha probado la marihuana alguna vez. Finalmente, tenemos la opinión de los jóvenes sobre el país y los adultos: más de la mitad se encuentra decepcionado con los mayores, principalmente por su inconsecuencia. Empero, tampoco tienen una muy buena percepción de Chile, lo anterior se puede ejemplificar con el bajo índice de participación política manifestado en el nivel de inscripción en los registros electorales, son más los jóvenes que creen que en realidad no se puede hacer nada para cambiar el país. Ya terminando, se clasificó a los jóvenes en seis tipos: sociables (24%), aventureros (18%), solitarios (11%), optimistas (14%), idealistas (16%) y liberales (17%).

Es posible ver claramente que el esquema juvenil importado desde los mass media no favorece ni a los jóvenes, ni a los adultos en su comprensión de estos. Debido a que, por ejemplo, se puede confiar en los datos que han sido entregados respecto a lo que piensan referente la familia, sobre la cual revelan una preocupación legítima y que a la larga se espera pueda ser saludable. Es importante su opinión respecto a la familia, porque en el fondo, una visión de esta, es una radiografía del país como tal. Y, si se desea darles mayor participación a los jóvenes, se necesita comenzar

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