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EL PUEBLO DEL DORADO


Enviado por   •  25 de Agosto de 2013  •  16.709 Palabras (67 Páginas)  •  491 Visitas

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ASPECTO HISTÓRICO – POLÍTICO – TERRITORIAL

No se concibe hablar de El Dorado, sin mencionar el Mito, que buscaban los conquistadores europeos y que ellos creían, según los relatos de los indios, era una ciudad en América del Sur, donde se presumía habían grandes tesoros, palacios de oro y piedras preciosas. Los conquistadores empiezan a buscar ese fantástico pueblo en el siglo XVI, y entre los más famosos buscadores encontramos: José de Aguirre, Antonio de Berrío y Walter Raleigh; Estos se internaron en Venezuela, en busca de esa ciudad que según encandilaba con sus destellos de luz, generada por el choque de la luz con las paredes del macizo metal precioso y en donde el Rey vivía en un palacio hecho de oro puro y piedras preciosas.

La Laguna Dorada o Manoa, fue otro de los engaños que los indios dieron a los españoles conquistadores para alejarlos de sus predios.

EL DORADO

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Capital de la Parroquia Dalla Costa del Municipio General Domingo Antonio Sifontes del Estado Bolívar, con unos doce mil habitantes aproximadamente, se localiza en la confluencia de los ríos Cuyuni, Yuruán y Yuruari, en la región sureste selvática del Estado. Limita por el Norte: Terrenos baldíos; Por el Sur: Ríos Yuruán y Yuruari; Por el Este: Confluencia del Cuyuni y Yuruán y por el Oeste: Río Yuruán y terrenos baldíos. En sus inicios dependió de la explotación balatera (caucho), luego de la explotación aurífera y de la colonia penal (Colonias Móviles) situada a 11 kilómetros del pueblo y separada por el Cuyuni y sus afluentes.

SU OFICIALIZACION COMO PUEBLO

La existencia del pueblo la marca primigeniamente la Comisaría de Fronteras del Cuyuni y el nombre de El Dorado se lo asignó el General Domingo Antonio Sifontes, cabeza principal del movimiento armado que desalojó a los ingleses a finales del siglo XIX cuando pretendían avanzar los hitos fronterizos desde la región del Esequibo hasta Upata. Constituido formalmente el gobierno del Presidente Joaquín Crespo, nombra Comisario de Fronteras al General Domingo Sifontes, para que al mismo tiempo le hiciera frente el invasor inglés. Sifontes en Tumeremo aceptó gustosamente la designación y organiza sus tropas con gente de la zona: llaneros, agricultores y comerciantes voluntarios.

“El dos de marzo de 1894 me hice cargo del puesto y comencé los trabajos…” Sifontes construyó un gran galpón para la tropa, fundando así el pueblo de El Dorado, “Cuyo nombre le he puesto sin tener autorización para ello”. Se situó en la margen izquierda del Cuyuni y Yuruán que allí se juntan ( Los ingleses ubicaron su último “bungalow” para oficiales en la margen derecha del Cuyuni, su ubicación exacta fue el sitio donde está actualmente el Penal de El Dorado) y, exactamente frente a la estación inglesa, donde a su vez laboraban sus conucos dos venezolanos, Manuela Casañas y Guillermo Faull. Su misión: defender la soberanía territorial de Venezuela usurpada por el invasor inglés. Se abrieron en la margen derecha del Cuyuní más trabajos agrícolas. Hubo las protestas del Inspector Douglas Barnes que así se llamaba el Comisionado inglés. Se intercambiaron dimes y diretes entre las dos autoridades fronterizas conservando siempre la cortesía de rigor y cada uno prometía enviar a sus superiores la correspondencia recibida.

Un día la bandera venezolana amaneció ondeando en la margen derecha del Cuyuni. Los ingleses nos tildaron de invasores de los terrenos de La Corona. Sifontes contestó que podían vivir allí como cualquier extranjero en Venezuela.

El Oficial Michael Mac. Turk, quien había sido sacado de El Callao, regresó por la vía de Demerara al puesto inglés del Cuyuni. Pidió audiencia a Sifontes y no le fue concedida. Como resultado de las quejas diplomáticas en Caracas, el Presidente Crespo parece que convino en retirarse de la margen derecha del Cuyuni y telegrafió y (sic) escribió al General Sifontes para que lo hiciera, pero no como orden sino “como cosa suya”. Por supuesto éste jamás obedeció tal orden.

Estando Sifontes quebrantado en su hato de Buen Retiro cerca de Tumeremo, recibió un expreso con una comunicación del Capitán Andrés Avelino Domínguez, quien estaba encargado del puesto en El Dorado. El Inspector Barnes reclamaba, como lo había hecho varias veces, que quitaran la bandera venezolana y que si para el primero de enero de 1895 no había sido removida lo haría él mismo.

LA ESCARAMUZA DE SUA-SUA O EL PREAMBULO AL INCIDENTE DEL CUYUNI

El 2 de enero los ingleses arriaron el pabellón venezolano y enarbolaron el inglés. Domínguez pasó el río, hicieron una breve resistencia, pero fueron reducidos a prisión entre rezongos y amenazas. Llegó Sifontes, aún quebrantado, le abrió a cada uno su expediente. Nueve oficiales británicos, ningún negro (Es de advertirse que los oficiales ingleses eran todos blancos de ojos azules, venidos de Inglaterra, pues a los negros no les permitían ni siquiera llegar a la plaza de sargento, ya que descendían de los esclavos a quienes los ingleses consideraban gente humanamente inferior). Los despachó para Ciudad Bolívar con el Coronel Luis Manuel Salazar, persona de gran responsabilidad. Hizo las participaciones del caso. Al Inspector Barnes le dio su propia mula de silla para el traslado. Sifontes fue llamado de urgencia, pero hubo noticias que resultaron ciertas, Michael Mac. Turk, venía por su venganza con 50 hombres de boga. El General Sifontes aún quebrantado hizo de la noche día, el pueblo respondió y amanecieron llegando a Súa-Súa iba llegando la avanzada de Mac. Turk pero cuando

vieron la sabana plena de gente con palos y machetes, echaron a correr hacia el monte. Quedaron tres negros heridos graves. Mac. Turk salió herido y huyó. Los negros heridos, Franklin, Pinder y Brown fueron recogidos y llevados al pueblo de Tumeremo y allí se quedaron toda su vida trabajando en el ingenio azucarero “Las Nieves” al pie de la Serranía de Nuria.

Después de la escaramuza de Súa-Súa, Sifontes siguió

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