CREACIÓN DE LA PARROQUIA Y EL DISTRITO DE AREGUÁ.
Nicolás VillalbaBiografía22 de Agosto de 2016
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INTRODUCCIÓN
La investigación emprendida sobre esta ciudad se aboca a profundizar y conocer la cultura y el aspecto de la misma, investigando varios aspectos de la ciudad.
Areguá es una ciudad que tiene muchas características, entre las que citamos costumbres, fiestas, comidas y otros que se mencionarán más adelante.
Para realizar el trabajo se utilizaron dos métodos; el de investigación de campo, que consistió en ir a la ciudad para recabar datos sobre ella, y el de recopilación de información, ya sea desde páginas web o libros.
En cuanto a la presentación, el trabajo se divide en varios títulos, que serán ahondados en sus temas individualmente, y un anexo con imágenes tomadas durante la investigación de campo.
AREGUA
HISTORIA:
JUAN DE LA TORRE, PRIMER POBLADOR ESPAÑOL DE AREGUÁ
Si bien los guaraní-carios fueron los antiguos señores de Tapaycuá, con la llegada de la Conquista, aquellas tierras y sus habitantes pasaron a manos del Rey, que a su vez las repartió entre los expedicionarios como "merced real", es decir, como recompensa por los servicios prestados a la Corona. Partiendo de esta premisa, podemos decir que los orígenes de Areguá se hallan identificados con uno de los conquistadores del Paraguay y Río de la Plata, Juan de la Torre, vecino de la localidad de Laguna, Cuenca (España). Hijo de Francisco y Ana de la Torre, llegó a la tierra de los Carios con Juan de Salazar en 1537, siendo uno de los primeros pobladores del Fuerte de Asunción. Acompañó al adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca en la expedición al norte y recibió reparto de tierras e indígenas en Los Reyes, en 1544. Aceptó el nombramiento del capitán Juan de Salazar de Espinosa para teniente de gobernador en 1545 y asistió al del capitán Domingo Martínez de Irala efectuado en el Puerto de San Fernando, en 1549, lo mismo que a la de Francisco Ortiz de Vergara, en 1558.
Contrajo nupcias con Ana de Estrada y fue beneficiado, como queda dicho, con una merced real de tierras junto a la laguna de Tapaycuá, el 5 de junio de 1576. Las mismas se extendían de norte a sur desde la laguna de Tapaycuá hasta la "loma alta" (sitio del templo parroquial y su entorno) y de este a oeste desde unas cañadas de piedras (entre ellas la del Yvytypané) hasta el arroyo de las Salinas (Juquyry). Llama la atención la coincidencia de que Juan de la Torre, nacido en la localidad española de Laguna, haya sido beneficiado con tierras bañadas por otra gran laguna, esta vez la de Tapaycuá ubicada a unos 30 kilómetros de Asunción. Por la importancia que reviste para los orígenes de Areguá el otorgamiento de aquella merced real, la transcribimos a continuación en forma íntegra:
"Diego Ortiz de Zárate Mendieta, Gobernador y Justicia Mayor, Capitán General y Alguacil Mayor de toda esta gobernación y provincias del Río de la Plata, nuevamente intituladas de la Nueva Vizcaya, al tenor de las Provisiones y Capitulaciones Reales que a ellas trajo el Ilustre Señor Adelantado Juan Ortiz de Zárate, que Dios tenga en su gloria, gobernador, Capitán General que fue de estas dichas Provincias por la Majestad del Rey don Felipe Nuestro Señor, y atendiendo que vos, Juan de la Torre, vecino de esta ciudad de la Asunción y conquistador antiguo de estas dichas Provincias a quien servís en ella a Su Majestad de cuarenta años a esta parte bien y fielmente en todo aquello que se ha ofrecido al servicio de Su Majestad a vuestra costa y misión: y yo, atento a lo que dicho es, en nombre de Su Majestad, por virtud de lo que dicho es, os doy un pedazo de tierra campo raso con algunas islas de bosque en la dicha tierra que será hasta de tres cuartos de legua poco más o menos, que empieza desde una cañada de piedras que viene a dar a la laguna del Tapaycuá donde vienen a cerrar dos bosques con el fin de la dicha laguna, os doy hasta el fin de ella y ancho, desde la loma de arriba hasta la dicha laguna con sus aguas vertientes a ella y os doy las dichas tierras siempre para vuestra labranza y crianza de vuestros ganados, que gocéis de la dicha tierra conforme dieron y se han dado a los vecinos conquistadores y pobladores de estas dichas Provincias y del Río de la Plata, y cuando tomares la posesión de la dicha tierra os amparo en ella y en la propiedad de ella para en todo tiempo, que es fecha en la dicha ciudad de la Asunción, en cinco días del mes de junio de mil quinientos setenta y seis años. Diego Ortiz de Zárate Mendieta [firma y rúbrica] - Por mandato de Su Señoría, Luis Marques. Escribano de Gobierno.
Dos semanas después, el 18 de junio de 1576, el mismo gobernador Diego Ortiz de Zárate Mendieta entregó otras tierras a Tomás Hernández, expedicionario de Alvar Núñez Cabeza de Vaca y vecino de Asunción. Aquel era hijo de María y Lope Hernández de Sisa, contrajo nupcias con Juana Verón y tuvieron cuatro hijos: Catalina, Elvira, Mayor y Magdalena. Esta última heredará dichas tierras y luego las donará a su sobrina Isabel Verón, la que a su vez hará cesión gratuita a los Mercedarios. El hecho lo analizaremos en su momento.
La merced real concedida a Hernández consistió en 15 fanegas de sembradío, situadas debajo de la "sierrezuela" de Areguá. Se conserva una copia de aquel otorgamiento, el que fue autorizado por el alcalde ordinario de la ciudad, Antonio de la Madrid, en 1608. Las tierras concedidas a Hernández contenían diez islas de bosques cercados por el campo. Siete de ellas eran pequeñas y se encontraban sobre la laguna de Tapaycuá. Entre las islas y "la dicha serrezuela, (hay) un camino seguido que va a los indios de Tapaycuá y a las Salinas, la cual dicha tierra linda por una parte con tierras de Juan Martín, lengua, y por la otra parte con tierras de Juan Pérez Zarza. Por lo que se puede apreciar, el sitio concedido a Hernández se hallaba al este de las tierras de Juan de la Torre y sus vecinos serían otros españoles favorecidos con otorgamientos de tierras. También se menciona a Pedro Hernández, el viejo, como poseedor de tierras sobre la "otra banda de la laguna", lo que sería hoy jurisdicción de la ciudad de San Bernardino.
Volviendo a Juan de la Torre, debemos destacar que este señor había vendido a Pedro Hernández la mitad de sus tierras, las que con el tiempo recayeron en Ana Hernández, esposa de Juan Romero. Este autorizó a su mujer en 1608 para vender "dos islas" a LeonisRiquel, vecino de Asunción, quien edificó allí su casa y estableció su ganado y sembrados. También se hace mención de otro vecino del lugar, Juan Corre o Corral, casado con Marina de la Torre, posible heredera de aquel primer poblador Juan de la Torre; ambos llegaron a poseer parte de la "loma de arriba". Con el transcurrir del tiempo, toda aquella heredad pasó a engrosar las tierras del convento de la Merced.
Hablando de los primeros pobladores de Areguá y su entorno, cabe mencionar a Juan Encina de Mendoza, poseedor desde 1565 de unas tierras al sur de las otorgadas una década después a Juan de la Torre; las mismas estaban situadas más allá de la "loma alta" y las otorgó el capitán Juan de Ortega, teniente de gobernador, "basado en la orden real de dar y repartir tierras". El sitio era conocido como "Las Salinas", llamado así por las propiedades salitrosas de la tierra; también se hace mención de "la tapera de Tucuraýva" y de un cerro pelado que linda con las tierras "de los hijos del gobernador Irala".
Otros de los ocupantes o poseedores de las tierras que en un principio correspondieron a Juan de la Torre fueron: Sebastián de León, Gabriel de Macías y Lorenzo de Ortega. Este último había adquirido de Pedro Hernández, el que a su vez, tal como queda expresado, lo compró de Juan de la Torre. Los herederos de Ortega fueron Ana y Lorenzo González, quienes a comienzos del siglo XVIII se repartieron la tierra quedando cada uno con la mitad de la misma .
Estas informaciones, tan valiosas para la historia de los orígenes de Areguá, las podemos conocer mediante el hallazgo de un mapa y sus leyendas, elaborados por los frailes en 1741 con motivo del pleito que les presentó doña Ana González, sobre un supuesto desplazamiento de mojones.
Otro juicio sobre tenencia de tierras que arrojó mucha luz a esta investigación fue el litigio presentado por Ana de Estrada, viuda de Juan de la Torre, a LeonisRiquel, situación que también la consideraremos en su momento.
CREACIÓN DE LA PARROQUIA Y EL DISTRITO DE AREGUÁ
Aunque el objetivo de esta investigación era esclarecer los orígenes de Areguá que, como casi todos los pueblos, permanecían en el olvido, antes del cierre de la misma se ha creído oportuno recordar algunos hechos relevantes de su historia que permitan al lector ubicarse en la época en que Areguá, dormida entre cerros y espesuras al pie de su legendaria "laguna Tapaycua", se vio de pronto sacudida de su letargo con el avance de la "modernidad". Esta llegó al valle montada en una locomotora del ferrocarril; traía en sus vagones a los primeros "bañistas" y eventuales residentes de la naciente ciudad veraniega de Areguá. Atrás quedaron el misterio y la leyenda de los "Y póra" del Tapaycuá, para dar paso a lo que en adelante se conocería como "Lago Ypacaraí", nombre de una de las guaranias más conocidas a nivel nacional e internacional.
Las generaciones jóvenes difícilmente podrán imaginar la enorme gravitación que tuvieron los "caminos de hierro" en la economía del país, desde sus inicios en 1856 hasta mediados del siglo XX.
Sin olvidar a Jorge Stephenson (1781-1848), mecánico inglés, constructor de una máquina que corría sobre rieles de hierro, en 1825 se inauguró la primera línea férrea entre las ciudades inglesas de Stockton y Darlington para utilizar el trasporte de carbón. El servicio de trenes se inició en América, al parecer, con el "Bull", habilitado en la ciudad de Albania, EE.UU en 1831. Seis años después lo inauguró Cuba con la línea férrea de La Habana-Guinos. Chile fue la tercera del continente al construir en 1851 la vía Caldera-Copiapó.
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