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Una mirada sobre lo Contemporáneo


Enviado por   •  13 de Agosto de 2016  •  Apuntes  •  13.621 Palabras (55 Páginas)  •  173 Visitas

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Una mirada sobre lo Contemporáneo

    Prof. Rafael A. González

                                         Centro de Investigaciones Contemporáneas (CINCO-UPEL)

Cinco-venezuela@hotmail.cm

Introito

La agenda investigativa de estos tiempos es harto interesante y prolífica. Desde los más recónditos pasados hasta el más fresco presente, desde las biografías hasta las historias nacionales, desde las dinámicas locales hasta los procesos de globalización, desde todos los asuntos terrestres hasta las más extravagantes aventuras extraterrestres, parece no haber actualmente límite a la hora de plantearse un horizonte de investigación. Por todos lados parecen estallar temáticas  investigables y ya no hay casi asunto del cual no se puedan encontrar más de un millar de referencias al momento de consultar la más reciente Alejandría, la gran autopista de la información, Internet.

De ese modo, tal vez el único requisito indispensable para armar rienda investigativa en nuestros días es el deseo de emprenderla. Obviamente surgirán los obstáculos y se tendrán que derribar algunas murallas, pero no cabe duda que el siglo XXI ofrece enormes posibilidades para quienes están interesados en descifrar, o ficcionar -inventar-, los asuntos del planeta –y más allá-. Ante ello poca duda cabe.

Ahora bien, si nos detenemos a apuntar las anteriores observaciones, lo hacemos en la medida que dicha vorágine investigativa aunado a haber aportado mucho en el ámbito de la producción, no menos ha generado en el campo de la distracción, pues, tal avalancha de temas, problemas y posiciones -en su espiral creciente de realización-, ha devenido en un claro elemento perturbador que tiene a más de uno aturdido, desorientado, al no lograr apreciar en medio de tal multitud de publicaciones bibliográficas, electrónicas y hemerográficas los asuntos que deberían estar reclamando mayor atención indagativa actualmente.  

No cabe duda que al plantear dicha situación intentamos penetrar un territorio tan pantanoso como sensible, por cuanto en sus primeras de cambio nos obliga a preguntarnos; ¿cuál es el estatuto de lo investigable? Interrogante complicada a razón de resultar cualquier intento de contestación detonante de las más acérrimas convulsiones, así como de las más atroces exclusiones-desprestigios, en la medida que, al privilegiar unos caminos temáticos, se contribuye a menoscabar las valencias de otros, y por ende, a sacarlos de los espectros de la atención y lo legítimamente investigable. En este sentido, cualquier respuesta es peligrosa.

Sin embargo, so pena de alterar cualquier úlcera, pensamos que aún y cuando bien vale apostar por aquellas iniciativas intelectuales cuyos pedregosos senderos contienen alto contenido de fascinación, placer, misterio e interés –mediático-, no por ello debemos dejar de lado, como con cierto aire de exquisitez, los muchísimos problemas con las cuales se ha de ver cada día, y a cada segundo, el mundo presente, cuyo abordaje aparte de demandar la mayor cantidad de esfuerzos posibles -para su resolución-, habría de capitanear cualquier esfuerzo reflexivo por minúsculo que fuese.  

Es decir –en pocas palabras-, creemos que una investigación legítimamente comprometida con el presente ha de tener puesto el cuerpo, las ganas y la visión, precisamente en éste –el presente-, procurando dar factura del actual estado de cosas, de los problemas que gobiernan la cotidianidad de estos días, y de los nudos de tensión cuyas fuerzas reclaman cada vez más extensión. Esa sería la marca distintiva de una investigación en clave de lo actualmente apremiante. 

Claro está, más allá del acto enunciativo, estamos al tanto que connotar una investigación de dicho tipo no resulta del todo fácil, pues, la existencia de factores contextuales particulares y la emergencia de situaciones accidentales y/o azarosas inciden en el planteamiento y el abordaje de estas. De eso estamos claros. Empero, aún a la luz de lo precedente, pensamos existe algo así como una intuición, un olfato en común, capaz de detectar los ejes-problemas que necesitan mayúscula atención, y cuya puesta en marcha amerita enérgica pisada.

En éste sentido, somos de la idea que el presente y lo contemporáneo son los pilares en común a partir del cual debería arrancar cualquier trayecto investigativo. La tradición, los márgenes de ganancia, la censura y el espectáculo, bien pueden alimentar terrenos contiguos o alejados a ésta –la investigación-, mas ella no debería robustecerse sino del plano de necesidades, conflictos, mudanzas y emergencias que, hoy por hoy, disputan los primeros planos de construcción planetaria.  

De tal suerte se desprende –entonces-, el cardinal foco de ocupación de las venideras líneas, en el cual, procuraremos hacer una fotografía de nuestra más reciente atmósfera –stimmug-[1] epocal, y con ello, intentar retratar –mirar- la contemporaneidad. Si antes ya hemos apuntado que un trabajo indagativo –hoy- legítimo no debía darle la espalda a los problemas de nuestro calendario, y por eso mismo, que a éste le incumbía responder a las demandas del presente, no podemos menos que dedicarnos a penetrar –en la oportunidad que tenemos- esos convulsivos ajetreos con los cuales se constituye nuestro más cercano presente.

Aclaramos, cuando nos referimos a nuestro más cercano epocal, tenemos bien en alto izada la bandera de la diferencia y del respeto a la otredad, por lo cual, cada vez que apelemos a expresiones genéricas del tipo experiencia planetaria, mundo-hoy, sociedad contemporánea o de naturaleza similar, nos estaremos refiriendo, básicamente, a la circunscripción occidental, pues, al ser herederos del occidente planetario estamos algo más familiarizados con la experiencia transitada últimamente por ésta parte del mundo, y no por la de aquellas latitudes culturales cuyas pulsiones poseen ascendencias y desempeños de distinta cocción.  

Así pues, lo contemporáneo-occidental va a ser el norte tras el cual esperamos guiar la corriente experiencia escritural, y ello, a razón de estar convencidos de la puesta en marcha de una serie de procesos dinamizadores que, desde hace algunas pocas décadas, han empezado a re-armar el mapa de lo contemporáneo con el cual nos veníamos guiando y trabajando, haciendo emerger toda una alborea experiencia societal en las cuales organizaciones, actores, tecnologías, sensibilidades y belicosidades empiezan a comportar de nuevos modos, tornando poco operativa esa otra contemporaneidad ya ahora extemporánea, y cuyo desenlace amerita el pincelado de unas más cercanas claves de reflexión/valoración capaces de intelegir lo contemporáneo más reciente.

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