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Ética Jurídica


Enviado por   •  29 de Enero de 2015  •  4.840 Palabras (20 Páginas)  •  280 Visitas

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Índice

1. ÉTICA JURÍDICA……………………………………………………………………….1

2. DESARROLLO HISTÓRICO DE LA ÉTICA JURÍDICA……………………….…...3

3. ÉTICA PROFESIONAL DE LAS PRIMERAS CULTURAS………………………..4

4. EDAD MEDIA……..…………………………………………………………………….5

5. NUEVA ESPAÑA………….…………………..…………………………………….....5

6. VIRREINATO……………………………………………………………………..…….6

7. ROMA, ESPAÑA Y FRANCIA……………...…………………………………………7

8. CONCEPTO DE ÉTICA JURÍDICA………………………………….……………….9

9.LA ÉTICA Y SU RELACIÓN CON OTRAS CIENCIAS ………………………...…13

10. BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………18

ÉTICA JURÍDICA

La ética constituye el ámbito que inspira y cobija los más nobles sentimientos del ser humano. Sin ética el hombre estaría sin "hogar", a la intemperie, desamparado en un mundo en el que sólo imperaría la ley de la selva y la de los más bajos instintos.

Así pues, urge una renovación de la moral, que en diálogo con la postmodernidad genere una moral de la persona, una moral concreta, una moral de actitudes y de opciones fundamentales. Urge promover, no una moral.

Aunque se admitiera, siguiendo la posición a ultranza de Kant y Kelsen, que el Derecho fuese totalmente independiente de la ética, la Deontología Jurídica abriría, de par en par, una puerta de acceso de la ética a la práctica jurídica. La ética exigiría a legisladores, jueces y abogados una actuación responsable, de acuerdo a los valores jurídicos fundamentales. De este modo la ética accedería al Derecho, no por una puerta falsa, sino más que por la vía de la teoría, por el camino de la práctica.

La responsabilidad del abogado es tan antigua como la profesión y era posible encontrar normas sobre ella en el Código de Justiniano o Las Ordenanzas Reales de Castilla.

En éstas se decía que "si por negligencia e ignorancia del abogado, que se pueda colegir de los actos del proceso, la parte a quien ayudare perdiere su derecho, tiene que pagar a su defendido por el daño que le causó, con costas, y en juicio breve".

Pero hasta hace poco se discutía y se afirmaba que el abogado sólo sería responsable ética y no jurídicamente.

El tema está zanjado y, según Mosset Iturraspe, "los abandonos, los errores y los descuidos merecen ahora, además del reproche de conciencia y del juicio desfavorable de terceros, una sanción jurídica", agregando que entre las deficiencias de la administración de justicia está el propio desempeño profesional en cuanto "el desconocimiento del saber jurídico o la negligencia o imprudencia en su aplicación redundan en graves fallas en aquel servicio"

La aplicación de las normas deontológicas es hoy día indispensable en el quehacer cotidiano del hombre, pero sobre todo en aquellas que desarrolla el jurista, que si bien ejerce una profesión humanista con altos valores éticos como la justicia, la equidad, la lealtad, la verdad y la seguridad jurídica, es común que de él se escuchen, de entre la vox populi, frases tan conocidas y lapidarias como: "Entre abogados te veas", "Dios libre a esta casa de abogados", "Ojalá nunca tenga que caer en manos de un abogado", "Mi abogado se vendió a la otra parte", "Abogángster", y muchas otras similares.

Es claro que las más de las veces estas expresiones son injustas, pues ciertos pseudoprofesionales del derecho, denominados con bien ganado sarcasmo "leguleyos", "picapleitos", "coyotes", "simuladores", "tinterillos", etc., se ostentan como abogados sin serlo y han desprestigiado tan noble actividad. Por las razones señaladas es importante fomentar y poner en práctica las normas deontológicas en cualquier ámbito social o del conocimiento en que nos desenvolvamos, de manera especial entre estudiantes y profesionales del derecho, a fin de que las mismas dejen de ser letra muerta y se conviertan en una exigencia, tal como lo demandan los tiempos y la sociedad actuales.

DESARROLLO HISTÓRICO DE LA ÉTICA JURÍDICA

De los 4 niveles de conciencia, lonergan deriva 8 especialidades funcionales; una de ellas es la historia. No cabe duda que de cualquier tema se aborda de un modo más completo, si se trata de sacar fruto de las enseñanzas de la historia.

Al trazar el perfil del abogado de ayer puede resultar inspirador para el abogado de hoy y de mañana. Para entender a los hombres y a sus instituciones es muy conveniente estudiar su historia, porque en ella es donde se da el hacerse del hombre por el hombre, donde se aprende de sus progresos y retrocesos, de sus avances y claudicaciones, de su ascensión a las cumbres y su descenso a los abismos.

La profesión jurídica ha pasado por etapas de enorme prestigio; conocer y ponderar este pasado glorioso puede arrojar mucha luz para recuperar la alta estima de que gozo nuestra profesión.

El ejercicio del derecho es una de las profesiones más antiguas, ya que desde que los conflictos entre los hombres dejaron de resolverse por la fuerza existe el derecho. Pero como obra humana el derecho, con frecuencia contiene leyes oscuras, contradictorias o formuladas deficientemente y, por tanto, para tratar de superar esas deficiencias son necesarios los abogados.

Siempre será indispensable, aun en un código perfecto, un juez que realce la interpretación y la adaptación de las leyes a la realidad, y si es necesario un juez, son necesarios a los menos dos abogados.

En efecto en toda disputa es natural que los ciudadanos en conflicto crean que sus intereses están respaldados por el derecho. Por eso entre jueces es conveniente que se sitúen los abogados, conocedores del derecho, que con honestidad y

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