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Dolores Cacuango


Enviado por   •  24 de Julio de 2014  •  2.164 Palabras (9 Páginas)  •  618 Visitas

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Biografía

Dolores Cacuango Quilo, conocida también como Mamá Dolores, nació en Pesillo, cantón Cayambe, 26 de octubre de 1881 y falleció en Yanahayco, 23 de abril de 1971 fue una activista ecuatoriana pionera en el campo de la lucha por los derechos de los indígenas y campesinos en su país y una de las referentes del feminismo ecuatoriano de principios del siglo XX junto a Tránsito Amaguaña.

Hija de Andrea Quilo y Juan Cacuango, fue una activa impulsora de la fundación de escuelas bilingües en colaboración con Luisa Gómez de la Torre; en este contexto, fundó en 1946 la primera escuela bilingüe (quichua-español).

En el ámbito político, en 1944 participó en la creación de la primera organización indígena en Ecuador que se denominó Federación Ecuatoriana de Indios (FEI) auspiciada por el Partido Comunista del Ecuador; aquí ocuparía la Secretaría General. Además, lideró la apertura de escuelas sindicales en Cayambe ; y, junto a Rosa Lema, fue una de las mujeres de origen indígena más reconocidas en su país a fines de la década de 1940.

Dolores Cacuango y su repercusión en el pueblo indígena

De joven se vio en la necesidad de trabajar como empleada doméstica en la casa de los patrones para poder solventar una deuda contraída por sus padres. En 1905 contrajo matrimonio con Luis Catucuamba, y dedicados ambos a trabajar la tierra pasaron a ocupar una choza en el sitio Yanahuayco, cercano al pueblo de Cayambe. Tuvieron en total nueve hijos, de los cuales ocho murieron a corta edad a causa de distintos problemas de salud: solo sobreviviría el mayor, Luis, quien más tarde se dedicaría a la docencia.

En su formación, y a la par del recuerdo de las luchas y protestas transmitidas en relatos legendarios por sus mayores, seguramente influirían los profundos cambios políticos y sociales que tuvieron lugar en el país desde las últimas décadas del siglo XIX y que tuvieron a las comunidades indígenas como protagonistas exclusivas de la rebelión contra

el poder de los hacendados y de sus administradores y mayordomos. Así, habrá llegado a sus oídos los relatos sobre el levantamiento en Zuleta (Imbabura), violentamente reprimido en 1891, o la sublevación de 1898 de los indígenas de Píllaro (Tungurahua). También fue testigo de la revolución alfarista (1895-1916) en la que se emitió la ley de beneficencia por la que se nacionalizó una gran cantidad de bienes eclesiásticos, empezando por las tierras: la hacienda San Pablo Urcu que hasta ese entonces había sido propiedad de la Comunidad Mercedaria de Quito, pasó a poder del Estado, pero en lugar de devolver las tierras a los indios, se creó la Junta de Asistencia Pública para administrar estas extensiones.

La primera acción política de Dolores Cacuango en alcanzar trascendencia y que definiría su específico rol dirigente tuvo lugar a principios de 1926, cuando ya contaba con 44 años, al producirse una rebelión popular en Cayambe bajo la dirección del indio Jesús Gualavisí, uno de los principales referentes de esta izquierda todavía en formación. El principal impulsor de la protesta había sido el Sindicato de Trabajadores Campesinos de Juan Montalvo, primera organización de estas características, que promovió otros conflictos y huelgas en distintas haciendas de la zona bajo la dirección de un grupo de mujeres entre las que comenzaba a destacarse Dolores, tanto por su capacidad de conducción como, sobre todo, por su discurso intenso y enérgico, pronunciado por lo general en quechua y en castellano. La participación de los batallones Carchi e Imbabura y la feroz represión no pudieron impedir que la rebelión se irradiase a otras haciendas y localidades, como ocurrió en el mes de octubre de 1926. Por otra parte, la participación de activistas provenientes de las ciudades, principalmente del grupo Antorcha, como Ricardo Paredes, Rubén Rodríguez y Luis F. Chávez, contribuyó en gran medida a la formación de un nuevo tipo de sindicalismo con una clara expresión social y política, campesina e indígena. Producto del incremento en la protesta social se conformaron las organizaciones gremiales y campesinas El Inca, Pan y Tierra y Tierra Libre, y Dolores pasó a ser conocida como una de las más importantes activistas en esta última entidad.

A fines de 1930 participó en los levantamientos indígenas que tuvieron lugar en las haciendas Pesillo y Moyurco, en Cayambe. Entre las demandas se encontraba el fin inmediato a los maltratos, la supresión del trabajo obligatorio de las mujeres, la eliminación de los diezmos y un aumento en el pago por las labores realizadas. Pese a la represión

ordenada por el presidente Isidro Ayora, la huelga triunfó y los beneficios obtenidos fueron utilizados como antecedentes para otras protestas similares, como ocurrió en 1931 en la hacienda Olmedo, donde Dolores y otras mujeres cumplieron un papel protagónico desempeñando tareas de espionaje, reclutamiento y defensa, incluso, a riesgo de sus propias vidas.

El mismo año de 1931 resultaría clave en la conciencia y organización de la izquierda ecuatoriana al ser convocado el primer congreso de comunidades indígenas: su principal impulsor había sido Jesús Gualavisí con apoyo de los principales líderes de izquierda del país y de algunos referentes de creciente gravitación en los sectores contestatarios como era el caso de Dolores Cacuango.

Sabiendo el peligro creciente de la situación, el presidente Isidro Ayora envió al batallón Yaguachi antes de que el congreso iniciara: el Ejército cerró los caminos y finalmente impidió la concentración. Acto seguido, persiguieron y encarcelaron a varios dirigentes y por último, y con visible saña, se dedicaron a atacar a los concurrentes, incluso, incendiado sus precarias chozas: Dolores, su esposo y sus tres pequeños hijos perdieron su hogar y quedaron así totalmente desamparados.

Con el correr de los años, Dolores fue cada vez más importante, no solo como referente de la izquierda ecuatoriana, sino también dentro de la estructura dirigente del Partido Comunista, sobre todo, por su representación de las comunidades indígenas. En 1934 participó activamente en la campaña presidencial de Ricardo Paredes, tomando parte en varias iniciativas políticas y partidarias.

En tanto, en 1942 preparó en Cayambe el recibimiento al mexicano Vicente Lombardo Toledano, quien como secretario general de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL), encabezó una gira proselitista por Ecuador y otros países de la región.

Como muchos de los militantes revolucionarios de su generación, Dolores Cacuango tomó

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