Educacion

La educación es el elemento de socialización por excelencia, su manifestación física es la escuela, en la cual se brindan las primeras herramientas para el desarrollo de las habilidades de los niños, sin embargo estas herramientas que deberían ser entregadas de un modo igualitario que se correspondiera con la tan clásica frase “La educación es un derecho y no un privilegio”, son dadas de modo deficitario en los estratos socioeconómicos bajos y brindadas con creces en los estratos donde esta se puede pagar.

A la escuela se le han asignado básicamente 4 funciones como señala María Ángeles Llorente Cortes: una función económica, otra ideológica, una tercera de socialización y finalmente una de reproducción social, referente a esto cuando se habla de igualdad de oportunidades se pone de manifiesto la desigualdad existente dándose como característica intrínseca de los sistemas de enseñanza. Siendo esto especialmente relevante a la hora de analizar la educación y el rol de la escuela en los sectores más pobres de la sociedad.

La educación se ha tornado en un privilegio cuyo acceso esta mediado por los recursos materiales. Al ser la educación otro producto más en el mercado neoliberal se ve sujeta a las leyes de la oferta y la demanda volviéndose como un producto apto si concuerda con los requerimientos de la sociedad de consumo en la que estamos insertos.

La escuela orientada a los estratos socieconómicos más altos se encuentran mejor equipadas, tienen mallas más exigentes y lo más importante estas se cumplen, existe toda una noción de que al estar pagando por un producto se tiene que exigir lo mejor. Lo cual se contrapone, tristemente, con los estratos más bajos, que no interiorizan que tienen el derecho de exigir una educación de calidad y que los programas se cumplan.

La noción imperante, es de una escuela pasiva que reproduzca conductas que sirvan al sistema de turno, vale decir, se requiere seres que hagan, no que cuestionen ni se pregunten el por qué de las cosas. La escuela en sectores pobres se ha tornado un mero reproductor de pobreza, lo cual es bastante bueno para el sistema económico capitalista en el que vivimos, pues si todos tuvieran igualdad en el acceso a la educación, ¿a quién se explotaría? Conviene que la escuela sea un desmotivador de las clases menos favorecidas, pues de este modo ellas aceptarán como un estado natural su condición.

La escuela fue históricamente un lugar destinado a las clases acomodadas, con lo cual adquirían las herramientas para mantenerse en su sitial, tras la revolución industrial se vio la necesidad de educar al pueblo, al proletariado, como una medida de socialización del sector que se explotaba, incluyéndolo dentro de patrones de conducta que eran

regulados desde arriba. Sin embargo esta función socializadora es prontamente reemplazada por una función de contención, pues se les infunde la idea que el sistema es bueno y que hay que perpetuarlo. Se trabaja ideológicamente, de modo tal que no se critique, sino que se obedezca.

Sin embargo, la escuela no sólo la compone el lugar físico, sino que esta está formada también por la familia, que debe ser un agente de suma importancia en la formación del niño, así como los otros niños, quienes se desarrollan en conjunto y aprenden nociones básicas de socialización. En los sectores bajos esta realidad no se complementa con estos tres actores, muchas veces hay una familia ausente, ya sea por abandono, o por problemas legales, criando los abuelos, o simplemente se ve a la escuela y a la educación como un lugar donde dejar a los niños, para que no esten “molestando” en la casa, es en pocos casos que se toma en cuenta realmente la importancia que tiene en la vida de los niños el hecho de contar con una educación de calidad que les brinde herramientas de desarrollo.

La escuela no tiene la consideración que merece, se le ve en el sistema económico que nos rige como un servicio más, cuando en esencia es por medio de esta que las cadenas sociales se pueden romper, ejemplo claro de esto es la siempre creciente aspiración de las clases medias de acceder a la

educación como medio de ascensión social, pues por medio de ella se generan los profesionales calificados para seguir produciendo dentro del sistema.

La escuela debería ser el lugar donde se aprende con el fin de cambiar el mundo, no en el sentido de destruirlo y crear uno nuevo, sino que desde la perspectiva de cambiar las realidades y romper con los círculos viciosos de la pobreza. Como señala la autora citada al comienzo: “Comprender el mundo para transformarlo. Esa es sin duda la función social que la escuela debería desempeñar”, motivo por el cual se requiere la exigencia de una enseñanza de calidad. Si bien la educación no puede cambiar al mundo que conocemos, si puede entregar las armas conceptuales y las estrategias para las luchas a los sectores pobres. De aquí surge la pregunta ¿Cómo de una educación que principalmente busca reproducir modelos de conducta, pueden surgir herramientas para disentir de la doctrina imperante?

Si bien la enseñanza brindada en la escuela en la mayoría de los casos busca sólo reproducir y generar individuos actuantes y no pensantes, espectadores de su propia vida pero no actores principales, este no es el único rol que puede cumplir la escuela. Las funciones que se le asignan a la escuela son contradictorias, pues no se puede generar selección si no se dan, al menos de un modo formal, ciertos elementos de igualdad,

como por ejemplo becas. Y es en estas coyunturas donde se encuentra la quinta función de la escuela (de acuerdo con María Llorente): la función emancipatoria

El año 2003 se dijo en Porto Alegre en el Foro Mundial por la Educación que: “Hemos de trabajar en la “construcción de una escuela pública, laica, gratuita, de calidad y socialmente referenciada”. Y también “ Establecer como utopía pedagógica la Escuela Ciudadana, deber del Estado, construida por todos y todas, constituyéndose de un curriculum intermulticultural, potenciadora de vivencias democráticas, con procesos de evaluación emancipadora y productora de conocimientos que preparen a todos los seres humanos para el protagonismo

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