Unas Instituciones Completas Y Austeras

Introducción

El tema de instituciones completas y austeras parece no ser de interés general, por lo que no vendrá mal ampliar la idea de este asunto. El único problema es que prácticamente cualquier cosa que se diga sobre este tema probablemente seguirá en discusión, ya que es un tema que se ha venido estudiando desde los siglos XVIII y XIX y no se ha sabido llegar a soluciones concretas acerca de la privación de la libertad, ¿qué hacer con los delincuentes en su tiempo detenido?, la soledad y el trabajo en la prisión entre otros temas de igual importancia.

Desarrollo

Una prisión es un sitio donde se encierra a los presos. Dicha institución, también conocida como cárcel, forma parte de un sistema de justicia y recibe a las personas que han sido condenadas por algún delito.

La cárcel margina todo lo que se pone en contacto con ella, va en contra de los derechos humanos, ya que la libertad es un bien que pertenece a todos por derecho.

El principal objetivo es dominar al preso, castigarlo con su libertad, su tiempo, el derecho a decidir, pero eso no es todo, realmente va mas allá; estar encerrado día y noche, por semanas, meses, años, pensando cada minuto en el delito hecho, tenerlo siempre en la memoria, es un daño psicológicamente hablando traumante.

¿Como podría dejar de ser la prisión el castigo en una sociedad en la que la libertad es un bien que pertenece a todos de la misma manera? Su pérdida tiene el mismo precio para todos, mejor que la multa, la prisión es el castigo igualitario al crimen.

En la prisión el gobierno puede disponer de la libertad de la persona y del tiempo del detenido. Los presos deberán aprender a respetar la seguridad y sus superiores, los horarios de comidas y tiempos libres.

Se trata de dispersar a los criminales de la sociedad, además que la soledad debe de ser un instrumento positivo de reforma, en la soledad el recluso reflexiona en presencia de su crimen, aprende a odiarlo. Cuando más capaz de reflexionar es el penado, mas culpable se siente de cometer su delito, pero más vivo será también el remordimiento y más dolorosa la soledad, en cambio cuando se haya arrepentido profundamente, sin el menor disimulo, la soledad ya no lo mirara como un castigo, si no como una consecuencia de sus actos.

En su celda el detenido queda entregado a sí mismo, en su silencio interior, desciende a lo profundo de su conciencia, se interroga y se lamenta.

El trabajo penal ha sido incluido en sistemas penitenciarios de diferentes países del mundo, a lo que en México nada más se ha puesto en discusión en las mesas políticas, pero no han llegado a una clara idea de cómo llevarla a cabo.

A lo que a mi parecer no puedo opinar si está bien o mal; hay muchos aspectos a discutir, por ejemplo, en primer lugar sobre el salario, si el trabajo de los detenidos

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