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DEMOSTONES-CICERON


Enviado por   •  28 de Julio de 2014  •  3.111 Palabras (13 Páginas)  •  197 Visitas

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DEMÓSTENES-CICERÓN

Cada vez que pronunciamos los nombres del griego Demóstenes y el romano Cicerón se instaura en nuestra mente la elocuencia, el don de la oratoria. Cuan importante resulta en sus vidas este don, natural y cultivado ya que por este medio pudieron transformar sus vidas e influir en muchos que los que los rodeaban. Ellos entendieron el poder que tenían, lo desarrollaron para su bienestar y el sus pueblos. Sus vidas se ven reflejadas en sus discursos, sus discursos dieron rumbo a sus vidas. Plutarco quiere dar testimonio de éstas, quiere dar un testimonio que muestre defectos y virtudes, un testimonio que aleccione.

El autor de “Vidas Paralelas”, en esta ocasión comienza con una introducción en la que exalta el valor de la virtud destacando que la misma depende da cada uno de nosotros y no del lugar de donde provenimos, “… la virtud planta fuerte y robusta arraigue en todo terreno si prende en una buena índole y un ánimo inclinado al trabajo de donde se sigue que si nosotros dejamos de pensar y conducirnos como corresponde esto deberá justamente atribuirse no a la pequeñez de la patria sino a nosotros mismos” (1822: 384). Además repara en el valor de las palabras y el estudio de otro idioma como él lo hizo con la lengua latina pero que para esto se debe tener tiempo y él está abocado a la ardua tarea de escribir.

Ya desde el comienzo nos aclara puntualmente cuales son los motivos que lo condujeron a comparar la vida de Demóstenes y la de Cicerón “Parece haber sido un mismo genio el que formó a Demóstenes y Cicerón, y acumuló en su naturaleza muchas semejanzas como la ambición, el amor a la libertad cuando tomaron parte del gobierno, y la cobardía para los peligros de la guerra; con lo que mezcló también muchas cosas de la que son fortuna: porque no creo que podrán encontrarse otros dos oradores que de obscuros y pequeños hubiesen llegado á ser grandes poderosos que hubiesen resistido á reyes y tiranos que hubiesen perdido sus hijas que hubiesen arrojados de su patria y restituidos después honor; que huyendo después hubieran sido alcanzados por los enemigos y que en el mismo punto de espirar la libertad de sus conciudadanos hubiesen ellos perdido la vida; como que si a la manera de los artistas pudiera haber certamen entre la naturaleza y la fortuna, sería muy difícil discernir si aquella los había hecho mas semejantes en las costumbres o esta en los sucesos.” (1822: 386). A partir de esta introducción comienza a relatar la vida de Demóstenes: sobre sus padres, apodos, dificultades económicas que le produjeron los tutores encomendados por su padre antes de morir y quienes tomaron parte de sus bienes, este hecho fue el motivo por el cual comienza a hacer su defensa a través de discursos para recuperar parte de los bienes, entonces, se centra en sus inicios como orador, los conflictos y perseverancia para remontarlos. Es interesante la anécdota con el actor Sátiro quien lo inicia en el arte de la actuación para resolver algunos problemas en sus exposiciones ante el público, sacrificado es su entrenamiento en un sótano que ha hecho exclusivamente para este fin. También aparece una la leyenda que para aprender a pronunciar correctamente lo hizo poniéndose guijarros en la boca y gritando a las olas. Diferentes son las posturas que muestra Plutarco con respecto a la elocuencia de Demóstenes: para ello cita a varios personajes de la época cuya autoridad sustenta estas posiciones. Sabemos que su discurso está lleno de referencias historiográficas, filosóficas, literarias, voces del pueblo, que le confieren un grado de autenticidad propio de las biografías y lo acreditan como escritor pero paralelamente advertimos que en su estrategia discursiva, hay una clara intencionalidad por escribir de una manera original, la literatura cobra presencia en las vidas, para responder, adecuadamente, a su objetivo moralizante.

Una de las características de la biografía de Plutarco según el filólogo soviético Bajtin es que “… se debe representar la vida (bios) y el carácter humanos no mediante una enumeración analítica de las cualidades caracteriológicas del hombre y sus virtudes y defectos y de su unificación en una imagen sólida de éste, sino mediante la representación de las acciones, discursos y otras manifestaciones y expresiones del mismo (1). De esta manera Plutarco mostrará al personaje a través de su accionar preferentemente desde lo que se destaca: la elocuencia, la oratoria. Cada anécdota reflejará aspectos de su vida que transparenten sus virtudes o defectos. El autor

(1) Bajtín, Mijail. Problemas literarios y estéticos. Formas del tiempo y del cronotopo en la novela. Ensayos sobre poética histórica, 1937.

especifica que analizará los hechos y conducta en el gobierno, su carácter y sus costumbres. Plutarco quiere destacar la persistencia, fidelidad y el compromiso que

tiene Demóstenes para con su pueblo griego oponiéndose a la opinión de Teopompo:

“No alcanzo por tanto á comprender cómo pudo decir Teopompo que era naturalmente inconstante y que ni en cuanto á los negocios ni en cuanto a las personas podía permanecer largo tiempo en un mismo propósito porque antes parece que aquel partido

y aquel empeño que desde el principio tomó y adoptó en el gobierno aquel mismo

conservó hasta el fin no solo sin hacer mudanza en él en toda su vida sino aun exponiendo la vida por no mudar” (1822:395) Avalado por otras voces como las del filósofo Panecio que dice “…según están escritas las mas ACENTO de sus oraciones para él lo honesto es a todo preferible por sí mismo como la de la corona la contra Aristócrates la de las inmunidades y las filipicas en todas las cuales no inclina a los ciudadanos alo deleitable o a lo fácil o a lo útil sino que muchas veces persuade que deben ponerse la seguridad y la salud en segundo lugar después de lo honesto y de lo honroso: de manera que si en los asuntos que trató al amor de la gloria y a la nobleza de los pensamientos se hubieran unido el valor militar, y el haberse en todo limpiamente, habría sido digno de que en el número de oradores se le colocara no al lado de Mirocles, Polieucto e Hiperides sino mas arriba con Cimon, Tucidides y Pericles.” (1822:396). Aquí observamos como ACENTO se quiere resaltar un aspecto negativo del personaje que es su falta de valor en los episodios de guerra, característica que se verá en otros sucesos narrados. Esto se verá REPETICIÓN compensado en cierta medida con la narración de gran cantidad de proclamas pronunciadas por Demóstenes incitando a los griegos en su defensa y arengándolos en contra de los macedonios representados primero por Filipo y luego por su hijo Alejandro a quienes consideraba una amenaza para la libertad de las ciudades estados.

Es interesante COMA aunque no frecuente como en otras vidas COMA la mención de presagios, por ejemplo, en el episodio que refiere el hecho del convencimiento de Demóstenes a través de su destacada elocuencia a los tebanos, se cita la admiración que tuvo Filipo y en consecuencia el inicio de una aparente paz; luego justifica el cambio repentino de esto último a través de la presencia de presagios: “Mas un hado superior en aquella agitacion ACENTO de los negocios y en el momento en que al parecer iba a llevar a su colmo la libertad de la Grecia se opuso a todo lo hecho y dio muchas señales de la futura adversidad Entre ellas la Pitia reveló diferentes vaticinios y se comenzaba a cantar un oráculo antiguo de las Sibilas: O si la fiera lid del Termodonte /A manera de águila pudiese / Mirar de lejos puesto allá en las nubes / Llora el vencido el vencedor perece” ( 1822:401) Se dice que Demóstenes COMA enardecido por las fuerza que había podido reclutar COMA no hizo caso a los oráculos pero, como siempre, se cumplieron. En la derrota se hace otra vez hincapié en la cobardía ya que huyó en pleno combate.

Otra característica que se destaca es su entrega a la comunidad al bien social ante el bien particular y así lo defiende contra otras posturas respecto a su sobria actitud ante la muerte de su hija uniéndose en ese momento al gozo del pueblo por la muerte de Filipo, en cambio, éste último acto sí reprochado por Plutarco: “alabo y aplaudo en Demóstenes el que dejando á las mujeres las desgracias domésticas las lágrimas y los lloros hubiese hecho lo que creyó conveniente a la ciudad porque en mi concepto es de un ánimo verdaderamente social y esforzado atendiendo siempre al bien común y subordinando los intereses y sucesos particulares a los públicos el saber guardar en todo la dignidad y el decoro aun mejor que los que hacen en los teatros los papeles de reyes y tiranos pues que estos no lloran y ríen como quieren sino como lo pide el paso y conviene al asunto” ( 1822:403)

El episodio con Harápalo muestra otro lado oscuro que lo lleva al destierro, la codicia. Pero después de la muerte de Alejandro en una contienda con Piteas aparece nuevamente, la magnificencia de su oratoria, hecho que hace que su pueblo decrete su regreso: “Desembarcó en el Pireo y no quedó ni Arconte ni sacerdote ni nadie que no saliese a recibirle sino que acudieron todos y le dieron las mayores muestras de aprecio diciendo Demetrio Magnesia que entonces tendió al cielo las manos y se dio el parabien de aquel dichoso día…” (1822: 408)

Poco dura esta felicidad ya que perseguido por Antíprato y Cratero fue echado junto a los suyos por el pueblo a cusa de un decreto elaborado por Demades. Hay varias versiones de su muerte Plutarco refiere un sueño premonitorio y su suicido por envenenamiento.

En forma paralela a la vida de Demóstenes se presenta la de Cicerón DOS PUNTOS su origen, anécdotas graciosas acerca de su nombre, también aparecen, pero con mayor frecuencia que en la vida anterior, los presagios “Parece que su nutriz tuvo una visón en la que se le anunció que criaba un gran bien para todos los Romanos. Esto que comunmente debe ser tenido por delirio y por quimera hizo ver Cicerón bien pronto que había sido una verdadera profecía porque llegado a la edad en que se empieza a aprender sobresalió ya por su ingenio y adquirió nombre y fama entre sus iguales”. (1822:414-415). Decidiéndose pues a tomar parte en el gobierno lleno de lisonjeras esperanzas un oráculo sin similar contenía y moderaba aquel ímpetu porque habiendo preguntado en Delios al Dios cómo adquiriría grande fama le había aconsejado la Pitia que su propia naturaleza por regulador de su conducta y no la opinión del vulgo” (1822:417-418) Como se observa, Plutarco quiere destacar su egocentrismo característica que reiterará en muchos de los episodios: “Su facilidad y gracia para esta clase de agudezas y donaires bien parecía propia del foro y sazonada pero usando de ella con demasiada frecuencia sobre ofender a no pocos le atrajo la nota de maligno” (1822: 418). Con respecto a los conflicto con Catilina también aparecen los augurios. “Parecía que hasta los Dioses prenunciaban lo que iba a suceder con terremotos con truenos y fantasmas” (1822:427) “Mientras Cicerón se hallaba combatido con estas dudas las mujeres en el sacrificio que hacían observaron un portento porque el ara cuando parecía que el fuego estaba ya apagado de la ceniza y de algunas cortezas quemadas levantó mucha y muy tiara llama de lo que las demás se mostraron asustadas pero las sagradas Vírgenes dijeron a Terencia mujer de Ciceron que fuera cuanto antes en busca de su marido y le exhortara a poner por obra que tenía meditado en bien de la patria habiendo dado la Diosa aquella gran luz en salud y gloria del mismo…” (432). En este punto podemos reparar en sus famosas Catilinarias VA EN CURSIVA PORQUE ES TÍTULO DE UNA OBRA que pareciéndole a Julio César y sus seguidores excesivamente duro en su proceder por no proporcionar derechos y garantías legales a los conspiradores (Catalina y partidarios) lo obligaron al exilio. En el destierro: “… y dice que en esta travesía cuando ya estaba para saltar en tierra hubo a un tiempo terremoto y retirada de las aguas del mar sobre lo que pronosticaron los agoreros que no sería largo su destierro porque aquellas eran señales de mudanza” (1822:447). Proscripto y atrapado por sus enemigos: “Ocurriéronle otros muchos pensamientos mudando de dictamen a cada punto y por fin volvió a ponerse en manos de sus esclavos para que por mar le llevasen a Cayeta donde tenía posesiones y un asilo excelente en el estío cuando los vientos etesias soplan dulcemente habiendo en aquel mismo sitio un templete de Apolo sobre el mar levantáronse de este muchos cuervos que graznando se dirigieron al barco de Cicerón cuando le impelían a tierra con los remos y colocándose en la antena de una y otra parte unos graznaban y otros picoteaban los cabos de las maromas señal que a todos pareció funesta .(1822: 462).

El conjunto de estrategias narrativas como la aparición de las escenas de oráculos y prodigios, empleada en todas las vidas relatadas, está ligada a la construcción del personaje, de esto se deducen actitudes, temperamento, que perfilan sus futuras acciones o acontecimientos. Constatamos como la presencia de todo signo interpretado como mensaje de los dioses incide en los hechos que protagonizan los biografiados.

En el recorrido histórico que realiza Plutarco es interesante observar como ACENTO los acontecimientos y el tiempo en las “bioi” también quedan subordinados a la configuración del personaje, con respecto a esta característica de la biografía de Plutarco citamos nuevamente al estudioso Mijail Bajtín: “La propia realidad histórica en la cual se efectúa la revelación del carácter, sirve solamente como medio para dicha revelación, da motivos para la manifestación del carácter en las acciones y en las palabras, pero está privada de un influjo determinante sobre el carácter mismo; no lo forma ni lo crea, sino que únicamente lo actualiza. La realidad histórica es una arena para la revelación y el desenvolvimiento de los caracteres humanos.”(2)

Plutarco deja claro en la syncresis SYNCRISIS que no es su objeto el analizar la oratoria en sí, analiza profundamente este aspecto para dar cuenta de las características de sus personajes. Podemos inferir que el don de la elocuencia aparece en Demóstenes como más trabajado ensayado y en Cicerón si bien fue un estudioso del derecho, la oratoria, la literatura y la filosofía aparece desde un principio como inherente a su naturaleza. Este talento se caracteriza en el primero por la fuerza, la vehemencia, la gravedad y el decoro que la situación exige, se destaca siempre la modestia con que se muestra Demóstenes. A esto se le opone el deseo constante de Cicerón de ostentar erudición, la brillantez de su discurso generalmente manifiesta una naturaleza desenfrenada, que combinada con el humor, muchas veces irónico, lo llevaron a situaciones que lo señalaron como persona poco agradable. Con respecto a sus destierros en Demóstenes si bien Plutarco lo caracteriza como ignominioso a causa de la usurpación de caudales (sucesos con Harápalo), destaca que sigue luchando por su patria, y su reivindicación. En cambio en el romano si bien la causa fue honrosa, nada digno hizo en el destierro. Acerca de la muerte el griego acorralado prefiere envenenarse burlándose de Antípatro, pero, a Cicerón lo muestra como un anciano cobarde que quiere escapar de la muerte y es lastimosamente asesinado.

(2) Bajtín, Mijail. Problemas literarios y estéticos. Formas del tiempo y del cronotopo en la novela. Ensayos sobre poética histórica, 1937.

Después de la lectura de las “bioi” de Plutarco y analizando las distintas estrategias utilizadas por el autor para configurar sus textos nos planteamos el tema de la autenticidad en la narración de los hechos y comprobamos que aunque el primer

requisito para este tipo textual sea el de la veracidad, la actividad de selección y escritura siempre está tamizada por la subjetividad. Con respecto a este tema es interesante citar al escritor santafesino J.J. Saer: “Aun cuando la intención de veracidad sea sincera y los hechos narrados rigurosamente exactos –lo que no siempre es así- sigue existiendo el obstáculo de la autenticidad de las fuentes, de los criterios interpretativos y de las turbulencias de sentido propios de toda construcción verbal.” (3). Queda clara la intención moralizante de Plutarco quien desde un principio selecciona e interpreta hechos para lograr la comparación que se propone y al finalizar el relato de Demóstenes aclara: “Aquí tienes ó Sosio la vida de Demóstenes tomada de lo que hemos oído o de lo que ha llegado á nuestros oídos”. El autor se vale de todo

material o recurso que le sea propicio para lograr su fin: que sus biografías sean verdaderos modelos de conducta: “El modelo ejemplar en que aspiran a constituirse las Vidas Paralelas pretende serlo de la excelencia humana, del hombre en tanto que individuo y, por ello, no importa que sea griego o romana, de Tebas o de Macedonia, legislador general u orador, porque no cuenta la grandeza de las acciones, demasiado a menudo también solo obra de la buena fortuna –la ……. que preside el relato polibiano-, sino sobre todo el carácter del hombre tomado como referencia, en la medida que ese carácter, ese …..., constituye el elemento primordial de la verdad que Plutarco se propone explicar considerando “mucho más bella que la estatua que imita la forma del cuerpo y de las facciones de la cara, la que revela el carácter y las costumbres”…”(4)

(3) Saer, J.J. El concepto de ficción en El concepto de Ficción. Ed. Ariel. Bs. As., 1998.

(4) Mestre, F y Gómez, P. Plutarco y la Historia. Actas del Simposio español sobre Plutarco. Editores C.Scherader - V.Ramón - J. Vela. Zaragoza,1997.

BIBLIOGRAFÍA

Pluraco, Vidas Paralelas. Demóstenes y Cicerón. Traducción de Antonio Ranz Romanillos. En la Imprenta Nacional, 1822.

Catarella, R. La literatura griega de la época Helenística e Imperial. Cap- XII. Filósofos y moralistas. Plutarco. Editorial Losada, Buenos Aires, 1972.

Bolch, R. Los prodigios en la Antigüedad Clásica. Cap. III Los rituales. Evolución de la actitud helénica especto del prodigio. Ed. Paidós. Bs. As., 1968.

Bajtín, Mijail. Problemas literarios y estéticos. Formas del tiempo y del cronotopo en la novela. Ensayos sobre poética histórica, 1937

Saer, J.J. El concepto de ficción en El concepto de Ficción. Ed. Ariel. Bs. As., 1998.

Mestre, F y Gómez, P. Plutarco y la Historia. Actas del Simposio español sobre Plutarco. Editores C.Scherader - V.Ramón - J. Vela. Zaragoza,1997

Chialva, I y Calosso S. Cuadernillo: “Biografía, Historia, Literatura: la memoria y la ficción en las “vidas Paralelas” de Plutarco. 2008.

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