Resumen y Cuestionario Biografía de Henry Ford
Manuel ReinhardBiografía10 de Febrero de 2020
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Nombre: Manuel Alejandro Reinhard Santos. | Matrícula: 20719203 |
Nombre del curso: Modelos de Gestión de Negocios. | Nombre del profesor: Víctor Larrañaga Huerta. |
Módulo: Modelos de Gestión | Actividad: Resumen y Cuestionario Biografía de Henry Ford |
Fecha: 17/10/2019 | Equipo: Individual |
Bibliografía: A&E Entertainment Television Networks (The History Pictures) |
Biografía de Henry Ford
Introducción:
Henry Ford es un documental sobre la vida y claves de éxito de Henry Ford considerado pionero de la industria automotriz, uno de los más influyentes en la historia de Estados Unidos por su revolucionario método de producción en masa, exigiendo siempre a sus trabajadores trabajo duro. Su objetivo era poner los coches al alcance del mayor número de personas, los modelos de autos que manejó eran para satisfacer las necesidades de las personas. Fue un inventor prolífico que obtuvo 161 patentes registradas en ese país. Como único propietario de la compañía Ford, se convirtió en una de las personas más conocidas y más ricas del mundo. El documental también incluye las épocas de crisis económicas y sociales de Ford Motor Company, cómo las enfrentó y cómo salió de ellas para luego enfrentarse a un competir muy fuerte, Chevrolet.
Henry Ford:
“Antes que nada, preparase es el secreto del éxito.”[pic 1]
Fue un empresario norteamericano nació en una granja el 30 de Junio de 1863, en un pueblo rural al oeste de Detroit. Sus padres fueron William Ford (1826-1905) y Mary Litogot (1839-1876).
Su madre murió a los 12 años lo cual esto le afecto psicológicamente. Henry Ford era un curioso innato, desarmo un reloj a los 13 años que le regalaron por su cumpleaños. Allí fue donde se empezó a interesar en la mecánica y así demostró desde muy joven unas condiciones poco comunes para la mecánica. Al terminar sus estudios secundarios en Dearborn, a los 16 años, abandono la finca y se trasladó a Detroit para trabajar como aprendiz de mecánico en fábricas de vapor. En 1888 a la edad de 25 años, se casó con Clara Jane Bryant, su compañera de toda la vida, que le daría un único hijo, Edsel Ford, el cual lo inspiró en aquel automóvil de gasolina que tanto había soñado.
Ford volvió a instalarse en Detroit en 1891 y entró a trabajar como mecánico en la Edison Illuminating Company, de la que llegaría a ser ingeniero jefe. En 1896 Ford construyó su primer automóvil. Se trataba de un vehículo de cuatro ruedas arrastrado por un motor de dos cilindros y cuatro tiempos, refrigerado con agua y sin marcha atrás. Tres años después cautivo a un patrocinador y fue nombrado superintendente mecánico para establecer Ford Motor.
Durante los primeros años del siglo, Henry Ford fue asentando su fama de mecánico conduciendo con éxito sus propios coches de carreras. Se asoció con otras empresas automovilísticas, pero su fuerte carácter y sus ideas poco convencionales le llevaron a fundar en 1903 la Ford Motor Company, de la que poseyó el 25,5 % de las acciones. Cuando compro todas las acciones fabrico un tractor y un pequeño avión que estuvo a cargo de la mensajería. También fundó escuelas, así como también construyó el complejo industrial más grande del mundo, en su época, el cual era una planta de fabricación de automóviles y rondaban los 80,000 empleados.
El modelo Ford T, sale a la venta en 1908. Tan sólo cinco años después, Henry Ford ya era capaz de poner en la calle 25.000 unidades anuales a un precio de 500 dólares, con unos beneficios superiores a los once millones de dólares.
Sin embargo, no todo era de color rosa para sus trabajadores, ya que se sentían oprimidos por el mismismo Ford, el cual le exigía trabajo duro. Sus obreros se empezaron a sentir como esclavizados por la empresa Ford. Por lo que Henry se vio forzado a ofrecer mejores salarios a sus obreros ya que la producción en masa estaba oprimiendo a sus trabajadores. Pagaba $5 dólares a sus empleados lo cual era el doble de salario mínimo para aquella época.
Ford propugnaba un coche muy sencillo y popular, y sobre todo barato. En uno u otro caso, y desde un punto de vista estrictamente empresarial, el verdadero secreto de Henry Ford fue el haber sabido combinar tres factores que no sólo revolucionaron la industria automovilística sino la sociedad norteamericana en su conjunto. El primero de esos factores fue la normalización y la fabricación masiva de todas y cada una de las piezas que componen un automóvil, de forma que al converger ordenadamente sobre la cadena de montaje se podían ensamblar un centenar largo de unidades diarias; sin ser su inventor, sus factorías automovilísticas se convirtieron así en el modelo de referencia para la fabricación en serie a gran escala, método de producción que perdura en nuestros días y que fue una de las grandes innovaciones de la segunda etapa de la Revolución Industrial.
El segundo factor fue la concesión de unos elevados salarios a los trabajadores de sus factorías, que, al encontrarse con recursos económicos suficientes, de inmediato pasaron a ser los principales consumidores del propio Ford T. Finalmente, Ford estableció a escala nacional una tupida red de concesionarios que mantenían con la central una estrecha relación, ya que en muchos casos incluso se fundaron las bases rudimentarias de lo que hoy son las compañías financieras paralelas que fomentan la venta a plazos. A sus cuarenta años, Henry Ford no sólo era ya el primer fabricante mundial de automóviles, sino uno de los hombres más ricos del país.
En vísperas de la entrada estadounidense en la Primera Guerra Mundial, y cuando el conflicto ya se había generalizado en Europa, Ford lanzó personalmente una campaña en favor de la paz tan apasionada como ridiculizada por sus oponentes, queriendo ser el Don Quijote moderno de esa época. Sin embargo, siendo como era un hombre pragmático, no dudó un instante en poner todas sus factorías al servicio del gobierno cuando comprendió que la guerra era inevitable, obteniendo contratos multimillonarios para la fabricación de vehículos bélicos y armamentos.
En 1920-1921 se vivió una fuerte recesión que fue como el preludio de la crisis del 29. El mercado sufría cambios y llego Chevrolet a la competencia. Ford salvó el bache a costa de reducir aún más el precio del modelo T a 360 dólares. Al lanzar el famoso tractor Fordson obligó a sus concesionarios a financiar en parte no sólo la compra de su propia compañía sino las cuantiosas inversiones que estaba llevando a cabo. En 1922 compró la Lincoln Motor Company y puso al frente de la misma a su hijo Edsel con el objetivo de fabricar un modelo de lujo.
Simultáneamente, y a fin de poder controlar todos los estadios de la fabricación y venta de sus automóviles, inició la compra sistemática de bosques, minas de carbón y hierro, fábricas de cristal, altos hornos, un ferrocarril, una flota mercante y una inmensa plantación de caucho en Brasil, al tiempo que, para diversificar aún más la oferta, inició la fabricación de aviones trimotores, haciendo de paso que el transporte aéreo de pasajeros y de correo experimentasen un gigantesco avance en Norteamérica. Henry Ford fue, además, el primero en advertir las ventajas del mercado exterior y estableció una completa red de ventas en Europa. Hacia la mitad de la década de los años veinte, el Ford T acaparaba entre un 40 y un 57 % del mercado de automóviles. Sin embargo, justo en vísperas de la gran depresión del 29, Ford no supo ver los grandes cambios que se avecinaban y que obligaban a un enérgico golpe de timón.
El dramático descenso en las ventas experimentado durante 1927 obligó a Ford a suspender la producción del modelo T y miles de obreros fueron despedidos 6 meses lo cual no causo gusto para la población ocasionando una revolución de los mismos obreros en contra de la compañía Ford haciendo una masacre en la planta.
A finales de ese año salió a la venta el Ford A y poco después, en 1929, el asombroso V-8 el cual llegaba a una velocidad de 80 millas/h, este modelo le permitieron recuperar algo del terreno perdido. Pero la Ford Motor Company ya no es el número uno, porque tanto General Motors (con el famoso Chevvy) como la Chrysler van por delante. Con el agravante de que el patrón parece haber perdido el rumbo: su semanario, el Dearborn Independent, se lanza a una furiosa campaña antisemita culpando en un diario a los judíos de todo; ni la posterior desautorización del propio Henry Ford ni su pública solicitud de disculpas evitará una caída en picado de su reputación.
Al final de la década de los 20´s, y cuando se hizo evidente que Hitler acabaría arrastrando a Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, Henry Ford volvió a oponerse públicamente a la guerra. Pero nada más conocerse el ataque japonés contra Pearl Harbor y la fulminante declaración de guerra decretada por el presidente Woodrow Wilson, puso su gigantesco potencial al servicio del Estado y de sus factorías no tardarían en salir los primeros superbombarderos destinados a restituir la supremacía bélica estadounidense.
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