Trabajo Social

Promoción social. Manuel Shugurensky

La aparición de las corrientes teóricas y de la misma formación del Trabajo Social, son el resultado de la irresponsabilidad del Estado para satisfacer las necesidades básicas de la población; y lo que podemos presumir que no son bastantes ni difíciles de resolver.

Las necesidades que la población demanda, son las elementales en un sistema de la búsqueda del bienestar y desarrollo, entendiéndose que el desarrollo y crecimiento no es lo mismo, están íntimamente ligados pero no osan ser sinónimos; entre ellas podemos encontrar que son una vivienda digna, en condiciones buenas, un empleo para hacerse de los medios para subsistir en un sistema capitalista voraz, entendiendo que existen modelos económicos en todo el mundo con la variable de ser voraces , arrolladores y excluyentes( como el mexicano) o serlo en menor medida.

Es ahí cuando el modelo de promoción social, en su precepto fundamental de involucrar a la sociedad organizándola por segmentos o grupos, implementan programas y actividades económicas, culturales o de participación social involucrando a los ciudadanos para hacerlos participes de su desarrollo; autodesarrollo colectivo.

Las diversas formas de hacer promoción social tienen un objetivo en comun, mas en cambio lo que las diferencia entre ellas son las bases teóricas en las que están cimentadas, y por las cuales se rigen hasta alcanzar ese objetivo, y son tres, con énfasis en la modernización, con énfasis en la conciencia crítica y en la organización social.

La primera retoma preceptos funcionalistas los cuales dictan una alineación y adhesión de los individuos a un sistema funcional, a un sistema consumista, el cual es avasallador y desolador, en el cual estamos inmersos, y no solo en México, sino en América latina, que refiere que en este sistema se necesita de la ayuda externa, la cual se le denomina altruista, mesiánica, cosa un tanto difícil de creer ya que ejemplificando esta forma en nuestro contexto estamos subordinados por un país monstruosamente expansionista y opresor, lo que nos da pie a la segunda forma de hacer promoción social.

El antagonismo entre opresores y reprimidos puede tener una tendencia a la concientización de las personas, a hacerse uno solo, un ente capaz de hacerse escuchar y quietarse el yugo paternalista del Estado, el cual institucionaliza el coraje y la capacidad de rebelión para absorberlo, reprimirlo y neutralizarlo, convirtiéndose en una especie de bloque que esta bien protegido con sus instituciones, haciendo creer que se vive, que es un Estado de derecho, y que no pasa ninguna anomalía en su accionar, cosa errante y craso error si se pretende creerlo.

Por último encontramos que la organización es una forma de hacer promoción social, con la cual estoy de acuerdo, es difícil hacerle creer a toda una sociedad que se es una sola, porque cada individuo tiene diferente formación y preceptos, incluso valores diferentes. Pero cuando se le organiza y se pretende no ser una igual, sino ser muchos deferentes pero en alianza es para mí la forma y el arma más poderosa que tiene la población para exigirle al estado

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